«Ana, soy yo el que quiere hacerse una foto contigo»

Hasta el presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla, dijo que estaba encandilado por esta mujer y pidió a la lojeña Ana Ávila que le permitiese hacerse una foto con ella. El presidente respondía así al saludo emocionado de Ávila al dar las gracias por estar en el acto «nada más y nada menos que el presidente de Andalucía. Fijaos qué nervios tengo. Me siento honrada», dijo.

Ana recibió en la gala de los Ideales 2021 el premio a la trayectoria personal por sus muchos méritos atesorados en su vida como mujer emprendedora, cuando lo de emprender hace cincuenta años no era fácil para nadie pero se antojaba un reto insalvable si se trataba de mujeres, y por su intensidad vital como activista social que la mantiene desde hace décadas en su ciudad al frente de organizaciones como la Asociación de Donantes de Sangre, la Asociación contra el Cáncer y, sobre todo y desde hace un tiempo, como promotora y alma de un museo en Loja, que es el reflejo de su enorme personalidad y talento creativo.

Ana había adelantado que no quería leer discursos, solo hablar desde el corazón, pero tras recibir el premio de manos de la periodista de IDEAL Pilar García-Trevijano, se acercó al atril y desplegó un pequeño papel en el que apuntaba los nombres de las principales autoridades presentes para que no se le escapase ninguno. Y si a alguien no lo veía cerca, oteaba entre el público evitando con una mano que los focos la cegasen hasta encontrarlo, como al alcalde de Loja, Joaquín Camacho Borrego, su alcalde, que para ella era especialmente importante que estuviese en el acto. «Nos queremos mucho, yo puedo ser su 'abueli', pero no pasa nada. Y estaba, como también estaba la televisión local, y es que para ella recibir el premio IDEAL era especialmente importante y quería compartirlo con su ciudad y su gente.

Ana recordó cuando la llamó el director del periódico, Eduardo Peralta, para comunicarle el premio. «Me preguntaba qué podía querer el director de IDEAL y pensé que sería por mi negocio, pero al decirme que era para premiar mi trayectoria personal yo le contesté que '¿personal de qué?'».

Tras citar y agradecer a las autoridades su presencia, Ana dedicó el resto de su discurso a improvisar desde la sencillez. Solo se emocionó al recordar a su marido Apolo, y recalcó que el éxito de su proyecto común fue haberse querido tanto y trabajar mucho. «Y cuanto más trabajo teníamos más unidos estábamos».

Y acabó hablando de su museo, al que invitó a todos los asistentes a la gala, «pero todos de golpe no, que hay que mantener las distancias por el virus», y animó al público a consumir congelados Apolo «ya que estamos en Navidad».