Frío en Granada

La ruta polar por la Sierra de Baza con una sensación térmica de -24 grados

Este domingo decidió recorrer la Sierra de Baza y la experiencia fue de lo más dura y a la vez gratificante. «Me ha encantado», reconoce. Decidió hacer parada allí tras pasar por la zona en repetidas ocasiones. Antonio Jesús se marca como límite máximo para fijar sus objetivos la distancia a su casa de Mijas: entre dos horas y media y dos horas y cuarente minutos de trayecto. Cuando la distancia en tiempo de viaje se amplía tiene que meditar si hacer noche.

De la provincia de Granada conocía rutas por Capileria, la Hoya de la Mora, el Puerto de la Ragua o Jerez del Marquesado, pero nunca había visitado la Sierra de Baza, un espacio de paso en su camino hacia la provincia de Jaén, donde localidades de la Sierra de Segura como Santiago-Pontones esconden rutas de lo más atractivas donde la nieve está presente durante el invierno. En su último paso por el trayecto Granada-Guadix-Baza-Huéscar se fijó en el cartel que anunciaba el desvío hacia el parque natural Sierra de Baza y decidió investigar alguna ruta por la zona.

Las condiciones que la borrasca ha traído este fin de semana al norte de la provincia de Granada le invitaron a idear su siguiente salida en este espacio granadino. Allí le esperaba una temperatura de tres grados bajo cero y un viento gélido, con rachas de hasta 70 km/h, que hacía descender la sensación térmica hasta los -24 grados. Aparcó el coche en el área recreativa de Canaleja Alta y ahí emprendió su camino hasta completar los 12 kilómetros, que recorrió en algo más de seis horas (con paradas incluidas), bajo un frío que cortaba el cuerpo y un paisaje blanco que le acompañó hasta alcanzar el pico Santa Bárbara, por encima de los 2.200 metros, antes de su regreso al coche.

«Un bosque precioso» que este malagueño ha descubierto y ha querido compartir en redes sociales (@NieveTriple). En las imágenes se puede casi sentir el frío que la jornada del domingo le deparó en su paso por la provincia de Granada. Reconoce que para tomar las fotografías y, sobre todo, para grabar vídeos tuvo que extremar la precaución: «Los grabé tirado en el suelo porque con el viento y el frío se me escapaba el móvil de las manos».