La sanidad granadina contiene el aliento antes de la reapertura de las aulas

Juanjo Cerero

Granada

Miércoles, 26 de agosto 2020, 00:00

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El sistema de salud de la provincia granadina cuenta las horas. Hasta el momento, y pese al significativo repunte de contagios en los últimos días, que obliga a retrotraerse a las peores semanas de la primera ola de la pandemia, los hospitales y las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) están dimensionados y muy lejos de una situación de saturación. La atención primaria, sin embargo, se enfrenta a mayores dificultades y demanda protocolos más claros de actuación que se pongan en marcha antes de la reapertura de las escuelas. Un momento que todas las fuentes consultadas señalan como fundamental y para el que Granada, igual que la mayor parte del resto de España, no parece estar preparada, de acuerdo a los datos que manejan las autoridades sanitarias.

En los últimos días, la provincia ha registrado cifras de nuevos positivos en 24 horas que no se veían desde las peores semanas de la pandemia, a mediados de abril. Ayer, de acuerdo con la información que presentó la Consejería de Salud de laJunta de Andalucía, fueron 50, después de que se hubiera superado la barrera de los 70 en la jornada previa. Pese a todo, el número de víctimas mortales, hospitalizados e ingresados en UCI se mantiene sin movimientos destacables. Un hecho que la administración autonómica, en declaraciones a este periódico, achaca a que los nuevos métodos de detección están haciendo surgir un perfil nuevo de infectado medio. «Son en mayor medida adultos jóvenes, con síntomas leves o asintomáticos», asegura María del Mar Monchón, jefa del Servicio de Salud Pública de la Delegación territorial de Salud y Familias de Granada.

En parte, el repunte de las cifras que se vive en los días previos a la reapertura de las escuelas se debe precisamente a que aumenta el número de pruebas que se realizan. De acuerdo con Monchón, el número de pruebas PCR realizadas cada día en laboratorios públicos alcanza en la provincia las 1.476, todo ello sin contar con las que se hacen de manera privada por parte, por ejemplo, de diversas empresas. En este análisis coincide José Martínez Olmos, exsecretario general de Sanidad del Gobierno y miembro de la Escuela Andaluza de Salud Pública. En conversación con este periódico asegura que «la mayoría de los casos recientes no tienen tanto efecto negativo en la salud como entre marzo y mayo» debido a que «en general se ha protegido bien a la población anciana», el grupo de mayor riesgo.

Esta situación, diferente a la ansiedad que provocaron las semanas iniciales de la primera ola de la pandemia, se refleja con claridad en la situación de los hospitales públicos de la provincia de Granada. La delegación autonómica de Salud reporta que en los centros hospitalarios de la capital granadina la situación actual es «de baja presión» pese al reciente repunte de nuevos positivos. «No obstante, ambos centros están preparados para atender un posible cambio de escenario en este sentido, si fuese necesario; se han reforzado circuitos diferenciados en Urgencias, plantas de hospitalización y UCI, además de proveerse del material y equipamiento necesario» para eventuales necesidades posteriores, apuntan desde la administración autonómica. En los hospitales comarcales de la provincia la pauta es similar.

Pese a todo, Martínez Olmos recuerda que para estar en una situación de seguridad de cara a la vuelta a las aulas la provincia debería encontrarse en el entorno de los 25 nuevos positivos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días. En este sentido, la cifra en la provincia granadina alcanza los 56.

Pese a que todas las fuentes consultadas coinciden en que la situación en los hospitales está controlada, donde sí se nota mayor carga de trabajo es en los centros de salud de atención primaria, según afirma Francisco Cantalejo, del sindicato de médicos de Granada, y refuerzan los organismos de representación de carácter obrero.

Los médicos denuncian la sobrecarga en un verano en el que no se han cubierto las bajas por vacaciones pero la presión asistencial no ha disminuido en absoluto a causa de la Covid-19. «El día a día te come», asegura Cantalejo, quien denuncia además que las listas de espera en atención primaria se están extendiendo más de lo que deberían debido al aumento de consultas y a que los médicos deben formar parte obligatoria del rastreo de las cadenas de contagios. También recuerda que Andalucía tiene «una de las proporciones de médicos de familia con respecto a la población más bajas de toda España», un hecho que afecta a la capacidad de respuesta del sistema sanitario en las primeras fases de enfermedad de los pacientes. Isabel López, portavoz de Sanidad de la Unión General de Trabajadores (UGT), señala que el incremento de la atención telefónica también está afectando a la capacidad de respuesta rápida del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

En lo que están de acuerdo todas las fuentes consultadas es en la necesidad de mejorar el sistema de rastreos tras la detección de un nuevo positivo por Covid-19. «Diagnosticar a todas las personas con sospecha clínica», extendiendo el estudio a todos los contactos cercanos de un infectado, es el mayor desafío en estos momentos, asegura María del Mar Monchón, jefa del Servicio de Salud Pública de la Delegación territorial de Salud de Granada. Sin embargo, la situación es distinta a la vivida en la primera ola. Ahora «el objetivo es detectar el máximo de casos y evitar nuevos contagios», remacha.

Por su parte, tanto los médicos como los sindicatos reclaman la contratación de más personal para estas tareas para aliviar la carga de trabajo de la atención primaria. «Estamos igual que estábamos», afirma Isabel López, de UGT. Francisco Cantalejo, del sindicato de médicos, asegura que estos profesionales «están haciendo de rastreadores» y atendiendo preguntas comunes («¿Debo llevar mis hijos al colegio si los que los llevan son mis padres?», pone como ejemplo) y pide que la pandemia sirva para «pensar en la mejora de la atención primaria como inversión», no como gasto.