Jorge Pastor / José E. Cabrero
Sábado, 15 de enero 2022
Solo sé que no sé nada. Lo dijo Sócrates en el siglo V antes de Cristo y también podría ser la síntesis de una enfermedad, la covid-19, que nos sitúa todos días ante escenarios cambiantes. ¿La única certeza? Que las vacunas funcionan y reducen ... el riesgo de hospitalización. El resto son datos y más datos que evidencian que nadie está exento de reinfectarse una, dos, tres e incluso cuatro veces. Así les ha sucedido a Paula, Daniela, Emma,Raquel, María yFrancisco Javier. Los seis granadinos. Estos son sus testimonios.
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Paula Águila Pino, 22 años
Paula Águila, de 22 años, estaba a punto de salir de su piso de Granada para hacer el último examen del curso del grado de Radioterapia. Pero sentía una sensación extraña: no olía bien. Así que decidió hacer la prueba de fuego. «Si no hueles el humo de este cigarro, es que tienes la covid sí o sí», le dijo su amiga Noemi. Y, en efecto, fue 'sí o sí'. En vez de tomar el camino de la academia, Paula se dirigió directamente al Hospital del Campus de la Salud, y el resultado de la PCR confirmó todas sus sospechas: era positiva. Tenía un coronavirus de libro. Perdió el olfato y el gusto, que todavía no ha recuperado, y también experimentó el resto de síntomas. Aquello ocurrió en junio del año pasado.
Pero seis meses después, el 28 de diciembre, el destino le deparaba una nueva sorpresa que no era precisamente una inocentada. Después de una cena familiar, el bicho volvió a acordarse de ella y de todos los que estaban con ella. «Es como si tuviera predisposición a tener la enfermedad», asegura medio en serio medio en broma. «Espero que no se alargue en exceso, porque ya llueve sobre mojado». Después de una semana de encierro junto a sus padres, también infectados, se hizo un test de farmacia y ya ha dado por fin negativo. «Espero estar bien y aprobar mi asignatura pendiente de oler y que los alimentos me sepan a algo», dice entre toses.
Daniela Di Cera, 36 años
Corría el mes de abril de 2020, con medio mundo confinado, cuando Daniela Di Cera, de 36 años, fue al Hospital del PTS para hacerse una PCR. El parto de su bebé, Salvatore, estaba programado por cesárea para el día siguiente y los protocolos obligaban a hacerse la prueba de la covid veinticuatro horas antes. Daniela acudió tranquila porque no tenía ningún síntoma –en todo caso un trastorno estomacal sufrido unos días antes–, pero ese sosiego se tornó incertidumbre cuando le comunicaron que era positiva. «Fue tal mi estado nervioso tras recibir la noticia, que rompí aguas y di a luz de forma precipitada», explica. «Afortunadamente todo salió bien». Al tratarse de un caso singular –en esos momentos iniciales de la enfermedad había pocas embarazadas infectadas–madre e hijo fueron elegidos para un estudio científico. Ella se mantuvo contagiada y asintomática durante seis semanas y el pequeñín siempre dio negativo en los sucesivos test.
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Daniela recibió posteriormente una sola dosis de Moderna, como indican los protocolos, pero no ha sido suficiente para no volver a contagiarse. «El 28 de diciembre fui a Madrid para reencontrarme con unos amigos, y el día 1, ya de vuelta en Granada, me comunicaron que volvía a padecer la enfermedad», comenta. Le sucedió a ella y a todos los que acudieron a aquella reunión en Madrid. Esta vez la covid sí se ha manifestado, aunque de una manera leve. «Estoy como resfriada y tengo la sensación de que pierdo energía, de que estoy cansada». Ahora permanece confinada en su casa de Alhendín. El resto de convivientes, marido, hijos y madre, de los que procura estar separada el mayor tiempo posible, están libres de covid.
Emma González Fernández, 36 años
Emma es el paradigma de por qué la covid es una 'enfermedad extraña'. Tuvo la experiencia de sufrir una neumonía hace tres años, y en enero de 2020, cuando el mundo estaba en alarma por las noticias que llegaban desde Wuhan (China), volvió a sentir exactamente lo mismo: tos con flemas que le obligaban a dormir boca abajo y episodios con picos de fiebre que superaban los treinta y nueve grados. Antibióticos, paracetamol y corticoides. Faltaban dos meses para que se declarara la pandemia y nadie sospechó que aquello fuera el 'bicho chino'. Pero a finales de marzo, declarado ya el estado de alarma, Emma se hizo un análisis serológico al estar sometida a un tratamiento de fertilidad y los resultados fueron concluyentes: había generado anticuerpos. «Las tres personas que trabajaban conmigo en ese momento –Emma era encargada de un pub en la capital– estaban exactamente igual que yo», explica. ¿Tenían covid?
