Juan Bedmar, en la sede del grupo de Coros y Danzas de Granada. J. A. M.
Toda una vida

«Reivindicar las tradiciones es una forma de conocernos como sociedad»

Nacido en Granada en 1940, es un investigador y antropólogo hecho a sí mismo, y figura clave para entender la cultura local

Lunes, 19 de agosto 2024, 23:30

Juan Bedmar Zamora forma parte del ecosistema cultural granadino como uno de sus integrantes más conspicuos. Su bonhomía es proverbial, y su capacidad de trabajo, incansable. Nacido hace 84 años en Granada, pocos meses después del final de la contienda fratricida, pertenece a esa clase ... de personas hechas a sí mismas. De trabajar como zapatero ayudando a su padre en el taller familiar a ser poseedor de dos títulos universitarios –casi tres– y una de las referencias nacionales en estudios de folclore, hay siete décadas. Toda una vida.

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«Mi familia venía de la provincia de Jaén. Nací en el Aljibe de Trillo, en una casa de vecinos muy humilde. En aquel barrio vivíamos los desposeídos de la guerra, payos y gitanos compartiendo calles y juegos. Fue una infancia muy dura, con hambre y colas de racionamiento», recuerda sobre sus orígenes. Con todo, Juan Bedmar no sería quien es hoy si no fuera por el arte que emanaba entonces de esas calles. «Yo veía cante, baile y toque de los de verdad. El de las bodas, el de los bautizos, el de la Navidad, no el que se bailaba para los señoritos». Aprendió las cuatro reglas, a leer y escribir, pero a los diez años debió dejar la escuela para ponerse a trabajar a jornada completa en el taller familiar. A los 14 años, en 1954, ya estaba en el grupo de Coros y Danzas. «Soy un gran tímido, y al principio, no me sentía cómodo bailando. Además, en aquella época, decían que quienes bailábamos éramos afeminados. Pero sobre todo, estar en la agrupación me permitió viajar a Madrid y otros lugares, a las concentraciones anuales que tenían lugar en espacios como el Santiago Bernabeu o las grandes plazas», dice. Allí se le despertó el interés por conocer al fondo no solo el folclore granadino o andaluz, sino el de todas las regiones de nuestro país.

En horario nocturno, durante los años 70, fue avanzando en sus conocimientos académicos: primero obtuvo el Certificado de Estudios Primarios; luego hizo el Bachillerato en el Padre Suárez. Todo con becas, porque su padre no le pagaba salario alguno. Y de ahí, a la Escuela de Graduados Sociales y a la Facultad de Derecho, donde cursó los tres primeros años de la licenciatura. En ese momento, se casó y fueron llegando los hijos.

Bedmar, con los seises de la Catedral, que recuperó. IDEAL

A partir de ahí, comenzó a trabajar en la Diputación, la institución que ha sido su casa durante buena parte de su vida. Empezó en Servicios Sociales, y para prepararse de cara a su nuevo empleo hizo un curso de Especialista en Educación Especial, pero pronto su carrera puso proa hacia la cultura. «Allí volví a tener contacto con el mundo flamenco, y a organizar eventos relacionados con la música popular, como festivales y congresos. En aquel momento pusimos en marcha el festival Parapanda Folk, que aún hoy se mantiene, y con mucho éxito. Estábamos en una oficina Jesús Villalba –el histórico director del Festival de Jazz de Granada y de la Costa– y yo», rememora.

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Su mayor reto fue devolverle al folclore el peso cultural que siempre ha debido tener, huyendo de esa conexión con lo chabacano y lo rancio que tenía por parte de personas que querían dejar atrás el modelo implantado por la dictadura. «Esto es algo completamente comprensible, pero también implica un gran desconocimiento de la realidad del folclore», asegura Bedmar. Durante las últimas décadas, ha buceado en el importantísimo patrimonio inmaterial que lleva consigo esta manifestación cultural, incluso viajando hasta Turquía, donde estudió a los derviches, o recuperando tradiciones que ahora quieren volver a resucitar, como los seises de la Catedral de Granada. Sus últimos años de servicio en la Diputación los pasó en el Centro de Investigación Etnológica Ángel Ganivet, trabajando codo con codo con el catedrático y antropólogo José Antonio González Alcantud.

Ese trabajo le incitó a graduarse en Antropología por la UGR, los últimos estudios que ha completado, de momento. Además, trabaja con la Cátedra Iberoamericana de Trovo y Poesía Oral Improvisada que dirige Alexis Díaz Pimenta. Juan Bedmar es historia viva de la cultura de Granada, y un referente, tras 70 años, en el estudio de nuestro folclore y nuestras tradiciones.

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