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La sanidad granadina convulsionó en 2016. En julio de aquel año, el hospital de Traumatología cerró sus puertas para someterse a un lavado de cara y reabrir como Materno Infantil, y sus pacientes pasaron a ocupar las modernas estancias del hospital del Parque Tecnológico de ... la Salud (PTS). El cierre fue la constatación palpable de un proceso que se había iniciado años atrás: la fusión hospitalaria. Contra ella protestaron miles de granadinos, lo que desencadenó la salida del gerente durante el proceso, Manuel Bayona. Desde entonces hasta ahora han pasado otros seis médicos por un 'sillón caliente' que espera a su octavo ocupante en tres años tras el cese de José Guerrero.
La fusión de hospitales fracturó la cartera de especialidades, de tal forma que unas se ubicaron en el Virgen de las Nieves y otras en el PTS. Es decir, que los pacientes de Granada ya no correspondían a uno u otro hospital, sino que tendrían que desplazarse al complejo de Caleta o al nuevo edificio del PTSen función de su dolencia.
Bayona fue el primer gerente de este distrito sanitario único. Accedió al cargo en octubre de 2012 y lo abandonó en noviembre de 2016, dos meses después de que 40.000 granadinos gritaran en la calle contra el nuevo modelo en una de las manifestaciones más multitudinarias que ha acogido la ciudad. Los profesionales y los pacientes se organizaron en torno a una mesa que pidió la 'cabeza' de Bayona. Y un día antes de la segunda movilización multitudinaria, la Junta prescindió de sus servicios.
El pasado lunes trascendió que Bayona es el nuevo responsable del Área Sanitaria de Gijón. Sólo dos de sus sucesores han soplado su primera vela en el cargo. La más inmediata, Cristina López Espada, llegó con un amplio currículum formativo y el objetivo de apaciguar un ambiente crispado entre los sanitarios y de indignación entre los pacientes. Por entonces, la Junta de Andalucía –con Aquilino Alonso al frente de las políticas de Salud– todavía no barajaba deshacer la fusión, sino reconducirla.
No cesó la presión en las calles y las redes sociales. A finales de enero de 2017, los cuatro sindicatos que accedieron a negociar la 'reorganización de la reorganización' con la Junta de Andalucía se levantaron de la mesa, al considerar que Salud había «aniquilado» el acuerdo base. La tensión llegó hasta el punto de que seis de los veinte expertos abandonaron el comité que la propia Junta había conformado para tapar la fuga.
Mientras Aquilino Alonso sostenía que la negociación estaba en la fase final, se gestaba la destitución de dos altos cargos de la Junta: Martín Blanco yJosé Manuel Aranda. Y ya se hablaba abiertamente de volver al modelo de los 'dos hospitales completos'. Dos días más tarde cayó otra ficha del dominó: Cristina López Espada, tras sólo un trimestre al frente del distrito sanitario. López Espada llegó a reconocer que Granada necesitaba recuperar un modelo similar al previo a la fusión, pero «quizás no en la medida» que pedían las plataformas. Dimitió: «No puedo continuar al frente por un rumbo en el que no creo».
Y la Junta dejó en manos de Pilar Espejo la tarea de desenredar la madeja. Ella es, desde la salida de Bayona, la gerente que más tiempo ha pasado en el cargo:dos años. Se puso al frente del distrito único, pero salió del despacho como gerente del Virgen de las Nieves, ya concretado el nuevo mapa de la sanidad granadina. Tan sólo cuatro días después de acceder al despacho se firmó el pacto por los 'dos hospitales completos'.
Dos semanas después del nombramiento de Espejo, la Junta dio a conocer el nombre del primer gerente del nuevo Clínico San Cecilio, en el PTS: José Luis Gutiérrez. Él asumió el cargo como un puesto provisional, hasta la culminación del tránsito hacia un nuevo esquema de especialidades. Pasó año y medio.
Casi el mismo tiempo que se dilató la marcha atrás. Si el cierre de Traumatología fue símbolo de la fusión, su reapertura en marzo de 2018 supuso un punto de no retorno en la desfusión. Tres meses más tarde, Gutiérrez dejó la gerencia del PTS en manos de Eva Jiménez, pero Pilar Espejo se mantuvo en el cargo.
Concluida la desfusión, los hospitales de la capital se enfrentaron a otro rediseño:el derivado del cambio de gobierno en la Junta de Andalucía. En el pasado mes de marzo, el nuevo consejero, Jesús Aguirre, puso al frente del organigrama del Virgen de las Nieves a José Guerrero y a Manuel Reyes a la cabeza del hospital del PTS.
La fusión, la desfusión y los recortes en sanidad mermaron el servicio en los hospitales de Granada. En concreto, los profesionales del Virgen de las Nieves llevan meses alertando de la falta de personal. En este contexto, y sin ahondar en explicaciones, Aguirre anunció el lunes en Guadix la salida de José Guerrero, quien, como Eva Jiménez, sólo ha sumado nueve meses en el 'sillón caliente' de la gerencia hospitalaria. Pasará a coordinar una unidad mental en Granada. El nombre de su sustituto, el que será el octavo gerente de los hospitales de Granada en tres años, todavía no se ha dado a conocer.
Fuentes del hospital critican que Guerrero en ningún momento ha recibido las herramientas necesarias para hacer su trabajo, y que las quejas no estaban dirigidas a él, sino a la misma Junta. «Son ellos los que han provocado que tire la toalla», explicaron ayer.
Según la presidenta de la junta de personal del Virgen de las Nieves, Fayna Gómez, hay una «sobrecarga laboral impresionante» provocada por los contratos atascados desde verano o que no se cubran bajas ni sustituciones. Faltan 300 profesionales. Ayer denunciaron la situación ante inspección de trabajo.
La inestabilidad en las respectivas gerencias es, a la vez, causa y síntoma del estado de los hospitales. «No les damos tiempo, hemos pasado por siete gerentes y cuando empiezan a poner en marcha su equipo de gestión y partir de cero no tienen oportunidad de arrancar», opina Gómez. Coincide su homóloga en el PTS, María José Navarrete:«Por supuesto que afecta a los usuarios y los trabajadores». Dan su voto de confianza a Manuel Reyes, pero ya empiezan a pedirle respuestas. También al sur de la ciudad se deja notar la falta de personal o las reducciones de jornada sin cubrir en un hospital que ahora atiende a más población.
María José Navarrete, presidenta de la junta de personal del nuevo Clínico San Cecilio (PTS), da por cerrada la desfusión, aunque reconoce que hay heridas que perduran «y tardarán años en cerrarse». El proceso de fusión y desfusión llegó a generar confrontaciones entre los propios trabajadores de uno y otro hospital. Fayna Gómez critica que el Virgen de las Nieves no ha recuperado unidades como la de Anatomía Patológica, y asegura que la plantilla no tiene profesionales en todas las categorías. «El centro se quedó desdotado porque cuando se hizo la desfusión las vacantes no tenían nombre, y siguen sin tenerlo».
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