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R. Vílchez
El pueblo de Granada situado entre una encrucijada de caminos de rancio abolengo

El pueblo de Granada situado entre una encrucijada de caminos de rancio abolengo

La situación de Padul, en la falda de Sierra Nevada, fue paso obligado por calzadas, senderos y sendas para muchísimos viajeros de la Costa, La Alpujarra, el Valle de Lecrín, Granada y otros lugares

Lunes, 24 de junio 2024, 09:20

Padul posee un gran número de caminos de rancio abolengo, según el profesor, escritor e investigador de Padul, Leonardo Villena Villena. Uno de ellos es el viejo Camino de los Pescadores. Por este sendero subían los pescadores su mercancía desde Almuñécar cruzando las sierras de Cázulas y Tejeda. Al salir del Puerto de Albuñuelas, antes de entrar en El Chiribaile paduleño, los caminantes se tropezaban con La Venta del Fraile que, desde tiempo inmemorial, prestaba agua, comida y posada por un precio módico. El dinero que recaudaban los frailes responsables se destinaba a redimir cautivos cristianos de Berbería. En otros tiempos existían también muchas chozas de piel y paja y cabañas de piedra para que sirvieran como refugio.

Rendían viaje a Granada, donde hoy se halla el Palacio de Bibataubín, que anteriormente era una de las puertas que se abrían al sur, era la Puerta de Bib Taubib o Puerta del Pescado, por tal razón. En el cruce del Camino de los Pescadores con el Camino de Escúzar se hallaba la Venta de Tatarón, donde, según la leyenda, la Guardia Civil abatió al bandolero Chapola cuando había bajado a abastecerse y a cumplir con su amor furtivo, según cuenta Leonardo Villena.

Otro camino que cruzaba Padul era el de Motril, todavía llamado así en algunos pagos de este término municipal, y que se bifurcaba del anterior casi en el mismo lugar donde anteriormente se separaban las carreteras de Motril y la de Almuñécar, absurdamente llamada Carretera de la Cabra porque hace años alguien construyó un surtidor de gasolina y un bar al que denominó La Cabra Montés. Del viejo camino de Motril se bifurcaba en Padul otros caminos, que aunque en esta villa era conocido como Camino de Dúrcal, porque era el que llevaba al pueblo vecino, era en realidad el vetusto camino que sirvió a toda La Alpujarra a lo largo de la historia.

Existe otro camino más que pasa al mismo pie de la enorme falla que forma la cordillera de La Piedra del Águila-Los Pechos: es el Camino Real de Adra a Loja, importantísimo en su día porque era el que seguían los rebaños trashumantes que subían de la Costa Granadina hacia La Campiña cordobesa y el que usaban también esos pastores cuando circulaban entre el Reino de Granada y Andalucía. Todos estos caminos están cargados de historia y de episodios románticos. Se sabe, por ejemplo, que el general romano Fabio Áureo Emilio descansó a sus tropas en los manantiales de Los Molinos de Padul, a su retorno, tras la batalla de Munda y que aguardó en este lugar, por considerarlo más acogedor, hasta que le avisaron que las naves romanas les aguardaban en Almuñécar para devolverlos vencedores a la entonces capital del mundo conocido.

También se conocen otros lugares de este tipo en algunos puntos porque los paduleños mantienen la que se podría llamar toponimia de la desgracia, en lugares como La Curva del Pintor, el Peñón del Pescadero o La Cruz del Manquillo, por ejemplo, sobre el camino de Los Pescadores, o la Cruz del Correo, ya en término de Otura, sobre el Camino de Motril. Fue en el actual Puerto de las Calaveras, entre Padul y Dílar, donde El Tío Caridad, alcalde de Otívar, héroe en la Guerra de la Independencia, derrotó primero al comandante Longinos, al servicio del general francés Horacio Sebastián. Además, y entre otras cosas, junto a La Laguna de Padul se encuentra parte de la antigua Calzada Romana.

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