Edición

Borrar
Fuente y alberca de Los Peñoncillos tras la limpieza

Ver fotos

Fuente y alberca de Los Peñoncillos tras la limpieza J. E. GÓMEZ

Talas y clareos para recuperar las fuentes de la sierra de Huétor

El objetivo es dejar 'respirar' a los manantiales tradicionales, hábitat de anfibios amenazados como el sapo partero bético

Juan Enrique Gómez y Merche S. Calle

Granada

Miércoles, 26 de febrero 2020, 12:59

La lámina de agua de la alberca de Los Peñoncillos era de color verde oscuro, casi negro. La falta de luz y oxígeno había generado la eutrofización de sus aguas. El manantial que la alimentaba no dejaba pasar ya ni un pequeño hilo a la fuente construida para recoger las filtraciones del acuífero superficial de esta zona del Parque Natural de la Sierra de Huétor, tras la antigua casa forestal de Los Peñoncillos, muy cerca de la A-92 y próxima ya al Puerto de la Mora. Anfibios, larvas de insectos y libélulas, tenían escasísimas posibilidades de prosperar, incluso cada vez menos aves se acercaban para calmar la sed o alimentarse de insectos. Era la consecuencia lógica de décadas de abandono y de crecimiento incontrolado de una enorme masa vegetal en su entorno, procedente de los antiguos viveros forestales, creados en el ecuador del siglo XX.

«Había que aclarar la masa vegetal del entorno de la fuente y la alberca, retirar arbolado exótico e intentar dar luz y aire al ecosistema acuático», afirma el jefe del Servicio de Gestión Natural de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, Borja Nebot, que confirma la puesta en marcha de actuaciones de recuperación y regeneración de algunas de las fuentes y albercas tradicionales de esa zona de la sierra de Huétor, en concreto las de Los Peñoncillos, Bolones y la conocida Fuente de la Teja.

La alberca de Bolones; estado de la fuente de Los Peñoncillos antes de la limpieza; alberca de Los Peñoncillos tras el desbroce de sus laterales J. E. GÓMEZ
Imagen principal - La alberca de Bolones; estado de la fuente de Los Peñoncillos antes de la limpieza; alberca de Los Peñoncillos tras el desbroce de sus laterales
Imagen secundaria 1 - La alberca de Bolones; estado de la fuente de Los Peñoncillos antes de la limpieza; alberca de Los Peñoncillos tras el desbroce de sus laterales
Imagen secundaria 2 - La alberca de Bolones; estado de la fuente de Los Peñoncillos antes de la limpieza; alberca de Los Peñoncillos tras el desbroce de sus laterales

Naturalización

Estas fuentes, como cuenta el hidrogeólogo del CSIC, Antonio Castillo, fueron parte fundamental de los trabajos de repoblación forestal de la mitad del pasado siglo. Recogieron el agua de los acuíferos para alimentar los viveros que se ubicaron en Los Peñoncillos, Bolones y otros puntos próximos de la sierra. «Hasta siete fuentes había en un espacio de menos de 3 kilómetros, casi todas ellas desaparecidas en la actualidad», afirma. Esas fuentes, algunas de ellas con albercas ayudaron al desarrollo de los ecosistemas de su entorno, e incluso, cuando se abandonaron las actividades de explotación forestal, formaron parte fundamental de la naturalización de toda la zona. El problema se ha planteado tras la falta de mantenimiento y el crecimiento excesivo de la masa vegetal.

Las tareas de limpieza y clareo, con tala de una veintena de árboles, ha llamado la atención a quienes conocían este espacio. Los tocones de grandes árboles destacan donde antes había una muralla vegetal. Borja Nebot afirma que además de mejorar el ecosistema, había que generar las condiciones necesarias para evitar la desaparición de una especie de anfibio endémico de Amndalucía, el sapo partero bético, cuyo hábitat estaba ya muy degradado. «Por un lado algunos árboles habían saturado los drenaje del nacimiento y ya casi no brotaba agua, por lo que intentamos sanear el manantial para conseguir más caudal y que no se seque la alberca. Por otro lado la excesiva sombra y restos de ciprés que estaban cayendo en la balsa, estaban eutrofizando el agua. Con estas condiciones temíamos que se perdiera en núcleo reproductor del sapo partero, que era muy importante en el ámbito de la provincia de Granada. Con el aclareo y eliminación de las especies arbóreas exóticas esperamos mejorar el caudal y la calidad del agua, para que pueda recuperarse la antaño buena población de sapo partero».

Algo similar ocurría en la alberca de los Bolones, junto al bosquete de secuoyas y pinzapos procedentes de las reforestaciones de los años sesenta. El sapo partero bético tiene en esta alberca uno de sus puntos de reproducción. Algunas secuoyas de gran tamaño, calcinadas por incendios desde hace unos años, colapsaba el entorno. Además algunos cipreses caían sobre la alberca y uno de ellos había provocado la rotura de una de las paredes de la alberca.

En la Fuente de la Teja, se han retirado una gran cantidad de grandes árboles, ailantos, una especie exótica invasora que provocaba problemas de viabilidad a especies autóctonas.

árboles cortados para aclarar el entorno de la alberca de Los Peñoncillos J. E. GÓMEZ

Tala de árboles de especies exóticas

Los tocones de grandes árboles, tanto cedros como cipreses y secuoyas en la zona de Bolones, muestran las talas selectivas que se han realizado para dejar 'respirar' a las fuentes. Borja Nebot, afirma que la mayoría de los árboles retirado han sido de especies no autóctonas y otras también invasoras, que ponían en peligro el ecosistema. Para Antonio Castillo, conocedor de esta zona desde niño y, más tarde, como hidrogeólogo, la actuación es correcta, «aunque aparentemente la tala de árboles sea demasiado drástica», ya que reduce considerablemente los requerimientos de agua del entorno. «Cada uno de esos grandes árboles es una bomba extractora de agua que no llega hasta la fuente». Por otro lado, considera que con el clareo se permite el paso de filtraciones y aguas interiores hacia el manantial.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

ideal Talas y clareos para recuperar las fuentes de la sierra de Huétor