El Seprona vigila el confinamiento del ganado afectado por el virus de la viruela

A medida que se descubren nuevos focos la zona a vigilar es mayor. Tanto la Junta de Andalucía como la propia Guardia Civil han confirmado que el Seprona está realizando este tipo de servicios. Los agentes han visitado las ganaderías advirtiendo del peligro que supone sacar el ganado y las sanciones a las que se pueden enfrentar los ganaderos.

De momento solo se han detectado pequeños movimientos nocturnos de algún que otro ganadero que ha sacado el ganado para que se alimente a pocos metros de la explotación ganadera, pero tras las advertencias de los Agentes del Seprona las salidas nocturnas del ganado han cesado. Hasta el momento no ha sido necesario imponer sanciones a nadie.

El alcalde de Benamaurel, Juan Francisco Torregrosa, en cuyo municipio se descubrió el primer foco el 19 de septiembre pasado y donde se concentran la mayoría de ellos, dice desconocer los posibles movimientos nocturnos de ganado, pero sí manifiesta que este tipo de situaciones se podían dar ante la falta de certeza y garantías que tienen los ganaderos afectados sobre las indemnizaciones y ayudas que pueden recibir.

«Cada día los ganaderos tienen que alimentar el ganado y les está suponiendo un gasto extra que están soportando a veces tirando de ahorros, el que los tenga, porque la Junta de Andalucía no ha dicho con claridad cuánto dinero van a recibir para alimentar el ganado inmovilizado y durante cuánto tiempo, la falta de concreción crea nerviosismo y desesperación», explicó el primer edil.

Juan Francisco Torregrosa no duda un instante en calificar la situación de «dramática». Considera que este brote va a acabar con la ganadería extensiva en su municipio, una forma de vida transmitida de generación en generación. Ya se han perdido entre el 85% y el 90% de las ganaderías. En Benamaurel hay censadas 40 explotaciones agrarias, de las que la mitad son medias y la otra mitad son pequeñas, con pocos animales.

De los 13 focos que hay en Andalucía, 12 de ellos se localizan en la provincia de Granada, concentrados en la comarca de Baza, y la mayoría de ellos en la localidad de Benamaurel y el resto en Cúllar, Baza, Caniles y Oria, todas limítrofes.

Los últimos dos focos se localizan en Puente Arriba y en San Marcos, en el municipio de Benamaurel, pero ya limitando con Castilléjar, en la comarca de Huéscar. El pasado miércoles fueron sacrificados 400 animales de los últimos focos, tras su detección, y una vez que las dos explotaciones ganaderas estén limpias y desinfectadas comenzará a correr de nuevo desde cero el periodo de inmovilización de 30 días. Si no surge ninguno más, la fecha clave sería en torno a la segunda semana de diciembre, ya en plena campaña de Navidad, la época en la que más demanda de cordero existe y a mejores precios.

El alcalde de Benamaurel dijo echar de menos que los presidentes del Gobierno y de la Junta de Andalucía, que el miércoles hicieron una visita histórica a Baza, no se refirieran al grave problema que están pasando los ganaderos de la comarca.