MIRIAM LÓPEZ FERNÁNDEZ
Domingo, 17 de julio 2011, 19:01
El punto de encuentro para celebrar este fin de semana el 2º Aniversario de Geocaching Spain está claro: N 43º 13,964 W 04º 12,770. Aunque no son las indicaciones más convencionales para encontrar un lugar, estas coordenadas son suficientes para que, con la ayuda del GPS, situemos el punto en el mapa. Y si a este ejercicio de orientación le sumamos la búsqueda de un 'tesoro', el resultado es geocaching.
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Esta actividad, extendida por todo el mundo desde el año 2000, está enmarcada entre el deporte y el juego. Consiste en esconder un objeto, llamados cache, y compartir las coordenadas en Internet para que otros puedan encontrarlo. Con la ayuda de un dispositivo GPS localizamos el lugar donde está oculto. Llegar hasta allí puede ser toda una gran aventura.
Las búsquedas, que pueden ser individuales o en grupo, son muy diferentes, pues existe una amplia variedad de lugares donde hay caches escondidos. Desde un precioso enclave en lo alto de una montaña hasta el sitio más transitado de una gran ciudad, cualquier punto geográfico es apto para ocultar uno de esos tesoros.
Paso a paso
Iniciarse en el geocaching es muy sencillo, sólo hay que registrarse en geocaching.com para obtener una cuenta gratuita, escribir el país y la zona por la que te interesa buscar y escoger un tesoro de la lista. La mayoría de los tesoros y sus localizaciones han sido verificados por un voluntario. Con frecuencia, cuando los dueños de los caches los registran, escriben una pequeña descripción del lugar, las coordenadas y las pistas que consideran necesarias para tener éxito en la búsqueda.
Una vez introducidas las coordenadas en el GPS está en nuestra mano encontrarlo. No siempre es fácil, por ello es bueno comprobar antes de escoger un tesoro el nivel de dificultad de la ruta, el tipo de terreno y el tamaño del recipiente que buscamos.
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¿Qué es el tesoro? En cada recipiente (normalmente del tamaño de un 'tupper') puede haber objetos muy variados: monedas, llaveros, libros, mapas, muñecos Nunca se sabe lo que habrá dentro, aunque siempre encontraremos en el interior un libro de visitas que deberemos firmar. Ésta es una de las pocas reglas que tiene el geocaching. Llevarse el tesoro no está permitido, aunque se puede hacer siempre y cuando se deje otro del mismo valor. Si la experiencia resulta un éxito, se debe comentar en la ficha online del objeto, para que quede constancia de nuestro hallazgo.
Los caches pueden ir desde lo más tradicional -un recipiente escondido entre unas piedras- a tesoros múltiples, que implican dos o más localizaciones o incluso puede ser un puzzle en el que es necesario resolver ciertas cuestiones para obtener las coordenadas. En ocasiones, el lugar de las reuniones entre geocachers u otras organizaciones como Geobuscadores.com, Geocachingspain.com, también requiere del uso del GPS.
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Gonzalo, un riojano de 27 años, ha sido Geocacher en dos ocasiones. En Logroño, el grupo tenía que contestar ciertas preguntas y buscar varios números por los edificios más vistosos de la ciudad, comenta. Aunque consiguieron componer la cifra de las coordenadas, finalmente no tuvieron éxito con el tesoro. En Asturias su búsqueda estuvo guiada por fotos de paisajes. Esta vez sí lo encontramos, aunque no fue sencillo, destaca. Era un pequeño bote lleno de muñecos, aunque el principal tesoro fue contemplar las vistas por las que discurría la ruta, asegura este joven que afirma que el geocaching es una gran oportunidad de descubrir nuevos lugares a la vez que te diviertes con el juego.
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