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Teresa juega en una de las aulas del Centro de Atención Infantil Temprana San Rafael PEPE MARÍN
La pequeña Teresa, una niña granadina que rompe los clichés del autismo

La pequeña Teresa, una niña granadina que rompe los clichés del autismo

La familia es la clave en la intervención temprana del Trastorno del Espectro Autista

ángela morán

Granada

Martes, 2 de abril 2019, 10:51

Teresa es una niña de 5 años con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Al preguntarle: ¿Eres feliz?, ella contesta con una sonrisa y un tímido sí. Desde los 2 años de edad la familia de Teresa comenzó a observar como su pequeña mostraba síntomas «raros» que podrían identificarse con el autismo. Finalmente los médicos acabaron por confirmar que se trataba de 'autismo de alta funcionalidad', aunque los profesionales siempre han puesto el énfasis en el trabajo diario y en no poner una etiqueta que, además, puede ir cambiando con el tiempo yTeresa «está evolucionando de una manera extraordinaria».

«Al principio lo pasamos mal pero es un duelo que hay que superar», dice Marta Luna, madre de Teresa. Acentúa la necesidad de no esconder el autismo ante el mundo y de que hay que trabajar de una manera evidente concienciando a familia, amigos y a la sociedad. Un trabajo duro y diario que ha enseñado a Teresa algo tan 'fácil' para el resto de la gente como es diferenciar entre el 'sí' y el 'no'. «Nosotros mostrábamos a Teresa cosas que no le gustaban nada, como las aceitunas, para que ella dijese 'no', si decía 'sí', le dábamos la aceituna y ella ponía cara de asco, después de mucho insistir aprendió a expresarlo», explica Marta.

El coordinador del Centro de Atención Infantil Temprana San Rafael, Armando Montes, juega con Teresa. PEPE MARÍN

Después de 3 años en terapia en el Centro de Atención Infantil Temprana San Rafael, perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Teresa avanza favorablemente pero, como dice su abuela Antonia Orihuela: «Nunca hay que dejar de trabajar». Antonia explica que las personas con autismo «necesitan mucho cariño, amor y comprensión», pero con eso no basta, precisan de unas pautas a seguir que solamente consiguen en los centros especializados, tanto para que aprendan las personas con el trastorno, como los familiares. «Nosotros no sabíamos interpretar lo que quería la niña y gracias a los especialistas ahora podemos comunicarnos», añade Marta. El trabajo de Armando Montes, coordinador del Centro de Atención Infantil Temprana San Rafael, y del resto del equipo, ha tenido mucho que ver en esta evolución.

Un trabajo en casa que se refuerza en el colegio. Los compañeros de Teresa, según explica su madre, apoyan a su compañera siendo conscientes de que tiene unas necesidades especiales. «Los niños tienden a imitar a sus compañeros y recuerdo en un par de ocasiones que cuando uno se levantaba de la silla, se levantaban todos, ahora han entendido que a Teresa hay que darle un margen y la comprenden», cuenta Marta.

Existen varios niveles de autismo y distintas evoluciones. En el caso de la pequeña de 5 años su abuela lo tiene claro: «Yo veo a mi nieta en unos años estudiando en la Universidad». Un pensamiento que choca con el estereotipo creado en torno al 'TEA' en el que, la imagen más recurrente, es la de una persona aislada hecha una 'bola' y apartada en una esquina, pero no es así en todos los casos y esta familia quiere romper los clichés. «Mucha gente no acude a los especialistas por no querer reconocer que en su familia existe un problema», explica Antonia. Una negación de la realidad que, dicen, repercute en las capacidades comunicativas las relaciones sociales, la empatía y los rasgos conductuales repetitivos y estereotipados, entre otros aspectos que se muestran en el autismo.

«Teresa se montaba en el coche para ir al cole y cuando llegaba tenía una rabieta». Marta cuenta cómo día a día su hija se frustraba al llegar a la escuela y ahora agradece a los especialistas haberle dado las herramientas para entenderla. «Lloraba porque no sabía a dónde iba pero gracias a los pictogramas, este contratiempo lo hemos solucionado», clarifica la madre. Un camino «difícil» en el que tanto Marta Luna, como José Manuel Puerta -padre de Teresa-, han tenido que entregarse al cien por cien. «Ha afectado en nuestro trabajo porque la niña necesita mucha atención pero siempre hemos tenido el apoyo los abuelos», cuenta Marta.

Hoy, en el Día mundial del autismo, el personal de todos los centros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios de Granada irán vestidos de azul y la fachada del hospital de San Rafael estará iluminada con ese mismo color. Una visibilización «necesaria» para que todos los afectados por este trastorno, al igual que Teresa, puedan conseguir vivir mejor.

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