Incendio en un cortijo de Fonelas
«Nos salvamos porque nuestro hijo pequeño nos despertó»Incendio en un cortijo de Fonelas
«Nos salvamos porque nuestro hijo pequeño nos despertó»En cuestión de horas, una familia residente en Fonelas, en la comarca de Guadix, ha pasado de preocuparse por cómo disfrutar las fiestas navideñas a martirizarse pensando en cómo empezar de cero, literalmente, sin nada. Se trata de Mario, de 34 años, su mujer, su ... hijo pequeño y sus suegros. Todos ellos vivían desde hace más de una década en un cortijo que se incendió durante la madrugada del pasado domingo. «Nuestro hijo pequeño nos despertó y fue el que nos salvó. Si no fuera por él, allí nos quedamos», cuenta Mario. Salieron ilesos, pero el lugar donde han sido felices ya no es habitable. «Lo hemos perdido todo», lamentan.
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La familia es natural de Rumanía. Llegaron a Granada allá por 2012 en busca de una vida mejor, y Fonelas les ofreció la estabilidad que buscaban. Mario heredó el trabajo de su suegro cuando este se jubiló, y realiza diversas labores en el campo. El pasado fin de semana pusieron la chimenea para caldear la casa. La apagaron y se fueron a dormir, pero algo «salió mal». «Creemos que saltaron chispas hacia arriba, porque el fuego se inició en el tejado y fue bajando», relata.
El niño, de cuatro años, fue quien despertó a su abuela porque «olía mal». Por la ventana no vieron nada, pero la mujer bajó a comprobar que todo estaba en orden y ya se percató de que las llamas devoraban la cubierta. «Es un cortijo viejo con madera y prendió muy rápido», lamenta Mario. Huyeron con lo puesto, «asustados», y comprobaron desde fuera cómo sus recuerdos se fundían entre aquellas paredes. Avisó al 112: «Mi casa está empezando a arder, daros prisa», les indicó. Acudieron efectivos del Parque de Bomberos de Guadix, servicios sanitarios y Guardia Civil. «Fue muy duro ver cómo se quemaba nuestra casa durante tantos años», admite.
Su jefe les ha pagado la estancia en una casa cueva para que tengan donde dormir, por lo que le están inmensamente agradecidos. Hay vecinos del pueblo que también les están echando una mano. No tienen nada, lo que más necesitan es ropa y electrodomésticos. «El niño está asustado y se lamenta por lo que ha perdido», lamenta su padre. Con suerte, la solidaridad permitirá que el pequeño no se quede sin regalos esta Navidad.
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