Los restos de los 30.000 pollos fallecidos en el incendio que tuvo lugar en una granja en Albuñán la tarde del pasado viernes fueron retirados a primera hora de la mañana de ayer.
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Según explicó a este periódico el diputado provincial de Asistencia a ... Municipios y Emergencias, Eduardo Martos, se realizó también una limpieza del interior de la nave con el objetivo de evitar que los animales sin vida pudieran causar algún tipo de infección al entorno y a otras explotaciones cercanas del mismo tipo, ya que el municipio acoge hasta una decena de granjas que albergan alrededor de un millón de pollos.
Los propios dueños de la explotación afectada, con ayuda de una empresa privada, fueron los encargados de eliminar los animales del recinto y llevar a cabo la desinfección.
Asimismo, Martos confirmó que, por el momento, no se ha solicitado ninguna evaluación más de los daños por parte de los técnicos y que el origen del fuego está relacionado con la instalación eléctrica de la explotación. Los propietarios se encuentran actualmente a la espera de la resolución del seguro, puesto que tres cuartas partes de la nave quedaron afectadas estructuralmente y esta no es apta para la continuación de una nueva explotación, por lo que se tendría que levantar de nuevo su estructura.
Por su parte, el alcalde de la localidad, Álvaro Guerrero, indicó que el terreno en sí y su delimitación no se han visto perjudicados por las llamas, ni tampoco otra especie de cobertizo que hay en la parte opuesta a la nave.
Ya no queda rastro alguno de los miles de animales que murieron asfixiados la tarde del viernes y que se apilaron en la puerta de uno de los accesos a la espera de poder ser retirados, pero aún se mantienen los signos del fuego y las llamas que envolvieron la instalación durante casi 30 minutos hasta que los bomberos llegaron al lugar y extinguieron el incendio. Con las ventanas y una de las puertas prácticamente calcinadas, el terreno ha quedado completamente cerrado y sin ningún tipo de actividad.
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Aunque ningún trabajador del recinto resultó herido, según aseguraron los bomberos, los animales fallecieron asfixiados en tan solo 10 minutos tras el comienzo del fuego. Fueron los mismos propietarios quienes dieron el aviso al saltar una alarma de la instalación que les advertía de un cambio de temperatura en el interior, ya que no había responsable alguno en el lugar en el momento de los hechos.
El primer edil también destacó el gran apoyo que los vecinos han mostrado desde el primer momento a la familia afectada tras perder un negocio al que se habían dedicado toda su vida. Fueron los habitantes quienes guiaron a los bomberos hasta la ubicación de la explotación para sofocar cuanto antes las llamas y quienes avisaron también al alcalde de lo sucedido para ponerse a su disposición y ofrecer toda la ayuda que fuese necesaria.
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Por su parte, los propietarios han preferido no hacer declaraciones tras expresar que se encontraban «muy afectados» por lo sucedido.
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