Un único gimnasio a lo largo de 50 kilómetros devuelve la vida a Dehesas de Guadix

Llegó hace cuatro años a Dehesas tras heredar un terreno familiar y, tras enamorarse por completo del entorno de Los Montes Orientales, decidió quedarse en él. Pero la idea de no tener donde hacer deporte no entraba en su cabeza, por lo que decidió instalar algunas máquinas para uso personal en una cochera. «Al principio solo le daba un uso personal. Después, empezaron a venir algunos familiares y amigos y, al final, los vecinos del pueblo empezaron a preguntarme. No podía decirles que no», expresa orgulloso.

Lo que empezó siendo una pequeña habitación con algunas pesas es, hoy en día, un gimnasio totalmente equipado con 30 máquinas de fitness. Máquinas para hacer cinta y otras tantas bicicletas estáticas se completan con un set de mancuernas, barras de trazos o cintas elásticas y esterillas para el uso de los usuarios.

Esta oportunidad permite a los vecinos de la localidad y de otros muchos municipios cercanos -como Alamedilla, Gorafe, Pedro Martínez o Villanueva de las Torres- disfrutar de esta opción impensable para muchos hace apenas un año. «Estamos encantados. Esto no solo nos da vida a nosotros, también se la da al pueblo», expresa Antonio, uno de sus usuarios.

Dehesas de Guadix cuenta con 400 habitantes y, hasta hace poco, tenían que conducir una hora de ida y otra de vuelta para poder hacer deporte. «Era una pérdida de dinero en gasolina y, sobretodo, de tiempo», señala el actual propietario. Sus vecinos reconocen estar encantados. Cuando llega el verano y el buen tiempo, pueden salir a caminar, pero no tenían ninguna otra alternativa durante los meses de frío. El pueblo cuenta con un bar y una pequeña tienda, pero nadie hasta entonces había reparado en la importancia que tenía establecer un gimnasio. A ello se le une que el gimnasio se ha convertido en un punto de encuentro más de ocio en un municipio en el que no hay mucho que hacer y en el que admiten «es necesario hacer frente a la despoblación».

«Ahora vemos movimiento, salud e ilusión por el pueblo. Hay que conseguir que los núcleos pequeños podamos acceder a los principales servicios para que nuestros jóvenes no estén desesperados por salir de aquí», señala Juan.

Además de todo un sinfín de máquinas, Juan trabaja ya en la adaptación de otra nave en la que se ofrecerán clases de yoga, karate o zumba por petición e ilusión de sus vecinos, que ven cómo el pueblo se revitaliza poco a poco y tienen cada vez más opciones.

La vida de José Segura cambió totalmente a finales de 2023. Estaba apunto de someterse a una reducción de estómago, cuando habló con Juan y este le dijo que probara antes a hacer deporte en su gimnasio, aún sin estar abierto al público, como usuario VIP. Pesaba 180 kilos, casi no podía andar, ni mucho menos conducir, por lo que ir a Guadix a un gimnasio era misión imposible. Algunos meses después, reconoce que es otra persona. Ha perdido 85 kilos y acude a diario, de lunes a viernes, a las instalaciones de su vecino para seguir con el entrenamiento. Él mismo le prepara una rutina de ejercicios que sigue a rajatabla. «No hay palabras de agradecimiento suficientes para expresar lo que este cambio de estilo de vida ha supuesto para mí», declara.

Además del cambio físico que ha experimentado y de bajar unas cuantas tallas, ahora puede trabajar, salir a pasear con sus hijas o algo tan simple como pisar la calle. Hace deporte regularmente y sigue una dieta saludable gracias también a las pautas de un nutricionista. Se ha ahorrado una operación quirúrgica y depender el resto de su vida de suplementos alimenticios y medicamentos. Pero lo más importante es que ha ganado en confianza por ver lo que ha conseguido por su propio esfuerzo. «Tenía dificultades para realizar cualquier movimiento. Esta oportunidad me ha cambiado la mentalidad», sentencia con alegría mientras se le ilumina la cara mientras disfruta de la que, ahora sí, es su nueva vida.