El pub de las hachas de Granada que es el paraíso de los vikingos

Los vikingos han conquistado Granada. Poco más de un mes tiene de vida el Valhalla Axe Bro., el nuevo bar de Pedro Antonio de Alarcón en el que se combina la pasión por la cerveza y por un pionero juego de habilidad: el tiro con hacha. A priori, una locura que cobró sentido en la cabeza de Gregorio Mora mientras presenciaba la aurora boreal.

«Hice un viaje a Islandia junto a mi mujer. Siempre nos han encantado los países nórdicos, pero en esta ocasión nos quedamos maravillados. Además de disfrutar de su espectacular entorno natural, probamos la actividad de tiro con hacha», explica Gregorio, el propietario del bar, a IDEAL. «Me dí cuenta de que enganchaba, que el tiempo volaba. Así que pensé la manera de llevarme este juego a Granada. Así nace Valhalla».

Enmarcado entre el resto de pubs, Valhalla Axe Bro. parece una taberna vikinga auténtica. Varias mesas de madera con sus respectivos taburetes poblan el interior del establecimiento junto a la barra, sobre la que se sirve cerveza fría o hidromiel artesanal. El trono de Odín preside el bar mientras que Gregorio aprovecha para afilar todo un arsenal de hachas, la gran atracción de los clientes que entran al Valhalla por primera vez.

Al fondo, alrededor de una decena de dianas ponen a prueba la puntería de los vikingos granadinos. La pregunta es pertinente: ¿es buena idea manipular un hacha tras consumir alcohol? «Si el pueblo vikingo dominó Europa a base de tragos de hidromiel, no puede ser tan peligroso», bromea Gregorio antes de detallar las medidas de seguridad con las que cuenta Valhalla. Cámaras de vigilancia, distancia de seguridad y hasta un documento con el que el jugador afirma que se encuentra al 100% de sus facultades y se compromete a respetar todas las indicaciones del personal.

«Además, un monitor está pendiente de todos los tiradores durante la partida y tiene la última palabra para denegar la participación si detecta síntomas de embriaguez o de otras sustancias. En Valhalla queremos tener un ambiente familiar y que la gente disfrute sin peligro. También tenemos hachas de velcro para niños. Por ahora, no hemos tenido que lamentar ningún accidente», indica el dueño.

El goteo de curiosos es constante. Sobre todo, los fines de semana. No quedan dianas libres y el sonido del afilado acero clavándose en la madera retumba en el pub. No basta con incrustar el hacha, sino que el jugador debe lograr la máxima puntuación posible apuntando a las zonas de la diana más valiosas. «El juego está teniendo muchísima aceptación. Ahora, que se va acercando la Navidad, nos llaman grandes grupos para celebrar todo tipo de eventos. Comidas de empresa, despedidas de soltero... En este caso, nos aseguramos de que el tiro con hacha sea la primera actividad de su jornada antes de dar paso a la fiesta», ríe.

Al contrario de lo que podría parecer, lanzar hachas no requiere de una impoluta forma física. Basta con aprender la técnica y tener ganas de pasar un buen rato. O, también, de desfogar. «Hace unos días, vinieron unas jóvenes con una fotografía de un chico para pegarla en la diana. No pregunté, pero te puedes imaginar... No sé quién sería. De la imagen no quedó nada», concluye Gregorio mientras prepara una diana para una nueva partida. El paraíso vikingo ha desembarcado en Granada.

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