El animal, atrapado en el lecho del río. Sébastien Bernard

Una vaca, atrapada en un río de Sierra Nevada al hacer barranquismo sin querer

El animal quedó encajonado en el río del valle de San Juan y su dueño lo sacó del atolladero cuando los bomberos y la Guardia Civil ya se preparaban para ir a salvarlo

Carlos Morán

Granada

Jueves, 5 de septiembre 2024, 13:29

Solo la vaca sabe cómo se las apañó para acabar encajonada en un angosto meandro del río del Valle de San Juan. Tampoco está claro si el incidente ocurrió en el término municipal de Monachil o en el de Güéjar Sierra. Lo único cierto es ... que sucedió en las faldas de Sierra Nevada y que allí estaba el animal, atrapado en su laberinto de roca y agua, oteando un horizonte de cascadas y piedra. Igual que les pasa a los barranquistas que quedan aprisionados en los torrentes bravos y sinuosos que abundan en la provincia de Granada. La aventura de descolgarse de poza en poza para desafiar al vértigo entraña riesgos.

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Como es natural, el percance que sufrió la ternera no se debió a un afán por buscar emociones fuertes. Esa es una conducta rabiosamente humana. Los animales son más precavidos.

Quizá fue un resbalón o un salto fallido, pero el caso es que la becerra quedó encarcelada en un tramo del río del Valle de San Juan en el que apenas cabía su cuerpo.

Inverosímil aprieto

Las fuentes consultadas por IDEAL (112, Guardia Civil y Bomberos de Granada) no pudieron precisar a qué hora cayó en la trampa la vaca. La única certeza al respecto es que, alrededor de las cinco de la tarde de este pasado 4 de septiembre, un senderista acertó a pasar por el lugar de los hechos y vio a la becerra en apuros. El excursionista, preocupado por el inverosímil aprieto en el que se había metido la ternera, avisó a los servicios de emergencia, que comenzaron a engrasar los engranajes de un plan de salvamento, finalmente cancelado, en el que iban a participar los Bomberos de la capital y los expertos en rescates en montaña de la Guardia Civil. Los primeros aportarían, además de su experiencia en situaciones complicadas, un arnés diseñado para cargar y elevar grandes pesos; y los segundos, su aquilatado conocimiento de las trochas del macizo penibético y su pericia para moverse por terrenos particularmente escabrosos. Hay cientos de personas que les deben sus vidas a ambos cuerpos.

Un caballo en una piscina

Pero también muchos animales, sobre todo, perros y gatos. Aunque, excepcionalmente, han tenido que enfrentarse a rescates de mayor volumen, caso de algún que otro caballo. Por ejemplo, el pasado mes de enero, los Bomberos de Granada rescataron, con la ayuda de una grúa privada, a una yegua que se había caído en una piscina vacía en una finca del término municipal de Peligros, en el área metropolitana de la capital.

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Sin embargo, la 'operación vaca', prevista para la mañana de ayer 5 de septiembre, quedó abortada. El dueño de la ternera la había conseguido sacar del atolladero por sus propios medios.

Bien está lo que bien acaba.

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