«Quizá el afortunado está en la aceituna y cuando vuelva se encuentra que le ha tocado»

Antonio Dionisio es el responsable del supermercado. Este Día de Reyes había decidido abrir y la mañana, con los vecinos entretenidos con sus regalos, estaba siendo más que tranquila, hasta que de repente ha comenzado a llegar gente preguntando por los premiados. Así se ha enterado de que ellos han sido los que vendieron los décimos. «Estoy muy nervioso, he tenido que llamar a mi mujer para que viniese a acompañarme. Es una alegría, hace mucha falta en el pueblo. Quizá el afortunado está en la aceituna y cuando vuelva se encuentra que le ha tocado», comenta entre risas.

Antonio no sabe si una sola persona compró todos los décimos o si fueron cinco diferentes, pero en cualquier caso siente una inmensa satisfacción porque la suerte haya pasado por Láchar. «Quizá el dinero que ha tocado no te quita de trabajar, pero ayuda mucho, sobre todo si la misma persona se los llevó todos», cuenta el dueño de la administración de Covirán.

Por su parte, la alcaldesa del municipio, Mari Nieves López, admite que los vecinos están inquietos por saber la identidad del comprador. Sea quien sea, está más que feliz por este segundo premio. «Ojalá sea una familia a la que le haga mucha falta. Y que nos invite», bromea la edil de Láchar, el pueblo que ahora trata de averiguar quién es el misterioso agraciado. O agraciados.