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Jorge Pastor
Granada
Viernes, 10 de noviembre 2017, 13:58
El Aula de Conferencias de la Facultad de Derecho se llenó ayer por la noche para escuchar a Josep Piqué. El exministro, economista y empresario, invitado por el Foro para la Concordia Civil, disertó durante más de una hora sobre Europa y la crisis de ... las democracias representativas aunque, habida cuenta del momento político que vive en España, también dedicó unos minutos para hablar sobre el desafío independentista en Cataluña.
«La recuperación de los nacionalismos es un cáncer mortífero para la Unión Europea», aseguró Piqué, quien destacó en su intervención los altísimos niveles de prosperidad alcanzados en Cataluña, España y la Unión Europea en los últimos cuarenta años. «Si se preguntara en cualquier lugar del mundo donde se hallan los mayores estándares de calidad de vida, la respuesta sería Europa, la historia de un éxito», afirmó el conferenciante.
Pero, lejos de triunfalismos, Josep Piqué ‘centró el tiro’ en las grandes amenazas de la Unión Europea, que ha pasado de marcar el rumbo del planeta en los dos últimos siglos a situarse en la periferia. Tanto es así que, según Piqué, dentro de diez años ningún país de la UE formaría parte del G8. «Ni tan siquiera Alemania», apostilló.
Frente a esta pérdida de peso de la UE, Piqué advirtió de la emergencia de naciones como Indonesia (250 millones de habitantes y tres millones de kilómetros de extensión), que ocuparía el puesto cinco en ese hipotético G8. También recalcó el «enorme fracaso» que ha supuesto la salida de Gran Bretaña de la UE, «que ha puesto de relieve una preocupante realidad: que la historia puede retroceder».
En este sentido, significó que más allá del impacto sobre la UE, que se está negociando, el Brexit muestra también a una serie de fracturas dentro del propio Reino Unido. Concretamente se refirió al hecho de que hubiera territorios que votaran a favor y otros en contra, al igual que sucedió con los jóvenes y los mayores.
Josep Piqué explicó las razones que, a su juicio, han propiciado la validez del modelo de la UE. Por una parte, la ampliación a los once países del Este, que venían de sociedades cerradas y regímenes comunistas. «Hubo una precipitación respecto a los plazos y la relajación de las exigencias».
Los problemas de gobernanza se acrecentaron por la heterogeneidad de los veintiocho socios de la UE. Pero la gran desestabilización en la UE vino provocada por la crisis económica financiera «que puso en serio riesgo incluso el euro». «Hubiera sido dramático», espetó. Esta ‘gran depresión’ (así la llamó) tuvo muchos perdedores, «ciudadanos que se sintieron marginados y que tenían la percepción de que nadie se preocupaba por ellos». Bajo su punto de vista, «el mejor caldo de cultivo para los populismos».
Josep Piqué señaló que esta coyuntura debe enmarcarse forzosamente en el proceso de globalización, «que es objeto de crítica porque genera incertidumbre, pero que ha permitido que 3.000 millones de personas, que no son occidentales, se incorporen a las clases medias fundamentalmente en Asia, pero también en América Latina e incluso África». «Nunca hubo tantos seres humanos viviendo con dignidad», afirmó. Y también en el contexto de la digitalización.
Ahora mismo la superioridad tecnológica no la tiene Occidente, sino que se sitúa en el Estrecho de Malaca, en el sudeste asiático. Esta nueva revolución conlleva la «convergencia de productividades» y que gigantes como China recuperen su potencial. Ante esta pérdida de relevancia, Josep Piqué dijo que el primer paso debe ser que Europa se perciba como un sujeto político en las relaciones internacionales. También apuntó la necesidad de «avanzar en la integración», un reto que ve perfectamente factible porque las elecciones celebradas en países como Alemania, Francia o Austria han permitido la creación de gobiernos europeístas, pero con populismos fuertes. «Hay que pasar a la acción para recuperar la ilusión respecto al proyecto de Europa», subrayó.
Y agregó que España tiene mucho que ganar en este escenario por su interlocución con América Latina, pero integrándose también en la Europa de la primera velocidad, la que conforma hoy día el revitalizado eje franco-alemán tras los triunfos en las urnas de Macron y Merkel. Una nueva época que, según Josep Piqué, supone avanzar en asuntos de tanta trascendencia como la seguridad y la defensa, la unión bancaria o la emisión de eurobonos (deuda pública garantizada por todos los europeos).
La vicedecana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, Marta Morillas, calificó a Josep Piqué como un «político conocido y reconocido, que llega a la gente, con el que aprendes por su carácter analítico, crítico y valorativo». También destacó su faceta de economista y empresario, «dos coordenadas claves para interpretar lo que está sucediendo en Cataluña». El presidente del Foro para la Concordia Civil, José Torné, destacó el papel desempeñado por Piqué en los gobiernos de Aznar. Entre sus grandes logros, según Torné, su gestión para que Gibraltar estuviera más cerca que nunca de la soberanía española.
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