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Desde el pasado 17 de agosto, los bares de Andalucía no pueden admitir clientes a partir de las doce de la madrugada y tienen que bajar su persiana una hora más tarde. Además, los negocios dedicados «exclusivamente al consumo de bebidas» no están autorizados ... a abrir. La Junta ordenó el cierre del ocio nocturno al considerar que estos locales eran, en ese momento, el origen de los brotes de coronavirus con mayor número de casos asociados. Para evitar este cerrojazo, muchos de ellos han optado por reinventarse, cambiando su actividad sobre el papel u ofreciendo comida preparada o de restaurantes vecinos.
El Ayuntamiento ha agilizado los trámites para ello, siempre cumpliendo con la orden de la Junta de Andalucía. Ha recibido una avalancha de consultas sobre la normativa, que deja puertas abiertas –y otras de fácil apertura– para evitar los cierres totales de los negocios de ocio nocturno. Como explica la concejala de Medio Ambiente, Pepa Rubia, para el equipo de gobierno es prioritario «ayudar al máximo a la recuperación económica» de estos establecimientos.
Los técnicos municipales están proponiendo a los pubs dos alternativas, como detalla el director de Medio Ambiente, Juan Carlos González. Para entenderlas —sin entrar a fondo en los laberintos de la terminología normativa— hay que acudir a la clasificación de los establecimientos, en primer lugar. Se aprobó en 2018 y divide a los locales en tres tipos: de hostelería sin música, de hostelería con música y especiales con música. La orden de la Junta de Andalucía –al margen de medidas de aforo y horarios para el resto de establecimientos hosteleros– habla del cierre de los establecimientos especiales de hostelería con música que ofrezcan exclusivamente bebidas. Así que los empresarios pueden optar por dejar de ser negocios 'especiales' o bien por ofrecer a sus clientes algo más que bebidas. En cualquier caso, se mantienen las restricciones de aforo y el horario reducido.
Para completar el primer trámite, una especie de cambio del licencia, basta con rellenar una declaración responsable, de tal forma que el establecimiento pasa de ser 'especial de hostelería con música' a ser de 'hostelería con música'; o sin ella, lo que además le permite tener terraza. La principal diferencia es que los especiales podían abrir hasta las tres de la madrugada entre semana y hasta las cuatro en fin de semana, distinción que ya no existe, pues todos deben bajar la persiana a la una. Por ahora, el Ayuntamiento ha recibido sólo tres peticiones de esta solución: hay establecimientos que no quieren hacer este camino para luego desandarlo.
La segunda apuesta es la que más consultas ha generado. El letrado Federico Olóriz, director de OHC abogados, ha asesorado a una treintena de pubs interesados en esta opción. En este caso no tienen que comunicar el cambio al Ayuntamiento, siempre que no tengan que instalar una cocina y sólo ofrezcan alimentos preparados. Sí son necesarios los planes de higiene, carnets de manipulador de alimentos y el alta en el registro sanitario de la Junta. Como sucede con las bebidas, deben ofrecer la lista de precios. Los trámites, según las fuentes consultadas por IDEAL, son muy ágiles.
En las calles Ganivet y Pedro Antonio de Alarcón, dos de las zonas de marcha de la ciudad, son muchos los pubs que han recurrido a este método para mantenerse a flote. El ambiente no se puede equiparar al de cursos anteriores, sobre todo teniendo en cuenta que septiembre era uno de los mejores meses para los hosteleros de la noche, gracias a la vuelta de los universitarios. Pero el escenario tampoco encaja con la imagen de 'cierre total' durante el estado de alarma.
Raúl López, empresario al frente de Ganivet, considera que abrir hasta la una «no compensa», a pesar de que los clientes empiezan a 'reeducarse' y llegan antes al local. Antes de las restricciones, los pubs facturaban el 80% de sus ingresos desde de las doce de la noche;ese es justo el momento a partir del cual ya no pueden admitir nuevos clientes tras la orden de la Junta. Además, tienen una reducción al 60% del aforo.
Ellos han optado por renunciar durante seis meses a la música en la planta superior del establecimiento, lo que les permite tener terraza. Sacando los permisos sanitarios pertinentes, han llegado a un acuerdo con el restaurante El Mentidero para ofrecer su comida en la terraza. Al margen, ofrecen 'crujipizzas', que se hacen en un horno y sin casi manipulación. Además de cuatro tipo de dulces de la empresa granadina Nordwik, que están congelados y se calientan en microondas antes de servir. En la planta inferior la oferta es la misma, pero con música.
También el grupo Paripé mantiene sus negocios en marcha. En la Azotea han optado por un cese temporal de la actividad y han llegado a un acuerdo con Frankfurt para ofrecer sus productos. En La Chula han recuperado la cocina –hasta ahora cerrada– del antiguo restaurante y han diseñado un menú sencillo. En el resto de locales, donde no es posible aplicar ninguna de estas soluciones, ofrecen, por ejemplo, crepes dulces. «Al final aprendes cosas nuevas», explica Pablo Rivas, propietario del grupo. En algunos de los pubs que han optado por abrir empleando estas fórmulas barajan mantener la comida una vez terminen las restricciones.
El Ayuntamiento ha comunicado a la Federación Provincial de Hostelería y Turismo y a la Policía Local esta casuística. El área de Medio Ambiente trabaja ya en otra instrucción, que servirá para aclarar las dudas de los hosteleros en lo relativo a la celebración de conciertos de pequeño formato.
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