![Glovo. Francisco hace la comprade los clientes y se la lleva a su casa.](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/202003/30/media/cortadas/reportes-kUTF-U100720312194rPI-624x385@Ideal.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Javier F. Barrera
Granada
Lunes, 30 de marzo 2020, 12:17
Dice el viejo refranero español, un lugar universal e inmaterial lleno de sabiduría, que «el que parte y reparte se queda con la mejor parte». Pero el Instituto Cervantes también admite que «la forma estable del refrán puede verse alterada por la inclusión de la modalidad negativa: 'El que parte y reparte no siempre se queda con la mejor parte'». Yva a ser que en este largo confinamiento por el coronavirus Francisco 'el Abuelo', trabajador de la empresa de reparto Glovo; José Manuel y sus bombonas de butano de Repsol; y Francisco Javier, de la compañía de paquetería Seur, son los que clavan esta modalidad negativa reconocida por la institución cervantina.
Son todos trabajadores de empresas como Glovo, Repsol o Seur que recorren todos estos días las calles de Granada para llevar a los domicilios particulares y a las empresas que todavía permanecen abiertas los suministros esenciales para seguir operativas. O les llevan los mensajes y los paquetes que esperan recibir no sin ahínco. También, simplemente, hacen la compra a familias o mayores que optan por permanecer en cuarentena en su domicilio para no contagiar y no contagiarse.
Son tres historias de tres profesionales del reparto como las de los cientos de iguales que desde la carnicería del Zaidín o la Farmacia del Camino de Ronda optan por hacer más llevadera la vida de la población que guarda confinamiento.
En suma, son otro grupo de profesionales de un sector que, con la boca cerrada de la que nace siempre una sonrisa, trabajan y buscan soluciones más allá del estricto cumplimiento del deber, solucionan situaciones inesperadas si no fuera por la actual crisis y superan contratiempos para los que nunca creerían que estaban preparados.
Los tres protagonistas de esta página trabajan tranquilos, todos coinciden en que tienen más trabajo que en una situación normal y, eso sí, cumplen las medidas de seguridad e higiene de forma estricta. Todos quieren, también, que el confinamiento termine.
Francisco Javier tiene la furgoneta aparcada como puede en la Cuesta Escoriaza, frente a la sede de Cruz Roja. Da un poco igual porque no hay tráfico. No lleva mascarilla porque no está infectado. «Yno tengo por qué llevarla», dice convencido. Pero asume todas las medidas de seguridad, lleva guantes protectores y guarda convenientemente la distancia de seguridad. «Yen la nave de Seur guardamos u estricto protocolo. Solo entramos de uno en uno a recoger los paquetes», confirma.
Respecto a trato con los clientes, de todo hay: «Hay gente que te anima por la labor que desempeñas, pero otros sin embargo son todo exigencias». Ahora, confirma, «cada entrega de un paquete es una historia diferente». Eso sí, con la crisis cumplen mejor su trabajo, «porque como todo el mundo está en su casa no hay devoluciones».
José Manuel y su sinfonía de bocinazos que anuncia la llegada del butano y el clank-clank-clank que le sigue al descargar las bombonas anaranjadas para el reparto, soñando con que en cada bloque haya ascensor. «Lo llevamos 'maomenos'», define el trabajo estos días. «Precauciones y a funcionar como se puede», añade.
Confirma también que hay más demanda. «Será porque la gente está asustada», elucubra. Aunque razona a continuación que «antes (de la crisis) se vendían más bombonas en las gasolineras y ahora como la gente no sale se las llevamos a su casa». Las anécdotas en su reparto llegan siempre a la hora del pago, «porque es a tocateja y abonan de mil maneras, con bolsitas de plástico con la pasta dentro o te acercan un cenicero con los euros».
En la calle Molinos Francisco, 'el Abuelo', 55 años a su espalda y un mochilón amarillo y cúbico, hace cola ante la frutería Del Pino. Todos guardan la preceptiva distancia de seguridad. Francisco consulta el móvil sin parar. En sus tripas está la aplicación de pedidos y direcciones.«Tenemos prácticamente el mismo trabajo, porque lo que no repartimos de comida rápida en plan McDonald's lo hemos recuperado en productos de las farmacias o en hacer la lista de la compra. Ytambién en cerveza y en tabaco». Pero, lo mejor, es que hay muchas propinas : «Nos dan los billetes y con tal de que no haya contacto dicen, 'Quédate con la vuelta'».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.