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Emma recibió posteriormente las dos dosis de Moderna, según la pauta. «La de septiembre me sentó fatal», recuerda con mucho pesar. «Tuve efectos secundarios prolongados; el más curioso, que dejaba de oír durante un par de minutos, con todo lo que ello suponía, incluida la pérdida del equilibrio». Emma se quedó embarazada –dará a luz en marzo– y se somete a reconocimientos periódicos. «En octubre y noviembre tuve los síntomas de la covid de una manera discontinua, varios días mal y varios bien», dice extrañada. El 31 de diciembre, una nueva prueba de serología resolvió que tenía anticuerpos.
Francisco Javier Hernández, 49 años
A Francisco Javier Hernández, de 49 años, le dio fiebre justo cuando Pedro Sánchez anunciaba en televisión el primer estado de alarma. «No puede ser, pensé. Si ayer estaba en Wuhan, hoy es imposible que esté en Granada. Esto es una gripe de las de toda la vida», cuenta al teléfono, entre risas, consciente de que, efectivamente, estaba equivocado. «No fui al hospital, que estaban colapsados, así que lo pasé en casa. Una semana después enfermó mi mujer y empezamos a pensar que quizás sí era covid». Hernández es funcionario de Justicia y, al volver al trabajo, le hicieron un test de anticuerpos que salió positivo. «Había pasado la covid, obviamente».
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La vida siguió entre mascarillas y vacunas –las dos dosis de Pfizer–, hasta que en el puente de diciembre de 2021 viajó a Madrid con la familia. El domingo, al regresar a casa, estaba «un poco cansado». «Pero nada, el lunes fui a trabajar sin problema. El martes me dio algo de tos, poca cosa, y mi mujer propuso que me hiciera un test de antígenos, vayamos a tonterías para Nochebuena. Salió positivo. Fui al hospital, me hicieron la PCR y confirmaron la Ómicron. ¿Síntomas? Nada, he tenido apetito, no he perdido fuerza... No llega ni a la categoría de catarro. Ya te digo, si no llega a ser por el sexto sentido de mi mujer ni me entero de que estoy contagiado».
Esta vez nadie más lo pilló en casa, en donde están todos vacunados, incluido el niño de 10 años. «Eso sí, la Nochebuena me tomé las gambas y el jamón encerrado en el despacho, por la cuarentena», termina, con buen humor.
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Raquel Pérez, 44 años
Raquel Pérez, de 44 años, descuelga el teléfono rápidamente, por si es del hospital. Está esperando el resultado de la tercera PCR que se ha hecho en los últimos diez días. «Trabajo en el sector sociosanitario, en una fundación con personas con enfermedad mental. Hasta que no tenga una prueba negativa no puedo volver a trabajar». Esta es la segunda vez que se contagia de covid. La primera fue en agosto de 2020, sin síntomas muy graves. «Estaba mala, pero lo pasé bien», dice.
Esta vez notó ciertos síntomas, especialmente en la garganta. «Fui a Urgencias y, en principio, pensaron que era una infección y me dijeron que si se ponía más grave, fuera a mi médico de cabecera. Como tenía que volver a trabajar, me hicieron una PCR y di positiva. Me confinaron el día 26. El 29 me hicieron un segundo test, también positivo. Y estoy esperando al tercer test, sin síntomas graves. Me encuentro bien».
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María Cortés Martín, 28 años
María Cortés, de 28 años, publicó su último single, 'Firme', poco antes del 25 de noviembre, cerca de la celebración del Día Internacional contra la Violencia de Género. La canción cuenta su propia experiencia y lo hace con un ritmo esperanzador, «de mirar adelante», dice ella. La carrera de Cortés está en pleno crecimiento, con el sello ML Records y sus canales de Youtube y Spotify a pleno rendimiento. Su voz, imaginarán, es fundamental para ella. De ahí que la siguiente frase sea mucho más que un lamento: «He pillado la covid tres veces. Tres».
Cortés atiende el teléfono con la voz rasposa. «La primera vez fue en octubre de 2020. Lo pasé bastante mal. Me duró 25 días y tardé en recuperarme», recuerda. Seis meses después, en abril, se reunieron para comer y, el domingo, un familiar dio positivo. «Me hice la prueba y lo había pillado. Pero no tuve síntomas». Y ocho meses más tarde, el 1 de enero, se sintió extraña. «Lo he vuelto a pillar y me ha dado fuerte. Estoy bastante regular, en casa, con aerosoles y antibióticos. Y no hay nadie positivo en mi entorno, sólo yo». Mientras pasa su cuarentena y se recupera, otra vez, de la covid, ha vuelto a mandar su positivo por la aplicación de Salud. «A ver si me hacen pruebas para saber por qué cojo tanto la covid. Nunca me han hospitalizado, pero la recuperación fue dura la primera vez. Me dejó chunga. Pero volveré a salir», termina, firme, Cortés.
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