«El salto de la reja del Rocío es emocionante»

«Madre, Estrella de la mañana y alegría de nuestras vidas, Pastora que nos guías y testimonio de evangelización», dijo la pregonera, que volvía a los atriles después de la lectura hace dos años del pregón del Día de la Cruz. Fue presentada por su sobrina, Karina Quesada, con palabras en las que vinculaba a la pregonera con el arte y la devoción a la Virgen del Rocío, con el cante y el baile en las noches de candelas.

Previamente se había dado a conocer el cartel de la romería a la aldea. Una obra salida de los pinceles del artista gaditano afincado en la provincia sevillana, Juan Miguel Martín Mena, y en la que la imagen y el Simpecado granadino está presente, siguiendo la técnica «personal y de manera muy íntima, recreando un ambiente onírico». El encargado de describirlo y darlo a conocer fue el rociero José Antonio Gutiérrez Molina, hermano de la corporación letífica y vocal de priostía de la junta de gobierno que preside Alfredo Alcalde. En el acto de presentación del cartel y lectura del pregón, el máximo responsable de la hermandad estuvo acompañado por la concejala de Fiestas Mayores, Carolina Amate, y el consiliario Manuel García, junto al concejal de Partido Socialista, Juanjo Ibáñez. Estaban también hermanos mayores de las cofradías de la parroquia y el presidente de la Federación de Cofradías, Armando Ortiz.

«Me siento muy afortunada y querida por la llamada de esta hermandad que casi me ha visto nacer, tener el privilegio de ser la primera mujer que habrá camino en este maravilloso momento , es un regalo y una gran bendición , gracias por vuestro amor y gracias por confiar en mí», señaló la pregonera en sus primeras palabras en un pregón lleno de vivencias reales y sentidas, de caminos realizados a la vera de su familia, pasando dificultades y muchos momentos gratos y también teniendo presente a quienes le enseñaron a ser rocieros.

Sacó en su texto recuerdos que «revoloteaban en la memoria de aquella niña que vivió su primera experiencia rociera en Los Palacios, con miembros del coro y el director Francis Navarro, en la que cantamos toda la noche a la Virgen», recordó, y tan sólo «pedía a la Virgen que me diera voz plata seguir cantándole». Debió escucharla porque desde entonces no ha dejado de hacerlo. Recordó sus caminos en la carreta Las Cuadras y luego ya con carreta propia, Las Lindas. A ese camino dedicó un poema con el cariño de sus hermanas que también realizaron el camino, junto con el cante de sevillanas dedicadas A Granada y el Rocío.

Uno de los momentos más brillantes fue cuando describió el año que, acompañado por Pepe, un rociero apodado 'El Peregrino', consiguió situarse en buen lugar delante de la reja de la ermita, aguantar tres horas esperando y «cuando cierro los ojos y los vuelvo a abrir, enmedio de una marabunta de almonteños estoy en el altar con Ella. Cuando lo ves desde fuera todo esto se ve muy brusco y hasta peligroso pero os puedo asegurar que fue todo lo contrario. Todo se ve emocionante y distinto y yo me coloqué detrás del palio de la Virgen. Mi sueño se estaba cumpliendo», afirmó rotunda.

El canto del himno del centenario de la coronación de la Virgen, vivencias junto al río Quema y la siembra «de la semilla rociera en mi sobrina de tres años», momentos dolorosos y de enfermedades, pandemia y la ausencia de su madre fueron momentos que la pregonera puso a las plantas de la Virgen del Rocío en su pregón, que se vio acompañado por el coro de la hermandad granadina y que fue muy aplaudido por los asistentes.