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Francisco Casas, neumólogo del hospital Clínico San Cecilio. Javier Martín
Salud Ideal

«Una sola calada a una cachimba es como fumarse un cigarrillo entero»

IDEAL pone en marcha una nueva sección para tratar los temas más candentes de la actualidad sanitaria con los que más saben: sus profesionales

Martes, 22 de octubre 2024, 00:25

La lucha contra el tabaquismo continúa. La industria se reinventa y crea nuevos productos que pese a su apariencia inofensiva son tan nocivos o incluso más que el cigarrillo convencional. De esta nueva epidemia de caras jóvenes alerta Francisco Casas, neumólogo del Clínico San Cecilio, que se muestra muy preocupado por el desconocimiento general que reina alrededor de los vápers, cachimbas o cigarrillos electrónicos.

–Los jóvenes que fuman se han reducido a una tercera parte en lo que llevamos de siglo y, sin embargo, no podemos estar contentos. ¿Por qué?

–No, porque aunque se ha reducido la prevalencia de consumo de tabaco convencional, ha ido aumentando el consumo de otras formas emergentes de tabaquismo que ya supera a la del tabaco convencional en los adolescentes. El 19,2% de jóvenes de entre 14 a 18 años fuma o consume algún derivado del tabaco. Pero los vapeadores son los preferidos para uno de cada cinco. Seguido de las cachimbas, que emplean el 14,3%, mientras que un 13,1% se decanta por los cigarrillos convencionales.

– Se pensó que los cigarrillos electrónicos o los vápers podrían ser un sustitutivo menos pernicioso que el tabaco, pero no es así.

–Los cigarrillos electrónicos no son inocuos ni para los fumadores activos ni para los pasivos. El humo del cigarrillo electrónico y de los vápers contiene los mismos constituyentes nocivos del cigarrillo convencional: compuestos orgánicos volátiles, hidrocarburos, metales pesados y pueden contener nicotina.

–Y tampoco sirven para dejar de fumar.

–En absoluto: ni sirven para dejar de fumar ni ayudan a consumir menos cigarrillos. Además, estos dispositivos son la puerta de entrada a la adicción a la nicotina.

Alerta

«Vapear frena el desarrollo del pulmón en adolescentes»

Francisco Casas

Neumólogo

–¿Qué les pasa a nuestros pulmones cuando vapeamos?

–En los adolescentes se frena el desarrollo del pulmón, que habitualmente se forma en chicas hasta los 18 años y en los chicos hasta los 22. Además, produce una irritación e inflamación de las mucosas respiratorias: bronquitis crónica, asma, bronquiolitis y enfermedades pulmonares intersticiales. A lo que hay que añadir que destruye los alveolos y que produce mutaciones celulares con desarrollo de cáncer de pulmón.

–¿Es necesario tener un hábito muy fuerte para generar daños en el organismo?

–Al igual que en el consumo de tabaco convencional, el número de cigarrillos fumados diariamente y los años de consumo son un factor implicado en un mayor daño al organismo, pero hay factores ligados a cada individuo que lo pueden hacer más susceptible como, por ejemplo, los factores genéticos para cáncer de pulmón o el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

–Tienen, además, un componente social muy fuerte. Un ejemplo claro son las cachimbas, que se han generalizado en el ocio nocturno... ¿son seguras?

–En absoluto, incluso son más dañinas que el tabaco convencional.

–¿Es verdad que una sesión de cachimba equivale a inhalar 200 veces el humo de un cigarrillo?

–Una sola calada es prácticamente igual al volumen de humo inhalado por un cigarrillo entero. El volumen de humo inhalado durante una sesión típica de cachimba es de aproximadamente 90 litros, que equivale a 200 caladas, en comparación con los 0,5 litros inhalados cuando se fuma un cigarrillo. Se ha demostrado que en una sola sesión se generan hasta cuatro veces más agentes carcinogénicos que un cigarro.

– Y, sin embargo, hay más permisividad social. ¿Por qué?

–Gran parte de la culpa de esta permisividad la tiene el desconocimiento de la sociedad y, en particular, de los padres y educadores. En ocasiones nos dejamos llevar por los mensajes de la industria del tabaco sobre su seguridad y su supuesta menor capacidad adictiva.

– Tras 30 años de campañas de prevención o de leyes restrictivas se ha logrado reducir el consumo de tabaco. ¿Cuántos años cree que se requerirá ahora para minimizar el impacto de estos nuevos hábitos perniciosos?

–No le podría decir cuántos, seguro que muchos, más de diez años y todo dependerá de los mensajes que se transmitan a la población general y a los jóvenes en particular por medios de comunicación y redes sociales. También de las medidas de las administraciones públicas para equiparar el consumo de estos productos al del tabaco convencional, estableciendo las mismas prohibiciones de su consumo en menores de edad y para los espacios libres de humo. La lucha activa contra la industria del tabaco y sus mensajes falsos es otro de los caballos de batalla.

–Para acabar: cuéntele a un joven que nos lea qué beneficios puede notar al dejar de fumar.

–Lo primero y más inmediato que va a notar es la disminución o desaparición de la tos;tendrá mayor capacidad para practicar deporte y mejorará su salud bucodental. Además, el tabaco acelera el envejecimiento celular, en concreto, de la piel y favorece la caída del cabello, lo que mejorará. Liberarse de la adicción a la nicotina es otro gran punto a favor de dejarlo.

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