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La imagen verdadera de José de Mora, llamada, Santa Margarita. IDEAL
Santa Margarita (la buena) vuelve a casa

Santa Margarita (la buena) vuelve a casa

La Junta custodia en el museo de Bellas Artes de Granada la imagen religiosa que acabó en Nueva York. Unas monjas sevillanas creían que la escultura estaba en su poder, pero era una réplica que hizo alguien que conocía «muy bien» la verdadera

Laura Ubago

Granada

Jueves, 6 de febrero 2020, 01:47

Los vecinos del Realejo tiraron del hilo sin pretenderlo. Ellos tan solo advirtieron de que la imagen de una santa de su barrio iba a ser subastada en Nueva York y lamentaron la fuga de la que en principio se llamó Margarita de Cortona y ahora es Santa Rosa de Viterbo. La simple queja de los vecinos ha generado lo que se asemeja a la trama de una película de falsificaciones de arte con final feliz. La santa está en Granada. La verdadera. La historia es larga y la imagen se encuentra ahora tutelada en el museo de Bellas Artes granadino, en depósito judicial.

Alejandro Corral, presidente de la asociación de vecinos del Realejo, denunció en diciembre que la imagen de Santa Margarita de Cortona, que estaba anteriormente en la iglesia del convento de Las Vistillas –situado en el barrio y que cerró en 2018 por falta de vocaciones– aparecía en el catálogo de la galería de arte de Madrid Nicolás Cortes. La escultura granadina se encontraba entre la lista de obras que este centro artístico había llevado a la feria de arte neoyorkina Tefaf y estaba valorada en 350.000 euros, ya que se trata de una obra del reconocido escultor del barroco José de Mora.

Cuando se cerró el convento granadino, sus imágenes fueron trasladadas al de las clarisas en Estepa (Sevilla) y estas religiosas no echaban de menos a su Santa Margarita, es más, contaron que estaba en este centro religioso. Les habían dado el cambiazo. Las monjas de esta orden religiosa se personaron en un departamento de la Junta para comunicar que el inventario de obras de arte del convento del Realejo había pasado a su centro religioso y que sí había una escultura de Santa Margarita de Cortona, para ellas, Santa Rosa de Viterbo.

Pero, no. La imagen real ya estaba en manos de la Policía Nacional después de que la galería de arte Nicolás Cortés la entregara a la brigada de Patrimonio.

Policía Judicial de Granada citó a distintas personas para tomarle declaración en aras de esclarecer quién vendió esta obra de arte a un anticuario de Zaragoza. Abrieron una investigación policial para averiguar quién estaba detrás del expolio de esta escultura, ya que se podía haber vulnerado la ley que prohibe la venta de patrimonio eclesiástico.

Las religiosas aseguraron que ellas no habían vendido nada, que su santa estaba en casa. Los técnicos de Cultura de la Junta se acercaron hasta este convento sevillano y determinaron que la santa que había allí era una copia de la original que fue a Nueva York. Los agentes de la brigada general de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional detuvieron a un vecino de Maracena (de 62 años) acusado del robo de la escultura de Santa Margarita. En su casa encontraron una capilla con su altar, sus bancos, sus imágenes y hasta con el sagrario.

Ante la posible duplicidad de las imágenes, la Secretaria General de Patrimonio Cultural pidió a la Junta un informe en el que se resuelve que existen dos santas y que una de ellas, es una copia. A la del convento sevillano le llaman Santa Rosa de Viterbo. No hay más que verlas. Una es del siglo XVI (la de José de Mora) y la otra del siglo XX. La cara, la colocación de las manos, la textura del vestido... todo es diferente. Se trata del clásico cambiazo.

«La diferencia entre ambas imágenes es incuestionable, tanto en aspecto formales, como técnicos o estilísticos», expresa el informe que ha dado conocer el delegado de Cultura granadino, Antonio Granados, que indica que la escultura auténtica se encuentra, desde mediados de enero, en el museo de Granada de Bellas Artes, porque al estar sujeta a una investigación judicial, la Junta de Andalucía es quien la tutela. «La imagen es una obra copiada, ejecutada con medios, técnicas y materiales contemporáneos y el autor de la obra debe tener un buen conocimiento de la pieza original», según señala el informe. Antonio Granados se siente satisfecho de cómo se ha llevado a cabo la recuperación de la imagen y el informe que detecta que la de Estepa es falsa. No hay más que verlas juntas. No parecen ni primas hermanas.

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