Colocan una silla sobre la estatua de Cervantes y tienen que acudir los Bomberos a retirarla

Se desconoce cómo llegó hasta ahí. O más bien, quién la colocó ahí arriba, encima de la cabeza del caballo de Cervantes de la rotonda que corona la avenida con el mismo nombre en su intersección con las calles Sancho Panza, Camino Real de los Neveros y José Tamayo.

Una silla plegable de madera ha aparecido este sábado sobre la testa de la estatua equina y ha provocado que un equipo de Bomberos de Granada se haya tenido que desplazar hasta el lugar para bajarla de su pedestal, que no es tan alto como los gigantes que el propio Cervantes 'dibujó' en su Quijote pero casi.

Según testigos del anecdótico momento, primero acudió una patrulla de la Policía Local. Estos llamaron a continuación a los Bomberos. Es de imaginar que no disponían de una herramienta como que la que luego utilizó un bombero para devolver al monumento a su estado original. Y es que la estatua equina tiene una considerable altura, que supera holgadamente los tres metros.

Con una pértiga extensible como las que se utilizan para podar árboles, con un simple golpe, el bombero terminó haciendo caer la silla ante los aplausos de las personas que se refrescaban en la terraza del bar que se ubica justo enfrente de la rotonda, sentados en sus sillas. Al vándalo que la colocó ahí e hizo perder el tiempo a los Bomberos quizá la habría caído un abucheo.

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