El catedrático de Economía y director del Instituto de Desarrollo Regional de la UGR, José Antonio Camacho Ballesta. pepe marín
Entrevista al catedrático de Economía José Antonio Camacho

«La salida de esta inflación requiere unos nuevos Pactos de la Moncloa»

El catedrático de Economía de la UGR y director del IDR analiza el dato del IPC de marzo como el inicio de una espiral inflacionista: «Hay que asumir ya que vamos a perder todos»

Viernes, 1 de abril 2022, 00:14

La publicación del dato adelantado de la inflación, que ascendió en marzo un 9,8% en España respecto al año pasado, ha sido el susto económico de la semana. Es la cifra más alta desde mayo de 1985. El catedrático del Departamento de Economía Internacional ... y de España y director del Instituto de Desarrollo Regional de la UGR, José Antonio Camacho Ballesta, hace pedagogía para los lectores de IDEAL sobre cómo va a influir en la economía granadina la persistencia de este fenómeno, que derrite el volumen del ahorro y hace a todos los trabajadores un poco más pobres.

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–¿Qué significa que la inflación roce los dos dígitos y cómo va a repercutir en la economía de la provincia?

–Es una malísima noticia. Significa que hay una pérdida de poder adquisitivo del conjunto de los trabajadores que han firmado un convenio colectivo o de los empleados públicos que ahora van a llegar a comprar un 10% menos de lo que antes podían comprar porque su renta real se está viendo limitada. Tiene otras implicaciones para los ahorradores, que van a tener un poder de compra muy inferior, son los principales perdedores.

–¿Alguien gana?

–El que tenga que devolver un préstamo, con este mismo dinero se va a resarcir la deuda de forma más ligera. No va a bajar su cuota pero el valor de su dinero es inferior y va a poder seguir pagando, salvo que el proceso inflacionario perdure en el tiempo y se revisen los tipos de interés, que es un riesgo que está ahí. La situación es realmente preocupante. Esta subida de casi el 10% de la inflación está provocada por un shock externo, asociado a dos hechos simultáneos, la guerra pero también la incidencia de la misma en el sector energético. Los precios de importación de la energía han variado por encima del 90% en el último año y en un país como España, importador energético neto, esto va a tener graves repercusiones.

–¿En una economía como la granadina con gran dependencia del turismo y la hostelería se puede ver más afectada por una posible caída del consumo?

–Yo no creo que se vaya a retraer el consumo, simplemente vamos a ahorrar menos. Pero el dato aún es del IPC adelantado, no conocemos la composición de los precios, pero en el último año los bienes intermedios, los que se compran para producir, han subido un 20%. Si sube la energía, suben irremediablemente la vivienda y todas las reparaciones, el transporte, etc. La subida de la energía va a afectar al conjunto del sistema productivo, desde la agricultura y su industria agroalimentaria de la provincia al resto de la industria, la cosntrucción y los servicios ... ahí está el miedo.

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–El dato del 9,8% es la inflación más alta desde 1985, ¿qué significa?

–Hay una referencia que veo más grave aún, la variación mensual por encima del 3%. Haciendo una revisión histórica, solo encontramos un registro mayor hace 45 años, en mayo de 1977. En los últimos 60 años solo hay cuatro datos de variación mensual superiores a los de marzo de 2022, concentrados en 1976 y 1977, estábamos en plena espiral inflacionaria que obligó al gobierno a ir a los pactos de la moncloa...

–¿Cómo salió entonces el país de esa espiral y cómo puede hacerlo ahora?

–Lo que nos llevó a esa situación fue la crisis energética del 73. Franco había asumido los costes de dicha subida de precios del petroleo, y cuando se empezaron a repercutir costes reales en los precios de la gasolina, la inflación se disparó. Estamos en una situación que supone una pérdida de poder adquisitivo para todos, ¿quién asume este proceso? ¿Lo socializamos? En la segunda mitad de los Setenta se firmaron los famosos Pactos de la Moncloa, se asumió que perdían poder adquisitivo los trabajadores, que habían perdido las empresas y que el Estado estaba gastando más de lo que ingresaba, desde ese momento siempre hemos generado déficit público, salvo un año puntual previo a la crisis financiera de 2008. Ahora probablemente estamos en el inicio de una espiral inflacionista y si no se corta, vienen huelgas y protestas como las del transporte, porque todo el mundo ha perdido y quiere recuperar su poder adquisitivo. Aquí los únicos que salen ganando son los países productores de energía y en España las grandes empresas de energía, pero ya está. Yo creo que la salida a esta situación nflacionaria requiere un nuevo pacto económico y social en el que habrá que asumir que todos perdemos un poquito. Yo le explico a mis alumnos que teníamos una pizza y nos han quitado una porción, lo que queda hay que repartirlo de otra forma, ya no podemos tener lo mismo porque una parte se la han llevado las que nos venden la energía y algunas materias primas que estan rompiendo la cadena de suministro...

