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Pablo Rodríguez
Granada
Miércoles, 23 de junio 2021, 00:45
El futuro del Ayuntamiento de Granada se mantiene en el aire después de dos semanas desde la ruptura del equipo de gobierno. Con Luis Salvador al frente del Consistorio con el apoyo de un único concejal, los grupos municipales se afanan en los últimos días ... en buscar una solución que permita desbloquear la situación, que está provocando problemas en la tramitación de expedientes y amenaza ya con afectar a la salida de la ciudad de la crisis generada por la pandemia.
Los contactos se han multiplicado en las últimas horas. Algunos de ellos se han hecho públicos, como las conversaciones mantenidas por Unidas Podemos con el alcalde y con Francisco Cuenca. Otras, sin embargo, se han mantenido fuera de los focos y se espera que den paso a nuevas oportunidades a corto plazo.
Una de ellas es la reunión entre socialistas y populares. Ambas formaciones ya trabaron contacto una vez superado el ultimátum de 72 horas planteado a Luis Salvador para que dimitiera y cerraron cita para reunirse este miércoles. Sin embargo, un problema de índole «estrictamente personal» provocó que fuera suspendida a última hora. Al cierre de esta edición, los dos equipos seguían cuadrando agendas para concertar una nueva fecha.
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Fuentes próximas a los socialistas aseguraban ayer a IDEAL que el grupo ofrecerá a los populares un gobierno de concentración como medida de salvación para la ciudad. Los responsables granadinos cuentan con el visto bueno de la dirección federal para poner sobre la mesa esa oferta tan singular como la propia situación que vive Granada. Cuenca ya lo dejó entrever el miércoles pasado cuando anunció la intención de su partido de intentar abrochar una moción de censura contra el regidor. «La situación es tan inédita», dijo, «que requiere soluciones tan importantes que me hacen no descartar ninguna fórmula ahora mismo para sacar mi ciudad adelante».
La posibilidad pasa por convencer al PP, como ha trasladado el PSOE en las últimas comunicaciones públicas, de que «deje de ser parte del problema y pase a ser parte de la solución». Para lograrlo, el grupo ha apostado por buscar un acuerdo programático. Consensuar una batería de iniciativas para salvar la situación y que permita a la ciudad avanzar con un mínimo de estabilidad hasta la siguiente cita electoral.
Son las conocidas 40 acciones para rescatar Granada que presentó el PSOE y que ya tienen los populares. El documento reúne líneas de actuación comunes a ambos partidos. También algunas que iban ya a desarrollarse por el bipartito de no ser por la ruptura y otras que pasan por que los socialistas exijan al Ejecutivo, de su mismo color, para que puedan ser llevadas a cabo. Es algo buscado para acercar posturas y facilitar unas negociaciones que, por su naturaleza misma, no van a ser fáciles.
El PP ya dio muestras de ello la semana pasada. Su portavoz municipal, César Díaz, reconoció a este periódico que la formación está dispuesta a sentarse para hablar sobre el trance por el que pasa ahora mismo el Ayuntamiento «con todos los partidos», aunque pidió a los socialistas que borraran los nombres de sus concejales del borrador de moción porque ninguno de ellos estaba dispuesto a estampar su firma.
El discurso, sin embargo, se moduló ayer respecto a lo dicho días atrás. El dirigente insistió en que la «primera opción» de su partido pasa por «reeditar» el acuerdo de gobierno que unió a PP, Ciudadanos y Vox hace dos años, aunque liderado por un miembro del grupo municipal popular «como fuerza del centro derecha más votada en las pasadas elecciones». «Tenemos el doble de votos que Vox y el triple que los integrantes que se mantienen en la siguiente fuerza, que ahora es Ciudadanos», recordó.
Alabó el trabajo realizado en este periodo por el bipartito «con apoyos puntuales de Vox» y reiteró que la hoja de ruta sigue por que, tras dos años de «generosidad», se dé cumplimiento al «compromiso verbal» alcanzado en las horas previas a la investidura. El famoso dos más dos.
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Sin embargo, al contrario que días atrás, Díaz descartó esta vez referirse a la oferta de los socialistas. El dirigente afirmó que quiere la «gobernabilidad» y que trabaja por la «estabilidad» de Granada. Confirmó que las direcciones de ambos partidos mantendrán pronto un encuentro y limitó sus respuestas a las conocidas 40 medidas de rescate, de las que dijo que «muchas ya se estaban ejecutando y no son novedosas y otras el PSOE haría bien en trasladarlas al ministro Ábalos porque son de su competencia».
Antes de que hablara Díaz ya se había referido a la situación municipal Francisco Cuenca, que visitó el paseo de las Palmas para reclamar mejoras en la accesibilidad y la seguridad. Como en días atrás, el portavoz municipal socialista pidió apoyo a los populares si «de verdad quieren rescatar a esta ciudad» y contribuir a «salir de este atolladero» que la tiene «paralizada».
El concejal, no obstante, no olvidó la llamada a Unidas Podemos, que también ha mostrado predisposición para sentarse a dialogar, y a los ediles no adscritos. A todos ellos pidió apoyo para «darle ya una solución a la situación surrealista, penosa y lamentable en la que nos ha metido el PP con el señor Salvador».
Sobre los encuentros, dijo que se celebrarían «en las próximas horas» y demandó que no se demorasen mucho al objeto de amarrar un «plan de rescate» para la ciudad y completar las firmas necesarias para poder «sacar adelante» la moción de censura contra el primer edil.
Cuenca cargó contra Luis Salvador por su reticencia a abandonar el sillón a pesar de carecer de apoyos suficientes para recuperar la junta de gobierno local. Dijo que imagina que el regidor «está en la línea de encontrar respuestas a sus intereses particulares, ni mucho menos lo de esta ciudad» y reconoció que no sabe «qué puede tener en la cabeza» para reclamar nuevamente la responsabilidad de los concejales, incluidos la de los no adscritos.
Las declaraciones de Francisco Cuenca no tuvieron respuesta por parte de Luis Salvador, que ayer no se mostró públicamente en ningún acto. Su agenda permanecía este martes vacia, algo casi inédito en lo que va de mandato. Son dos jornadas ya las que acumula el dirigente sin hablar después de la cita prevista para el pasado fin de semana con los responsables nacionales de Ciudadanos.
De la conversación con Inés Arrimadas nada se ha sabido. El alcalde impidió que se le hicieran preguntas sobre este tema el lunes en la única rueda de prensa en la que ha participado en las últimas 48 horas. Solo José Antonio Huertas, en un acto público celebrado a primera hora del lunes, se refirió a la cuestión y dijo que le «consta» que la conversación se había producido.
En ese escenario de silencios, la ciudad avanza hacia un pleno, el de este viernes, que se espera que esté dominado por la crisis municipal. Quizá sea entonces el momento para hablar.
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