Salar sufre una noche de robos con al menos cuatro viviendas asaltadas por los cacos

Fuentes vecinales consultadas por este periódico elevaron a media docena la cifra de los domicilios saqueados. Sea como fuere, el instituto armado ha abierto una investigación para tratar de identificar y detener a la banda de cacos, que, según algunos testigos, estaría compuesta por cuatro personas.

Este tipo de robos en serie siguen un mismo patrón. Los delincuentes suelen elegir poblaciones relativamente pequeñas y aprovechan que el vecindario está pendiente de alguna celebración festiva o religiosa para allanar los inmuebles. Salar no ha sido una excepción. Al parecer, buena parte de los residentes participaban en cenas y reuniones prenavideñas, una circunstancia que facilitó los planes de los intrusos.

Fue al regresar a sus hogares cuando las víctimas descubrieron que habían sufrido la indeseable visita de los ladrones de casas. Como sucedió en ocasiones anteriores en otros pueblos de la provincia, buscaron casi exclusivamente joyas y dinero. Es su botín preferido. En este sentido, parece que se apoderaron de algunas cajas de caudales para reventarlas tras poner tierra de por medio.

El hecho de los que asaltantes acostumbren a actuar coincidiendo con actos o encuentros públicos indicaría que se preocupan de recopilar información antes de perpetrar los golpes.

Una vez que disponen de los detalles de las rutinas de la localidad elegida, se mueven con rapidez y eficacia. Cometen el mayor número de posible de robos en el menor tiempo posible, y luego ponen pies en polvorosa.

Los grupos criminales que saquean viviendas suelen ser itinerantes. Perpetran los allanamientos y luego se desplazan a otros lugares de la provincia o de Andalucía para continuar delinquiendo.

El pasado mes de septiembre, se produjo un suceso muy parecido en Cogollos de Guadix, municipio de apenas 700 habitantes. Los cacos asaltaron dos viviendas y lo intentaron en otras dos, aprovechando que los vecinos asistían a una procesión.

Fue entre las ocho de la tarde y las once de la noche, y los malhechores causaron numerosos destrozos en el interior de los inmuebles. Las habitaciones de los hogares violentados presentaban un desorden mayúsculo. Fue como si hubiese pasado un tornado.