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Paco, cuarta generación de pastores de Granada, con alquería en El Fargue y seiscientas cabezas en su rebaño de ovejas, está francamente nervioso. Ni puede fumarse un pitillo y tiene que dar en el clavo, porque como él mismo explica, «es que hoy viene la ... ministra». Se refiere la delegada de la Junta, Sandra García, que junto a la de Agricultura, Inmaculada Oria;y Al director de la Alhambra Reynaldo Fernández, han llegado a la Dehesa del Generalife para celebrar de alguna manera el primer año de la recuperación del pastoreo en Territorio alhambreño, único y bello.
La delegada del Gobierno de la Junta explica que la recuperación del pastoreo en la Alhambra permite «recuperar usos, costumbres y oficios que se están perdiendo y olvidando. Los ganaderos están haciendo una labor fundamental de prevención de incendios, evitando así tener que realizar las actuaciones de desbroce preventivo de incendios».
El director del monumento entiende por su parte que «la Alhambra es un paisaje cultural de altísimo valor. Los animales, la ganadería tuvieron una etapa intensa en la época zirí y beréber y en el reino nazarí. De hecho, en el Generalife, se encuentra la Puerta de los Carneros, donde se ubicaba el ganado del sultán». La idea que buscan transmitir con este acto incide en que la Alhambra «no es solo cultura, patrimonio, arte o turismo –razona Reynaldo Fernández–, también es campo, agricultura y ganadería».
Cobra razón su postura cuando los olivos se dejan mecer por la helada brisa de este último día de abril. Ocuando Paco, el pastor, muestra orgulloso a 'Romero', un corderito de apenas dos días de vida «que ha nacido aquí en la Alhambra», añade Reynaldo Fernández no sin satisfacción.
'Romero', este cordero patilargo que se acurruca entre los fornidos brazos de Paco el pastor, es el cordón umbilical de esta aproximación del monumento alhambreño a la tierra que lo vio nacer y que lo sostiene. Es también su nacimiento un llamamiento al futuro de olivos y ovejas en una Dehesa del Generalife revitalizada.
Paco el pastor lo termina de explicar:«Hay niños que no han visto nunca una oveja. Aquí pueden venir a verlas y yo les explico todo lo que quieran saber». Es preciosa la iniciativa, agricultura y ganadería en el marco incomparable. Pero Paco no está muy tranquilo:«No solo hay niños que no han visto nunca una oveja. Los hay que ni siquiera saben que existen».
El nacimiento de 'Romero' permite afirmar que la Alhambra ha recuperado la actividad del pastoreo en el olivar de la Dehesa del Generalife. Desde hace más de ochenta años, el ganado no transitaba por este espacio, situado en la parte más alta del Cerro del Sol, por encima de las Huertas medievales del Generalife, los Alijares y la Silla del Moro, y cercano a los restos arqueológicos del palacio de Dar al-Arusa.
Paco reconoce que «pastorear en la Dehesa del Generalife es una maravilla. Ya no se encuentran lugares tan ecológicos y sanos». Durante un mes y medio, su rebaño ovejas de raza segureña con cruce de murciana pastan en esta superficie, de aproximadamente cincuenta hectáreas. Todo este tiempo que estén el territorio de la Alhambra, se le proporcionará al rebaño agua y cobijo para que pasten al menos un siglo más.
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