Edición

Borrar
Mercedes, Chari, Luisa, Carmen y Gonzalo abrazan a José Manuel, en las oficinas de la Alhambra. ARIEL C. ROJAS
La sonrisa que sostiene la Alhambra
Día Mundial del Síndrome de Down

La sonrisa que sostiene la Alhambra

José Manuel García, uno de los trabajadores más queridos del monumento nazarí, reivindica empleo, salud, educación y vivienda digna. «Que se escuche nuestra voz una vez más»

Viernes, 21 de marzo 2025, 00:59

A José Manuel le quieren tanto en la Alhambra que le dicen Josemi. «¡Mi Josemi es lo más bonito!», exclama Chari, ordenanza del monumento, mientras le achucha en las oficinas del Patronato. «Chari es mi madre de la Alhambra», explica alegre José Manuel. «Y ellas mis titas», señala a Mercedes y Luisa, también ordenanzas, que no dudan en unirse al abrazo. Hoy, 21 de marzo, es el Día Mundial del Síndrome de Down. Un día en el que José Manuel García Díaz, 32 años, trabajará en el lugar más bonito del mundo, ensayará una obra de teatro, verá algún partido de fútbol, irá a clase de fotografía y seguirá preparándose para ser guía turístico, leerá los periódicos para poder hablar con propiedad de su gran pasión, la política, y cenará en el piso que comparte con cuatro amigos. José Manuel tiene Síndrome de Down y hoy también será un buen día.

José Manuel llega a la Alhambra a las nueve de la mañana. Lleva un año allí, ejerciendo tareas administrativas. «Lo primero que hago es repasar los humificadores. Luego trituro papel, archivo y clasifico documentos, llevo carpetas a otros departamentos...». Raro es el día que no se ve a José Manuel de un lado a otro, de los museos al Generalife, pasando por los palacios o el almacén. En esos trasiegos, los compañeros del monumento le llaman con alegría: «¡Josemi! ¿Cómo estás?». El pasado miércoles 19, además de ser su santo, era su cumpleaños. «Me trajeron una tarta de chucherías –cuenta–. Tengo mucha suerte, son muy buenos compañeros».

Estudió la ESO en el IES Laurel de la Reina y luego hizo un grado medio de Auxiliar de Enfermería. Tras unas prácticas en Burger King y en el Hospital Vithas, terminó aquí hace un año, en la Alhambra. Pero si creen que trabajar en el palacio nazarí es todo, presten atención. «Me gusta mucho la política», afirma. Aunque la palabra 'gustar' se queda corta. Lee los periódicos con sumo interés, se informa a diario, le encanta debatir sobre medidas y propuestas, y disfruta viendo vídeos del Congreso. «Los políticos deben pensar más en los ciudadanos y ciudadanas, que se dejen de otros temas y de guerras internas».

José Manuel, preparando acreditaciones. A. C. ROJAS

Luego está el fútbol, claro. «Soy del Granada Club de Fútbol», subraya palabra a palabra, como para evitar cualquier duda. También va a clases de fotografía, a un curso impartido por el fotoperiodista Ramón L. Pérez. Y se está preparando para ser guía turístico. «Me faltan horas en el día», ríe. «Y no te he contado lo del teatro». Lo del teatro es un grupo de teatro y danza contemporánea, con la Fundación CajaGranada. «Somos personas con discapacidad y personas sin discapacidad y juntos creamos piezas y coreografías». Si quieren ver el resultado, el próximo 7 de junio tienen función en el teatro CajaGranada.

José Manuel vive en un piso con cuatro amigos, gracias al programa de viviendas compartidas de Granadown

José Manuel se independizó hace tres años gracias al programa de viviendas compartidas de la Asociación Síndrome de Down de Granada (GranaDown). «Vivo con cuatro amigos. Hemos aprendido a gestionar el dinero y el ocio, a organizar las tareas, a controlar nuestras emociones...». Este sábado 22, José Manuel dará una charla a familias y miembros de GranaDown que están en el Programa Amigo (el paso previo al de vivienda compartidas). «Les voy a contar mi experiencia y cómo me enfrenté a esa vida independiente, que al final es lo que todos queremos. Aunque ahora vivo en otro hogar, mi primer piso fue con Manuel. Fuimos compañeros de piso».

Manuel Morales Pardo, 27 años, ha venido a ver a José Manuel. Morales es preparador laboral en Granadown, pero también es mediador en viviendas. «Es una figura voluntaria –detalla el joven–. La gente piensa que estos pisos son viviendas tuteladas, pero no, son pisos normales. Cada uno se paga su alquiler, su comida, como un piso de estudiantes». En la asociación se trabaja en la inclusión de las personas con Síndrome de Down desde todos los ámbitos, incluido la vivienda. «Decidí hacerme voluntario tras conocer el programa, mientras hacía las prácticas de Trabajo Social. Llevo tres años», explica Morales, natural de Canillas del Aceituno, Málaga.

Manuel Morales, trabajador social en Granadown, con José Manuel, en el Palacio de Carlos V. ARIEL C. ROJAS

¿Y qué más le gusta hacer a José Manuel? «Viajar», responde. ¿A dónde le gustaría viajar? «A Canillas del Aceituno», guiña, provocando una carcajada compartida en la oficina. Entre las risas está la de Carmen Yusti, responsable en la sección de exposiciones de la Alhambra. «Yo no he visto niño más gracioso que Josemi, siempre está contento», aplaude Yusti. «Se ha adaptado genial. Se mueve muy bien por el monumento, le conoce todo el mundo y se relaciona de maravilla. Hace mucho equipo».

Josemi mira a sus compañeros y les abraza con fuerza. «Me siento feliz. Muy feliz. Contento». Porque hoy es el Día Mundial del Síndrome de Down y él tiene algo que decir: «Hay que alzar la voz, reivindicar una vez más que se escuche nuestra voz. Que tengamos derecho a empleo digno, a una escuela digna, a una vivienda digna y a una sanidad digna. Eso pedimos hoy. La inclusión».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal La sonrisa que sostiene la Alhambra