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El Juzgado de lo Penal número 2 de Granada ha condenado a una mujer a pagar una multa de 4.500 euros como autora de un delito de denuncia falsa contra su exnovio, que en 2015 llegó a ser detenido y a estar investigado por unos supuestos malos tratos que han resultado ser «falsos».
La sentencia, fechada el 20 de abril y a la que ha tenido acceso IDEAL, reprocha duramente su actuación a la acusada, que deberá indemnizar con 4.000 euros a su expareja por el daño moral causado, sobre todo, por haber atentado contra su honor. «Hay pocas situaciones más deshonrosas que verse sometido a un proceso penal como presunto autor de unos actos de violencia de género», subraya el magistrado que ha dictado esta condena, Antón Henares, al tiempo que recuerda que el hombre, a raíz de la denuncia, sufrió una detención preventiva, pasó la noche en los calabozos de la Guardia Civil y estuvo sometido «a la incertidumbre de un proceso penal de tres meses de duración». Ese fue el tiempo que tardó en decretar su archivo el juzgado de Violencia sobre la Mujer donde aterrizó aquella denuncia falsa.
El magistrado llega a calificar de «torticera» la actuación de la mujer, que se enfrentaba a una pena de hasta 15 meses de cárcel. La acusaban tanto el fiscal como su exnovio, que ha ejercido la acusación particular en el caso y ha estado representado por el abogado Sergio García Agudo.
Para el juzgador los hechos denunciados son «falsos». Así, tras analizar minuciosamente cada episodio que relataba la denuncia, concluye que la mujer actuó «tergiversando la realidad», siendo «todo un invento y manipulación por parte de ella». La denuncia fue formulada el 8 de julio de 2015 en el puesto de la Guardia Civil de Maracena. En ella, acusaba a su expareja, con quien estuvo desde 2008 hasta 2014, de haberla sometido a «vejaciones, insultos, maltrato psicológico continuado y golpes».
Asimismo, denunciaba que cuando la relación ya se había roto, en enero de ese año recibió una llamada en la que «la insultó». Al mes siguiente se encontraron en el centro comercial Serrallo y, según ella, «le propinó un empujón además de insultos». Otros de los episodios que narraba fueron un supuesto intento de atropello en Albolote y otro desencuentro cuando ambos circulaban por la A-44 y él «realizó maniobras temerarias con su turismo, provocando que casi se saliera de la carretera». Ese mismo día, pero ya por la noche, situó un nuevo incidente en la puerta del domicilio de él, en Albolote.
Para el juez, nada fue como ella lo contó. Cree que denunció con «malicia» y con «pleno conocimiento de la falsedad de los gravísimos hechos que denunciaba», ocultando «datos relevantes que demostraban la inexistencia del maltrato». A su juicio, utilizó la denuncia como «instrumento de venganza» hacia su expareja y su actual novia; denunció «alterando la realidad», con un solo objetivo: perjudicarle.
La protagonista de este caso hizo, en definitiva, una imputación «general/abstracta, ausente de cualquier rigor y seriedad», determina la sentencia, que censura a la mujer por malgastar «los recursos estatales en la denodada lucha contra la violencia de género». El fallo no es firme.
Si el exnovio de esta granadina hubiera sido un maltratador habitual, «es ilógico –opina el juez– que la denunciante pretendiera reanudar la relación sentimental». Esa intención quedó recogida en un mensaje posterior a la ruptura –que se produjo durante el verano de 2014–, en el cual ella «se arrepiente de la ruptura sentimental» y le pide volver. No hay, aparte, ningún documento médico que acredite los golpes que decía haber recibido. Tampoco concretó en qué fechas exactas sufrió las injurias, vejaciones o lesiones, unos supuestos malos tratos que él ha negado «absolutamente». Sobre el supuesto intento de atropello, que luego degradó la denunciante a un mero acercamiento asustadizo, el fallo destaca que hasta la testigo propuesta por ella dijo que «no escuchó ni vio nada».
El juez aprecia hasta «premeditación», pues en una conversación de wasap que tuvo con su actual novia, la acusada le amenazaba con denunciarlo como «simple represalia» por las disputas entre ellas. «Aver [sic] si no t quedas sin tu príncipe azul», le escribió. «Esta conversación –agrega el juez– demuestra que la hoy acusada ya valoraba la posibilidad de utilizar la denuncia penal como un instrumento dañino contra su expareja y, también, indirectamente, contra su actual novia».
El abogado Sergio García Agudo manifestó ayer a IDEAL que sentencias como esta refuerzan el sentimiento de justicia y de igualdad ante la ley. «Que nadie se pueda ver injusta y falsamente acusado de un delito en perjuicio de su honor es fundamental para mantener la convivencia social. La Violencia de Género es una materia tan delicada que requiere que entre todos evitemos que se desvirtúe y sirva a otros fines que no sean la protección de las mujeres verdaderamente afectadas por una situación de violencia en sus vidas», añadió.
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