Sierra Nevada, escapadas por todo lo alto
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La estación abre gran parte de su dominio esquiable con buena calidad de nieveC. R.
Granada
Jueves, 1 de abril 2021, 00:51
Las montañas que enamoraron a los musulmanes de Al-Andalus, telón de fondo de las más bellas estampas granadinas, llamadas 'Sierra del Sol' en la época medieval, encierran entre sus cumbres y sus ríos y bosques la belleza de un territorio donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor. Pueblos llenos de encanto, a caballo entre la monumental ciudad de Granada y el imponente macizo de Sierra Nevada; un Parque Nacional que acoge el mayor número de endemismos vegetales de Europa; y una moderna estación de esquí, con tanto sol como nieve, que se ha convertido en la mejor referencia española para la práctica de los deportes de invierno.
La estación afronta la Semana Santa ofreciendo muy buenas condiciones para la práctica de los deportes de invierno, con alrededor de 75 kilómetros de pistas abiertos, 1.200 metros desnivel y un espesor que va de 40 centímetros a un metro de calidad nieve polvo. Lo hace, eso sí, con las lógicas medidas para garantizar la seguridad sanitaria de todos los usuarios: limitación del 50% del aforo, venta de forfait online exclusivamente, uso obligatorio de mascarilla en todo el dominio y distancia de seguridad en el acceso a los remontes.
Aparte de las pistas, dispone de unas magníficas instalaciones permanentes para el snowboard y freestyle en el Snowpark Sulayr, con un halfpipe de 165 metros, un circuito de cross y módulos de saltos con varios niveles de dificultad.
Quienes desean aprender a deslizarse por las montañas o perfeccionar su técnica, en Sierra Nevada lo tienen fácil, con una quincena de escuelas de esquí y medio centenar de profesores.
Por su fauna y flora autóctona, Sierra Nevada fue declarada Reserva de la Biosfera, más tarde Parque Natural y por fin Parque Nacional. Por eso, localidades como Dílar, Dúdar, Güéjar Sierra, Monachil y Quéntar poseen condiciones excepcionales para disfrutar de la naturaleza, respirar aire puro y olvidarse de la mascarilla. Pueblos inmersos en el medio natural, conservando todo el sabor de la tradición, en ellos se respira el silencio. Lugares idóneos para disfrutar de la tranquilidad y el descanso. Muchos de ellos se remontan a alquerías islámicas dependientes de la capital, dedicadas a la agricultura y a la producción de seda. La huella musulmana se aprecia en la red de acequias que recogen las aguas del deshielo de las cumbres de Sierra Nevada para llevarlas hasta la Vega.
La contundente gastronomía serrana, rica en guisos y potajes, tiene una magnífica representación en los restaurantes, merenderos y ventorros de las localidades mencionadas y, en concreto, de Pinos Genil. Un lugar de peregrinación para los aficionados a la cocina de toda la vida, con especialidades como el arroz cortijero, el choto al ajillo, las migas con engañifa, las manitas de cerdo y las excelentes chacinas de la zona. Todo ello, acompañado, si se desea, con mosto o vino del terreno.
Es uno de los recorridos más bonitos de Sierra Nevada, con abundante agua y vegetación e impresionantes vistas sobre las caras norte de los picos Mulhacén, Veleta y Alcazaba. El visitante podrá contemplar un gigantesco castaño o las ruinas de las minas de la Probadora y de la Estrella.
El acceso a esta ruta se realiza cruzando la población de Güéjar Sierra en dirección a Maitena, por una pintoresca carretera que baja hasta el río Genil. Unos túneles del antiguo tranvía conducen hasta el Barranco de San Juan donde da comienzo la ruta. El camino transcurre por la cuenca del Genil hacia su cabecera.
En el inicio, una empinada cuesta hace entrar rápidamente en calor mientras se adentra en el interior del valle donde abundan fresnos, arces, castaños, quejigos, robles… Al principio el camino discurre por una amplia pista que asciende de forma muy suave. Pronto encontramos al borde del camino, sobre un murete, un castaño centenario al que apodan «El Abuelo». La mayor dureza del recorrido aconseja realizar la vuelta utilizando el mismo itinerario de la ida y reponer fuerzas en alguno de los restaurantes existentes entre El Charcón y Maitena.
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