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Primeras cañas en uno de los pocos establecimientos activos en Bib-Rambla. RAMÓN L. PÉREZ
«Hay que salir a la calle a gastar: o el dinero se mueve o nos vamos a pique»

«Hay que salir a la calle a gastar: o el dinero se mueve o nos vamos a pique»

Los hosteleros confían en que la clientela empiece a llegar en estos días, pero lanzan un mensaje de precaución para prevenir otro cierre

Javier Morales

Granada

Martes, 1 de diciembre 2020, 01:01

El primer cliente de la terraza Alhambra, en Bib-Rambla, pidió su desayuno a las ocho y media de la mañana, con el termómetro por debajo de los diez grados. Un café solo con hielo. Ni chocolate caliente, ni churros –tradición de la casa– a pesar de que el amanecer frío invitaba a engullir calorías.

A primera hora, Alhambra era el único establecimiento del entorno que ya recibía comensales. El Gran Café abrió, pero para limpieza y desinfección, y no será hasta hoy cuando sirva desayunos. El Oliver, en Pescadería, se preparaba para un «mogollón». Lo anticipó José Manuel, después de días de reparto a domicilio que apenas han servido para cubrir algunos gastos: «Espero que hoy sea como la otra vez, en mayo».

En el Café Fútbol encendieron las estufas porque los comensales prefieren la terraza. Todos los hosteleros lanzaron ayer un mensaje de precaución: quieren retomar la actividad, pero piden que se mantengan las distancias y se utilice la mascarilla. Teresa, en la Bernina de Fuente de las Batallas, tuvo que poner en marcha la reapertura el domingo:avisar al obrador, llamar a los trabajadores, limpiar... «¿Que es hasta las seis?Bueno, menos es nada, no se puede estar tanto tiempo parados. Pero si no tenemos cuidado, después de Reyes estamos otra vez en casa».

No se olvidan de la economía. Así lo resumió Santi, en el interior del Braserito:«Hay que salir a la calle a gastar, no solo en la hostelería:o el dinero se empieza a mover o nos vamos a pique».

También Miguel, en Entrebrasas –uno de los seis abiertos en Navas– confía en que los bares se animen poco a poco. «Tenemos muchas ganas».

José Manuel acertó. Hacia mediodía, Oliver estaba ya de bote en bote.

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