Los granadinos no éramos tan malos. O, dentro de lo malo, no somos lo peor. El vandalismo sufrido sobre las bicis amarillas en Granada es común en todo el planeta. En la vecina Marbella o en Madrid. En París, Manchester, Roma o Bruselas. En ... San Francisco o Washington en el continente americano, en Melbourne en Australia o en la mismísima Singapur, sede de una de las compañías que llenó Granada de estos vehículos. En Auckland, Nueva Zelanda, batieron el récord y tiraron una de estas bicicletas de alquiler compartido dentro del cráter de un volcán.
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También encuentran los vándalos repartido por el planeta un extraño placer en 'ahogar' las bicis en ríos y canales. Ha pasado aquí, en Granada, pero en la capital española aparecieron en abril una decena de estas bicicletas en el lecho del río Manzanares, para escándalo de todos los madrileños. En Manchester, en Inglaterra; en Roma, sus aguas están llenas de cadáveres de bicis. En Melbourne (Australia), los servicios municipales tuvieron que fletar una barcaza dotada de una brigadilla de operarios que, con ganchos metálicos atados a cuerdas 'pescaron' decenas de bicis en una sola jornada para vergüenza de propios y extraños.
Las empresas de alquiler compartido de bicicletas sin estaciones de aparcamiento han sido una burbuja que ya ha explotado. Ni Obike, una de las más grandes de todas, permanece siquiera en Singapur, sede de la propia empresa. El resto de ellas, están en franca retirada. Quedan sin embargo muchas dudas que responder. Por un lado, al igual que se pregunta en el diario 'The Guardian' una periodista británica, si la economía social y colaborativa ha tocado techo «porque la gente no sabe o no quiere compartir».
También arrastra un efecto negativo en la imagen de la ciudad que sufre esta nueva 'fiebre amarilla'. El periódico barcelonés 'La Vanguardia' ha publicado con gran despliegue las fotografías de las bicis de Granada colgando por los árboles y destrozadas por todas partes. De igual modo ha ocurrido en Roma y en una veintena de ciudades europeas, donde los actos de vandalismo en este tipo de frágil vehículo ha consternado a la población.
El caso es que algo une a todos los afectados, en todo este ramillete de ciudades las empresas que operaban se han visto obligadas a suspender su servicio por la misma razón: vandalismo masivo. Exactamente igual que en Granada. Por esta razón nace, por otro lado, el debate sobre la regulación de este tipo de servicio.
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Amsterdam, la capital holandesa, es el mito de las bicicletas, del transporte público, de la movilidad sostenible. La imagen de la ciudad se sostiene en bicicletas y más bicicletas por todas partes que atraviesan sus canales. Yse nota al instante. Nada más poner el pie en Amsterdan uno se da cuenta que la cosa va sobre ruedas, concretamente, en unas grandes y aparatosas bicicletas entre grises y negras. Los datos dicen que hay unas 600.000 bicicletas y que casi la mitad, más del 40%, de los viajes que se realizan dentro del perímetro de la capital holandesa se realizan pedaleando. Pese a la fama de Amsterdam, es sin embargo la capital de Dinamarca, Copenhague, la ciudad de las bicicletas, la mejor diseñada para ellas y la que todos los amantes de estos vehículos reconocen como tal. Además, no solo la capital, Dinamarca entera es un carril bici para pedalear por todas partes. En Norteamérica, es en Canadá donde se encuentra la ciudad pionera en el diseño de carriles bici. Montreal es, en efecto, la gran ciudad americana de las bicicletas. Cuenta con este tipo de carriles desde los años 80 y suma un total de 400 km. En España, las referencias son Barcelona y Sevilla. La primera quiere terminar de construir su red, que supondrán más de trescientos kilómetros de carriles para bicis mientras que en Sevilla hay ya 142 kilómetros y un eficiente servicio público de alquiler de bicis.
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