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–En su opinión, entonces, ¿hay que asumir que todos seremos un poco más pobres?

–Hay que asumir que han cambiado las reglas del juego y que cuanto antes nos adaptemos será mejor para la economía. No tienen sentido las ayudas a más sectores para endeudarse y trasladar la pobreza a las generaciones futuras, ni vivir por encima de las posibilidades. Lo que tardemos en asumirlo lo pagaremos en pérdida de competitividad de nuestra economía frente a nuestros vecinos porque nuestros productos serán más caros fuera, si subimos salarios, transportes y resto de bienes y servicios que utilizan nuestras empresas, estas serán menos competitivas o no venderán.

–¿No es partidario entonces de subir salarios en este momento?

–Habrá que subir para compensar una parte, al igual que las pensiones, pero no el 100%. Tendremos que perder todos. Los transportistas deben cobrar más caro o no podrán seguir prestando servicios... O asumimos todos que esta es la realidad en la que estamos o el tiempo que perdamos en asumirlo, se traducirá en una pérdida de competitividad de nuestra economía.

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-¿El paquete millonario de ayudas que ha aprobado el Gobierno será efectivo?

–Lo entiendo como una medida muy transitoria pero ¿esta espiral es transitoria o es permanente? Si aplicas medidas transitorias a un escenario de de medio plazo, es muy difícil controlar la inflación. Si seguimos comprando con los precios altos estamos en una espiral inflacionaria y es un problema. Ahora los tipos de interés están por lo suelos y los ahorradores en términos reales están perdiendo de sus ahorros el valor de la inflación, es un problema que en el Banco Central Europeo y el Gobierno no se si serán capaces de afrontar, tengo mis dudas...

-¿Cree este Gobierno será capaz de impulsar unos pactos de la Moncloa como los que propone para dejar atrás la inflación?

–El escenario político es súper negativo porque la posibilidad de aglutinar un consenso social y político es difícil. Por ejemplo, en el tema de la reforma laboral que salió adelante por un voto erróneo, los sindicatos y empresarios se ponen de acuerdo en los salarios pero luego llegan los políticos y se ponen en contra. Están de acuerdo quienes contratan y los contratados pero los políticos no, no tiene sentido... Llegar así a unos pactos de la Moncloa con la mayoría del arco político lo veo más que complicado... Un pacto social es beneficioso en cualquier momento, porque si cada colectivo demanda para que le den lo que ha perdido... Nos aprovechamos de un Gobierno débil que está gobernando en minoría y tiene tensiones. Es un escenario de mucha fragilidad para la robustez que requiere el momento.

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–¿El descenso de la inflación va a estar directamente vinculado a la guerra?

–Mientras haya tensión bélica, habrá tensión en los mercados energéticos, porque el principal proveedor de gas de Europa central es Rusia. Parte de esta guerra tiene un componente geoestratégico desde la perspectiva energética, como la de Irak. Cuanto más tiempo dure la guerra más traumático será, pero desconocemos el alcance de las secuelas ¿que parte de pizza nos quedará?.

-¿España va a entrar en recesión?

–Yo no diría eso, no tengo esa percepción ¿Por qué tenemos que entrar en un escenario de estanflación? La inflación no es un elemento de estancamiento, salvo en momentos puntuales de la historia. La inflación, de hecho, también es un acicate a ver quien es el que no pierde, y sobretodo, obliga a que los recursos disponibles en una economía no se queden inmoviles para poder generar valor. No tiene por qué ser un elemento negativo salvo que haya agentes económicos que se queden fuera del mercado y vayan cayendo empresas porque con los nuevos costes no puedan vender... pero no lo veo en el corto plazo. Igual soy muy optimista, pero no percibo la economía estancada porque haya un problema inflacionario.

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