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Isa se despierta todos los días en el parque de Sor Cristina de la Cruz de Arteaga, que se encuentra entre la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología y Fuentenueva. Duerme en una tienda de campaña junto al resto de la tribu. La componen una serie de personas sin hogar que responden por los apodos de 'El Indio' o 'El Colorao'.
Cada uno es de su casa y solo les une que por razones de lo más peregrinas han decidido vivir a la intemperie. Ni siquiera han pasado la cuarentena de la crisis del coronavirus en el Palacio de los Deportes. Ellos han vivido, comido y dormido en este parque. EIsa, esta catalana de 58 años que no tiene a nadie en el mundo «porque se me han muerto todos», convive con ellos.
La última hora de granada
Isa, 'El Indio' o 'El Colorao', son parte de este sector de la población sin hogar que pulula por las calles de Granada y que protagoniza debates municipales sobre su destino. Sobre la gestión de su decisión.
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Una vez que se ha cerrado el Palacio de los Deportes, hace dos semanas, el colectivo denominado 'La Calle Mata' ha salido a la calle a protestar. Por un lado piden que el municipio habilite un albergue 'de baja intensidad' para que las personas sin hogar tengan un techo. Con 'de baja intensidad' quieren explicar que se refieren a que no tenga normas demasiado estrictas, «ya que este tipo de personas son bastante peculiares», explica Carmen Caballos, miembro de la asociación Proderechos Humanos de Andalucía, una de las integrantes de la plataforma 'La Calle Mata'.
El problema es que el Palacio de los deportes ya ha cerrado, no hay todavía albergue municipal y tampoco se ha reabierto el CEA. Lo explica Alberto Fernández, coordinador del Palacio de Deportes como centro de emergencias durante la crisis de al Covid-19 y responsable del CEA, que gestiona la Fundación Atenea. «Aún no sabemos cuando reabriremos. La idea era a final de esta semana. Pero hemos estado de mudanza y quedan muchísimas cosas que organizar. Es posible que se tenga que abrir la semana que vienen. Además, al tratarse de un centro sanitario, tenemos que extremar las medidas de seguridad con los contagios, por lo que tenemos que establecer el protocolo de seguridad e higiene pertinente».
Con el Palacio de Deportes ya cerrado y el CEAtodavía sin abrir, la plataforma 'La Calle Mata' critica que hay hasta medio centenar de personas sin hogar en Granada. De hecho, hay que tener en cuenta que durante el confinamiento se ha albergado en el Palacio de Deportes a 298 personas en total, con un tope máximo de 140 durmiendo por las noches.
La diferencia de cifras entre el medio centenar y las 140 personas que pernoctaban en el Palacio de Deportes se explica porque es un tipo de población muy itinerante y porque muchos han vuelto a las cuevas del Barranco del Abogado. La pregunta, entonces, es la siguiente, ¿cómo sobreviven? Gracias a la ruta sin nombre de las personas sin hogar.
Isa responde a esta pregunta con resignación. Se levanta en su tienda de campaña en el parque junto a Fuentenueva y lo primero que hace es desmontarla. «Es que luego viene gente y si la ven nos la pueden quitar. Así que la desmonto y la escondo», y señala uno de los árboles del parque, que hace las veces de armario, ya que en el interior de su frondosidad se encuentra la tienda de campaña, ropa, enseres y alimentos.
El segundo paso del día es ir a la calle López Mezquita, donde hay un establecimiento 24 horas con máquinas de refrescos y de café. Allí, tranquilamente, Isa se toma su cafelito. Y también le nace la primera sonrisa del día que despunta entre sus labios destrozados, mal cosidos, hinchados. «Es que además de estar sola tengo mala suerte. Muy mala suerte. Me dieron a fumar marihuana y tenía dentro el bicho».
El bicho es un ácaro que le llaman la araña roja, que es propia de los cultivos de marihuana y arrasa con ellos. Lo que no le hizo a Isa la Covid-19 se lo pegó la araña roja de la maría. Una entre un millón. «Me operaron y me dejaron como ves. Debe ser que es un veneno muy fuerte y yo soy un poco debilucha».
Con el estómago reconfortado por el frugal desayuno, a Isa lo que le gusta es dar vueltas. «Me gusta sentirme libre. Doy vueltas por Granada, llegó las pasadas Navidades, y me siento en los bancos. Cuando pueda salir de esta ciudad me quiero ir a Almería, a conocerla, a ver el mar», te cuenta con su vocecilla cálida.
Hace tiempo con sus paseos para antes de la una del mediodía plantarse, a ser posible, la primera, en el Hospital de San Rafael, en plena calle San Juan de Dios. Ahí está 'el Legionario', el encargado de repartir los menús del día. Y Rocío, que explica que «preparamos 130 raciones a diario. Yson suculentas. Para hoy llevan crema de verduras, un san jacobo con ensalada de pasta, flan, un bollo de pan y se llevan también media docena de pulevines».
Isa vuelve a su parque, busca acomodo, engulle el menú y se dispone a echar su siesta. El siguiente paso es buscarse la vida para conseguir la cena, porque aunque reconoce que tiene una paga de cuatrocientos euros, no le llega para nada. Es ahí donde entran en juego los cenadores de Regina Mundi y del Hogar Corazón de María de la calle Colegios. También acude mucho a Calor y Café. Y, también ayuda el reparto de comida que realiza Cruz Roja por la tarde por los barrios de la ciudad donde saben que se apostan las personas sin hogar.
Con la cena ya resuelta en alguno de estos lugares, Isa vuelve a su tienda y a su parque. Se aprestará a dormir. «La tienda nos quita del frío y de la lluvia. Y le ponemos mantas en el suelo y está blandito».
Amanece que no es poco. Isa volverá a levantarse y a seguir la ruta sin nombre.
La ruta de Isa.
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J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras (gráficos)
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