La sangrienta fuga de 'El Marce' de la prisión de Granada
CRÓNICA EN NEGRO ·
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CRÓNICA EN NEGRO ·
Antonio Maya Martos se convirtió, con solo 24 años, en el delincuente más buscado al matar a dos guardias civiles cuando huía del penalM. Victoria Cobo
Granada
Domingo, 16 de febrero 2020, 02:03
Durante una semana, entre el 30 de noviembre y el 7 de diciembre de 1985, Antonio Maya Martos fue el enemigo público número uno de la provincia de Granada. Policía Nacional y Guardia Civil trabajaron de forma coordinada durante esos días para localizar al ... hombre que mató, con dos disparos certeros a poca distancia, a los dos guardias que trataban de evitar su fuga de la vieja prisión provincial de carretera de Jaén. Antonio, conocido como 'El Marce', tenía entonces solo 24 años pero ya acumulaba cuatro muertes a sus espaldas.
Maya Martos estaba en prisión acusado de hurtos, robos con violencia, atentado contra agentes de la autoridad, violación y dos homicidios.
Aquel 30 de noviembre de 1985 quedó grabado a fuego en la memoria de sucesos de Granada. Maya Martos, junto a otros cuatro presos, habían logrado hacerse con un arma de fuego dentro de la prisión –una pistola de calibre 7,65– y varios pinchos. Tras el desayuno encañonaron a varios funcionarios, a los que hicieron rehenes, para abrirse camino hacia la calle. 'El Marce' iba delante con la pistola y logró alcanzar el patio de entrada. Allí trató de frenarlo un guardia civil de los que custodiaban la prisión, al que disparó a bocajarro. Moriría en el acto. Ya en la calle, otro guardia trató de seguirle y Antonio Maya le disparó sin pensarlo. Dos asesinatos sin escrúpulos en cuestión de segundos le permitieron escapar. Sus compinches en la fuga tuvieron que retroceder y, aunque se amotinaron con los rehenes, acabaron entregándose cuatro horas más tarde.
Maya Martos rubricaba con esta fuga una intensa carrera de delincuencia en la que ya acumulaba otras dos muertes a sus espaldas. Había disparado al dueño de un bar del barrio de Plaza de Toros que se negó a darle el dinero de la caja. Aquellos disparos hirieron también al compinche con el que actuaba. Tras aquella muerte, 'El Marce' huyó a Cataluña. Poco después acabó con la vida de un hombre en Hospitalet de Llobregat y regresó a Granada, donde fue apresado.
Eduardo caracuel, funcionario de la prisión
Aquella mañana del 30 de noviembre, Maya Martos había entrado en el despacho del educador de la prisión, Eduardo Caracuel. «Vino a decirme que estaba muy resfriado y que fuera a revisar su celda porque tenía mucha humedad y quería que le cambiáramos a otra. Luego me di cuenta que era para tenderme una trampa. Me llamó la atención que justo se había afeitado el bigote que solía llevar», recuerda Caracuel, que no llegó a estar retenido por los amotinados.
«Era un hombre frío, poco hablador. Había tenido una vida dura. Pero en la cárcel no era conflictivo, los que se quieren fugar no hacen 'ruido'», explica el que fue también director de la prisión de Albolote.
En ese mismo perfil coincide el que fue su abogado de oficio, Luis Miguel Corisco. El caso le llegó después de que dos colegas de profesión renunciaran y de que 'El Marce' rechazara a otro, porque era hijo de Guardia Civil y consideraba que no iba a poder defenderle bien. «Me impactó mucho de él que tenía una mirada muy dura, muy fría. Sólo le vi sonreír una vez, cuando le pregunté si tenía hijos», recuerda Corisco, que admite que ese caso fue muy importante, lo guarda a fuego en la memoria. «Provenía de una familia muy humilde, había pasado por muchas dificultades, pero no quiso que alegáramos nada de su vida como atenuante en el juicio», recuerda el letrado.
luis miguel corisco, abogado de 'el marce'
Tras la fuga, los investigadores de la época recuerdan que los dos cuerpos policiales se volcaron en localizarlo y hasta se implicó al CNI. Se pincharon teléfonos y lograron saber que pensaba marcharse a Portugal, pero quería despedirse primero de su madre, que seguía residiendo en Cartuja.
Aquel 7 de diciembre, los agentes se desplegaron por toda la manzana donde se ubicaba la casa familiar de Maya Martos. Fueron desalojando las viviendas aledañas y la suya, en la que estaban su madre y otros familiares. Lo localizaron tumbado, escondido entre las tejas, con la misma pistola con la que había matado a los dos guardias civiles.
Después de aquello, la segunda mitad de su vida transcurrió entre rejas. Lo llevaron primero al penal de Puerto de Santa María, donde intentó otro motín que no triunfó. Las crónicas de la época recogen cómo su juicio se desarrolló entre medidas extremas de seguridad. Cinco agentes lo rodeaban mientras estaba sentado en el banquillo de los acusados. No querían una nueva fuga.
Tras los primeros años turbulentos, de extrema violencia, 'El Marce' pasó a ser un preso más. Murió en el año 2010 en Málaga, en libertad condicional, tras 25 años entre rejas. Tenía 49 años.
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