C. MORÁN
GRANADA
Lunes, 25 de junio 2018, 09:49
La fiesta debió ser sonada -y nunca mejor dicho- porque varios vecinos llamaron a la Policía Local de Granada para pedir auxilio y, sobre todo, silencio. Ocurrió en un bloque de viviendas del barrio del Zaidín, el más poblado de la capital. Era la una ... y media de la mañana del pasado día 20 -que tampoco son horas-, cuando la central de la guardia municipal fue alertada de que había un jolgorio considerable en un piso de la Avenida de América.
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De inmediato, los responsables del cuerpo indicaron a una patrulla que se acercase hasta el lugar de los hechos para acallar la juerga que tantas molestias estaba causando al vecindario, según informaron fuentes oficiales de la Policía Local.
Los agentes llamaron a la puerta del inmueble sospechoso y les abrió un hombre al que informaron de que estaban dando la tabarra al resto de los residentes del edificio. En este sentido, advirtieron al presunto infractor que si no ponía fin «a los ruidos» podía ser denunciado «por vulnerar la Ordenanza de la Convivencia», detallaron las fuentes consultadas por IDEAL.
Estando en eso, los guardias cayeron en la cuenta de que en el interior de la vivienda había una bicicleta amarilla de la empresa Obike, una de las dos concesionarias de este servicio en la capital. De hecho, es la única que todavía resiste, aunque ya no repara los vehículos: la otra, Ofo, ha retirado la flotilla ante el empuje del vandalismo.
La bici hallada por la Policía Local en el piso de la Avenida de América había sido 'tuneada': la habían pintado de negro y carecía de los sistemas de seguridad que habrían permitido localizarla a distancia.
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Así las cosas, los agentes comunicaron a su interlocutor que iban a poner en conocimiento del Juzgado de Guardia que podía haber cometido un presunto delito de apropiación indebida y otro de daños.
El individuo en cuestión entregó entonces las bicicleta a los patrulleros que, a su vez, la devolvieron a Obike.
La reiteración de este tipo de incidentes, y otros aún más deprimentes, han desanimado totalmente a los responsables de las dos compañías afectadas. Ofo ha anunciado a sus usuarios en la capital que ha «replegado» las unidades. La causa, explicaron desde la compañía, es una «tasa alta de vandalismo» que, en contra de lo que predecible, no ha ido a menos.
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Por su parte, Obike no ha publicado nada en sus redes sociales desde finales de abril. Además, los autónomos encargados del mantenimiento de esta empresa en Granada recibieron orden de no continuar con su labor.
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