Alberto Flores
Granada
Sábado, 4 de septiembre 2021, 13:17
A mediados del pasado mes de agosto el municipio granadino de Cúllar vivió un dramático episodio de maltrato animal. Era por la mañana y todo transcurría con normalidad hasta que una vecina que salía de su casa junto a su hijo de nueve años se ... encontraba con la desoladora escena: un hombre mayor, de 75 años, conducía su coche mientras arrastraba a un perro que llevaba atado a la parte trasera del automóvil con una cadena.
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«Pensaba que el perro estaba muerto porque iba de lado y no se movía», cuenta a IDEAL la denunciante, que no dudó en comenzar a gritar al conductor del coche, «una persona problemática muy conocida en el pueblo», hasta hacerlo parar. Su marido tuvo que frenar al hombre, que se bajaba del coche en actitud amenazante, mientras ella desataba al perro y lo metía rápidamente en su casa. «Nos decía que solo estaba paseando a su perro mientras se reía y después, mientras llamaba a la Guardia Civil, no paraba de amenazarme para que le devolviera al animal», asegura.
Una situación llena de tensión que se prolongó durante más de media hora hasta que los agentes llegaron al lugar de los hechos. «Llamé al Seprona y midieron una hilera de sangre en la carretera por donde venía el coche de 420 metros». Una imagen impactante que, según reconoce, será difícil de olvidar: «Nunca había visto algo tan bestia, es la primera vez y espero que sea la última. Mi hijo lo está pasando bastante mal porque no se le iba la imagen de la cabeza y he tenido incluso que darle tranquilizantes por la noche». La rápida actuación de esta vecina y su familia salvó la vida del animal, al que tras lo sucedido tuvieron que trasladar a una clínica veterinaria debido a la gravedad de las heridas.
Desde el pasado 13 de agosto, que fue cuando sucedió todo, el can pasó seis días ingresado y luego fue trasladado a una casa de acogida. Sin embargo, tuvo que volver a ser ingresado a los pocos días porque las heridas no iban bien. «Ahora le hacen curas cada dos días y está mejor, se está haciendo cargo de él la protectora de Huéscar, que se ha portado genial con todo esto», reconoce la vecina de Cúllar, que destaca que desde el Ayuntamiento del municipio no tardaron en llamarla para ayudar en todo lo que fuera necesario y hacerse cargo de los gastos de la clínica veterinaria.
La mujer, que prefiere que no se revele su identidad, reconoce que teme posibles represalias por parte del agresor, que actualmente se encuentra en un proceso judicial por todo lo ocurrido. «Todo el mundo le tiene miedo en el pueblo porque saben como es», confiesa. Sin embargo, pese a ello, la vecina ha querido dar a conocer la historia para visibilizar la situación de maltrato a la que se enfrentan muchos animales cada día: «ojalá esto pueda servir para que cada vez se vean menos estas cosas, aunque solo sea porque los que las hacen tengan miedo a lo que les pueda pasar».
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