
Cuando en 2010 se aprobó el estudio informativo de la Variante de Loja, la Villa Romana ya había cumplido los 20 siglos en Salar; pero aún no gozaba de la máxima protección patrimonial de Andalucía. Hasta 2020 no fue declarada como Bien de Interés Cultural. Esta 'etiqueta' blinda a la Villa y su entorno ante cualquier actuación que pueda poner en peligro al yacimiento.
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Hace dos meses, el Ayuntamiento de Salar recibió una carta. Cuenta su alcalde, Armando Moya, que en ella Adif marcaba en un plano el trazado por el que discurrirá la variante. «No va exactamente por los yacimientos, pero si por los terrenos de protección. En los estudios de 2011 no tenían conocimiento de la Villa Romana. Hemos solicitado una reunión con Adif. Hay un viaducto en esta zona, con el consiguiente destrozo de los terrenos de vega, y un túnel», explica. En la carta, Adif pedía información sobre posibles espacios afectados que no estuvieran contemplados en ese estudio que ahora está en actualización. «Hablé con la directora del proyecto y le planteé el problema de la Villa Romana y los terrenos», señala el regidor.
Tras las reuniones mantenidas con las cooperativas, Armando Moya opina que la alternativa más viable es la propuesta por los técnicos de San Isidro. «Es más barata, aprovecha mejor el trazado actual, es más corta, tiene un impacto menor y ahorra en dinero», señala.
Insiste en que la Variante tiene que ser beneficiosa para la comarca. «Vemos que si hacen el trazado que proponen no pararán más AVEs en la comarca. Es necesario proponer un bien sistema con trenes de cercanías».
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