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Inés Gallastegui
Granada
Sábado, 24 de agosto 2024
La vigencia de la famosa y deprimente frase que pronunció Unamuno hace más de un siglo –«Que inventen ellos»– parece tocar a su fin. El retraso científico y tecnológico español ha sido especialmente sangrante en Granada, con una Universidad desproporcionadamente fuerte en medio de un desierto industrial. Algo está cambiando. El despegue del Parque Tecnológico de la Salud, la instalación de empresas tecnológicas punteras y la elección de Escúzar como sede del acelerador de partículas no solo están dando nuevas oportunidades a los egresados de la UGR en carreras STEM, sino que están atrayendo talento de fuera y, lo que es más llamativo, haciendo volver a los 'cerebros fugados' que hicieron las maletas en la crisis de 2008-2014. Granada es la segunda provincia española en la que más ha crecido el peso del empleo tecnológico. La novedad es que antes, para regresar, estos profesionales frenaban su carrera a cambio de la cercanía de su entorno familiar y social; ahora lo hacen para dar un impulso a su trayectoria en empresas consolidadas y proyectos con grandes presupuestos.
Ángel Ibarra
Director del consorcio Ifmif Dones España
Un caso paradigmático es el de Ifmif Dones, el mayor proyecto científico de España, que construirá en Escúzar un acelerador de partículas para el desarrollo de la energía de fusión con financiación del Gobierno y la Junta. El director del consorcio, Ángel Ibarra, explica que la mitad de su equipo –ahora son 40 personas, pero está en constante crecimiento– son granadinos fichados de grandes empresas o centros científicos internacionales.
«El problema es que los sueldos que podemos pagar no los podemos decidir libremente, sino que están fijados por la Administración pública española, que compite muy mal con los grandes proyectos científicos internacionales. Un alemán en un acelerador gana el doble de lo que podemos pagar aquí –reflexiona–. Hasta ahora hemos tenido mucha suerte porque hemos encontrado un nicho de 'granadinos por el mundo' con muy buenos perfiles, de entre 30 y 50 años, que tenían ganas de volver. Gente que trabajaba en el CERN, la Agencia Espacial Europea, ITER o Fusion for Energy, y en grandes empresas de construcción por todo el mundo, se ha venido con nosotros».
Marcelo Vázquez, presidente de OnGranada Tech City y del Círculo Tecnológico de Granada, lo confirma: «Es un sector ya asentado: hay casi un millar de empresas y 10.000 puestos de trabajo. Tenemos un tejido bastante competitivo a nivel nacional e internacional, con salarios a la altura de Madrid o Barcelona. Los que se fueron ya no vuelven a una empresa pequeñita que no se sabe cómo va a terminar, sino a multinacionales en primeros niveles. Es un escenario atractivo y seguro».
Celia Carvajal, ingeniera líder de la sección de Sistemas de Control en Ifmif Dones que volvió en marzo de este año de la Guayana Francesa, donde trabajaba en la puesta en marcha del banco de control de la base de lanzamiento del lanzador Ariane 6, es optimista: «Estos grandes proyectos del sector tecnológico, y toda la red de empresas que participan en ellos, fomentan un ecosistema de innovación y de oportunidad de desarrollo muy atractivo para todos los profesionales. Si Granada continúa apoyando estos proyectos y empresas del sector, es probable que veamos un retorno de los que se fueron, así como una nueva generación de profesionales altamente capacitados que elijan la ciudad como su lugar de trabajo y residencia».
Pedro Medina, investigador en Genyo y catedrático en la UGR, cree que en el terreno académico queda mucho por hacer: «Hoy los profesionales con experiencia y prestigio que vienen a Granada no lo hacen por motivos meramente profesionales. