Se acerca la Navidad y La Alpujarra ofrece turrón artesanal, dulces y exquisitas frutas confitadas. Soplillos, turrón de almendra, roscos de manteca, vino o anís, tortas de chicharrones, pestiños, borrachuelos, buñuelos, roscos fritos, peñascos, papoviejos, pastel de frambuesa, pan de higo, bollos de aceite, dulce de calabaza, boniatos en almíbar, mermelada de mora, entre otros productos, suponen una muestra de la gastronomía de La Alpujarra, una comarca que mantiene vivo su sabor casero. Las familias Valverde e Ibáñez de Ugíjar elaboran una gran gama de productos confitados, y como es lógico, el célebre y famoso turrón de Ugíjar, uno de los mejores de España, según los entendidos. En La Alpujarra almeriense se elaboran también durante todo el año una gama de productos, como, y por ejemplo, los célebres mantecados de Mariano Campos elaborados en el municipio de Fondón.
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La Alpujarra se hizo famosa hace muchísimos años gracias a su exquisita y variada repostería, heredada en su gran mayoría de los moriscos y repobladores castellanos y gallegos. La repostería alpujarreña conserva ingredientes tradicionales y autóctonos como la almendra, la miel o el higo. En Ugíjar, cuna del turrón alpujarreño, las familias Valverde e Ibáñez elaboran turrón y productos confitados con las mismas recetas heredadas de sus antepasados. Estas familias venden sus productos durante todo el año en sus comercios y en las ferias, fiestas y mercadillos. Los hijos del recordado Miguel 'El Dulcero' poseen tienda y obrador en Válor.
Asimismo, en la mayoría de las tahonas y obradores de los pueblos de La Alpujarra, además de pan, bollos y roscas, elaboran una exquisita gama de productos con sus toques personales. La Alpujarra cuenta también con turroneros en Cádiar. Además, en otros lugares se elaboran soplillos, licores, productos elaborados con higos, caramelos de miel, limón, eucalipto, frambuesa… Gozan de mucha fama los soplillos de Yegen, Cádiar y Válor.
En Pampaneira y Pitres también se elabora chocolate casero. A modo de ejemplo, los genuinos productos de Repostería Servando (Cádiar) y los que se fabrican en las tahonas de Órgiva, Pampaneira, Capileira, Pórtugos, Turón, Trevélez, Cádiar, Alpujarra de la Sierra, Válor, Laroles, Lanjarón y Rubite, son muy solicitados. Merece la pena visitar cada panadería de La Alpujarra porque además de pan venden otras cosas elaboradas con mucho primor y cariño durante todo el año. Notáez, anejo de Almegíjar, tuvo en otros tiempos muy buenos dulceros y turroneros que vendían lo que hacían en las ferias y fiestas de los pueblos y aldeas.
Se tiene conocimiento que un familiar de los actuales turroneros de Ugíjar, Pedro Ibáñez Romera, en los años 30 del siglo XIX ya confeccionaba con la ayuda de otros familiares el célebre turrón de Ugíjar. Después, tras morir este artesano en 1861, casi todos sus descendientes se dedicaron a este menester, distribuyéndolo por la comarca en caballerías que soportaban las arcas de turrón, en donde iban además los pesos, el papel para envolver, y las cuchillas y martillos para trocear los enormes bloques de turrón de almendra.
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Según los de Miguel 'El Dulcero' «los roscos y trozos de calabaza los introducimos en recipientes con agua y cal. Luego los ponemos a hervir y después a escurrir. Después le echamos azúcar, y a los pocos días volvemos a realizar la misma faena. Durante un mes repetimos este proceso cada cinco días, para que el producto salga superior, con unos toques magistrales heredados de nuestro querido y desaparecido padre. Los dulces de calabaza, los que tan bien cantaba Carlos Cano en una de sus canciones, los introducimos en unos recipientes de barro para conservarlos muy bien, como dicen que lo hacían los árabes por esta zona», indicaron.
Los hijos de Miguel 'El Dulcero' también han indicado que el turrón lo fabrican de la siguiente forma: «batimos claras de huevo y azúcar con un cucharón de palo, añadimos miel y, cuando está todo bien mezclado, lo ponemos al baño Maria sin dejar de moverlo durante unas tres horas, a fuego lento. Cuando el producto está espeso le añadimos almendras peladas y tostadas. Después, el turrón lo echamos en un molde grande cubierto con oblea. Nosotros fabricamos bloques de turrón que llegan a pesar 25 kilos. El turrón lo cortamos ya duro con una cuchilla o piqueta especial. A nuestros clientes les encantan que lo troceemos delante de ellos un trocillo de turrón para matar el gusanillo. Esto también suelen hacerlo los demás turroneros de Ugíjar, que son familia nuestra», terminaron diciendo.
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