El estudio de las aguas residuales que se generan en el entorno de las ciudades se ha vuelto durante el desarrollo de la pandemia una herramienta importante a la hora de conocer con cierta exactitud cómo se están desarrollando los acontecimientos, en especial porque permiten ... detectar incrementos en la cantidad de virus que circula antes de que los pacientes enfermos lleguen a sus centros de salud.
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Por primera vez, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en colaboración con el Ministerio de Sanidad, ha comenzado a publicar los datos consolidados hasta el momento del proyecto VATar Covid-19, que es como se denomina a este sistema de control microbiológico en aguas residuales que tiene como objetivo que este indicador epidemiológico sirva como sistema de alerta temprana de la propagación del virus.
En el caso de la provincia granadina, las cifras más recientes, que alcanzan hasta el pasado 21 de noviembre, son ya 18 las semanas durante las que se ha estado recogiendo información. En concreto, se ha hecho en la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) Granada Sur, que se encuentra en el Camino de Churriana y es una de las dos principales que tratan el agua proveniente de la capital.
Estos datos permiten comprobar que en este sentido la incidencia del virus apenas se ha modificado a lo largo del undécimo mes del año. Durante las tres primeras semanas las cifras de medición arrojaron que la concentración de Covid-19 en las aguas residuales provenientes de la ciudad de Granada se mantenía estable o con un nivel de variación lo suficientemente bajo como para no tenerlo en cuenta. Un hecho que viene a constatar el efecto positivo que las medidas de restricción de la movilidad impuestas durante este período han tenido a la hora de frenar la expansión continuada de la pandemia en la provincia.
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De acuerdo con los últimos informes, el momento en el que el virus se estuvo desplazando con mayor intensidad en las aguas de esta EDAR fue durante la última semana de octubre, es decir, entre el 25 y el 31 del mes pasado; un período en el que Sanidad califica de «aumento significativo» el registrado en la concentración de material genético (ARN) asociado al SARS-CoV-2.
La tendencia es similar en este sentido a la que muestran los restantes centros de depurado de agua repartidos por la comunidad autónoma andaluza y cuyos datos publica también Sanidad.
Así ocurrió tanto en la EDAR La Golondrina de Córdoba como en la Guadalhorce, situada en la provincia de Málaga. En todas ellas se registraron aumentos en la concentración de material genético del virus durante la última semana de octubre, aunque sólo el caso de Granada fue «significativo». En Sevilla, lugar donde se encuentra la última de las EDAR que forman parte de estos informes, el repunte se vivió durante la primera semana de noviembre.
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De momento, la mejora de la situación ya se percibe tanto en Córdoba como en Sevilla. En la capital andaluza llevan ya dos semanas de disminución de la concentración del SARS-CoV-2 en sus aguas residuales, mientras que la caída en el caso cordobés es «significativa». Mientras tanto, en Málaga y Granada la situación se sigue manteniendo estable, sin aumentos ni descensos.
De las 18 semanas cuyos datos de estudio se han publicado ahora, la provincia granadina pasó la mitad de ellas en una situación de estabilidad. Tres de ellas supusieron un aumento y otras dos uno «significativo», mientras que en sólo dos de ellas se han producido caídas con respecto a los valores previos. De las dos semanas restantes no se han publicado los datos por ser las primeras y no poderse establecer comparaciones.
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El VATar Covid-19, cuyos resultados comienzan a publicarse ahora, no es ni mucho menos el único proyecto que ha tenido la idea de usar las aguas residuales como herramienta para detectar de manera temprana la evolución de la pandemia en un territorio concreto. Ya en el mes de julio, científicos de la Universidad de Granada (UGR) anunciaron que ponían en marcha un sistema de rastreo de este tipo, que además incluía técnicas de modelado de la red de alcantarillado, en colaboración con Emasagra y la Diputación de Granada.
Por su parte, ese mismo mes la Junta de Andalucía tomó la decisión de crear la Red Andaluza de Vigilancia de Aguas Residuales como indicador de alerta temprana del desarrollo de la pandemia.
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