J. LUIS ÁLVAREZ
Jueves, 7 de febrero 2013, 02:34
Príncipe de Asturias, Juan Carlos I, Juan de Borbón, Galicia, Castilla, Blas de Lezo o Méndez Núñez. Los nombres de los principales buques de la Armada española rememoran reyes, navegantes, gestas o comunidades autónomas. Entre los militares hay quienes defienden esta nomenclatura, pero hay otros que son firmes defensores de bautizar las naves con los nombres de los grandes marinos de la historia, al igual que ocurre en otras armadas de guerra del mundo.
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Actualmente, el buque insignia -hasta que sea desarmado y desmantelado- es el Príncipe de Asturias. No es el primero que lleva este nombre. Nada menos que nueve buques fueron denominados con el título del heredero de la Corona, el primero fue una fragata botada en 1714. El penúltimo correspondió a una fragata que montaba 100 cañones, en 1858.
La excepción es el buque multipropósito Juan Carlos I, que en los próximos meses será el buque insignia español. Esta nave inaugura una dinastía tanto con el nombre y como con sus objetivos estratégicos.
En los buques anfibios de la Armada hay disparidad de criterios. No son muchos, tres, pero solo dos corresponden a comunidades autónomas: Galicia, del que han existido otros seis barcos homónimos, y Castilla, del que se botaron nada menos que otros 11, el primero en 1628. El tercer buque es el Pizarro, del que también solo hay uno en la historia naval.
Las estrellas de la Armada son las fragatas y, en concreto, las de clase F-100, las más modernas y mejor dotadas tecnológicamente. La mayoría con menos de una década en el mar. Aquí los responsables de bautizar las naves acertaron (de acuerdo al criterio militar) dándoles nombres de ilustres navegantes, tales como Alvaro de Bazán (con cuatro de la historia con ese nombre), Blas de Lezo (con otras cinco) y Mendez Núñez (con cuatro más). Solo la Juan de Borbón es la primera que lleva la denominación del padre del Rey y almirante honorario.
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Por el contrario, para las más veteranas fragatas de la clase Santa María se eligieron nombres tales como Santa María, en recuerdo de la nave de Colón, Victoria, Numancia, Navarra, Canarias o Reina Sofía .
Bajando de tamaño en los buques de combate españoles, para la flotilla de cazaminas se eligieron nombres de ríos tales como Segura, Sella o Duero; a los submarinos les tocaron los vientos Galerna, Tramontana y Mistral; y para los patrulleros se eligieron meteoros como Rayo, Relámpago o Tornado, y a los que se suman el Vigia, Alborán o Tarifa y las que antes fueron corbetas Infanta Cristina , Infanta Elena o Vencedora. Los guardacostas de la Armada reciben denominaciones tales como Tagomago, Medas, Tabarca o Formentor.
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Sin embargo, los buques de guerra españoles no siembre se llamaron así. Desde que los Reyes Católicos apoyaron la gesta de Colón, a finales del siglo XV y hasta el siglo XX, hay numerosos nombres de santos, vírgenes o personajes mitológicos alistados en la flota, tales como: Nuestra Señora de la Concepción, Santísimo Sacramento, Nuestra Señora de la Almudena, San Carlos, Hércules, Dédalo, Miguel de Cervantes, Libertad o Lepanto, estos tres combatieron en la Guerra Civil bajo mando de la República.
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