Una mujer adecenta un nicho esta mañana en uno de los patios del Cementerio. JORGE PASTOR

Las rosas blancas que le gustaban a Consuelo

Día de Todos los Santos ·

Miles de granadinos llenan de vida el Cementerio un 1 de noviembre en manga corta

Jorge Pastor

Granada

Martes, 1 de noviembre 2022, 15:19

Consuelo murió joven. Tenía tan solo sesenta y tres años. «¿Qué te voy a contar de una madre?», le pregunta Paco al periodista. «Que era una mujer maravillosa, que tenía unas ganas increíbles de vivir y que llevaba la alegría allá por donde iba». Esta ... mañana Paco puso unas preciosas rosas blancas sobre su tumba, en el patio de la Ermita del Cementerio de San José. «Eran las flores que más le gustaban». Paco acude todos los años al camposanto desde que Consuelo se marchó en 2009. «Me gusta hacerlo en estas fechas, cuando hay tanta gente, porque esto está lleno de vida», asegura. Y Paco vuelve a recordar a Consuelo. Y a sus abuelos. Y a sus tíos. Y a su suegro, al que nunca conoció.

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Son las once de la mañana de un 1 de noviembre que parece un 1 de mayo. Los termómetros rondan los treinta grados al sol. Miles de granadinos pululan entre tumbas 'armados' con claveles, crisantemos y margaritas. Hoy es el día de acordarse de los que se fueron. De rezar por ellos. De emocionarse. Como Josefina que, sentada en su andador, mira la sepultura de su marido. «Falleció hace cuatro meses», comenta lacónica mientras enjuga las lágrimas que asoman detrás de sus gafas de sol. Después vuelve a mirarlo. A su esposo. En silencio.

Paseando al bebé por una de las calles del Camposanto. JORGE PASTOR

Mientras tanto, los 'escaleros' van de acá para allá. Hay nichos que están a seis o siete metros de altura que no resultan nada sencillos de adecentar. Emucesa, la empresa que gestiona el Cementerio de San José, refuerza su plantilla durante estas jornadas con operarios que se dedican a eso, a subirse donde nadie llega, para que los enterramientos más altos estén en perfectas condiciones.

Francisco limpiando un nicho. JORGE PASTOR

Francisco González, de diecisiete años, se ha estrenado este año en el oficio. «Necesitaba un currillo, contacté con Emucesa a través de un amigo y aquí estoy». «Puedo hacer más de veinte servicios al día», explica Francisco. Un trabajo, por cierto, que desarrolla con todas las medidas de seguridad. Labora embutido en un arnés enganchado a una línea de vida que evita cualquier tipo de caída. Una vez en lo alto, saca el trapo para dejar las lápidas relucientes y cambiar las flores. «La gente es muy amable conmigo, yo se lo agradezco y les respondo siempre con el mayor de los respetos porque ellos están aquí para honrar a sus seres queridos», comenta el chaval. Emucesa cobra por esta prestación entre ocho euros y medio por el adecentamiento de un columbario hasta los sesenta cuando se trata de un panteón.

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La Bella Durmiente

Pero el Cementerio de San José no solo es ese lugar donde yacen los que se marcharon para siempre. También es un lugar propicio para disfrutar del arte funerario. Como el grupo de orientales que este martes, tirando de guía, se movían de un lado para otro buscando sepulturas singulares. Como la de la Bella Durmiente, como la del escritor Ángel Ganivet o como la del Señor del Cementerio, una estatua de mármol blanco de extraordinaria belleza que se halla junto al enterramiento de don Manuel Rodríguez, un médico muy querido en Granada por atender a las personas necesitadas –la escultura es un lugar de peregrinación porque al Cristo se le atribuyen milagros–.

El cementerio se ha llenado hoy de vida. JORGE PASTOR

Una jornada, esta del Día de Todos los Santos, que ha tenido su colofón en el Cementerio de San José a las doce del mediodía, cuando los cuarenta miembros de la Joven Orquesta Sinfónica de Granada, dirigida magistralmente por Isabel Rubio, han ofrecido un concierto de casi una hora de duración basado en 'Egmont', una composición de música incidental de Ludwig van Beethoven con la intervención de la soprano Laura Sabatel y la narración de José Manuel Arias. El patio de San Julio ha cubierto todo su aforo para disfrutar de un evento oportunamente titulado 'Música para el recuerdo'.

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Concierto de la Joven Orquesta Sinfónica de Granada. JORGE PASTOR

Porque, como dijo George Sand, «los recuerdos son el perfume de alma». Por eso el Cementerio de San José olía a recuerdos. Recuerdos en forma de claves, crisantemos, margaritas y rosas blancas. Como las que le gustaban a Consuelo.

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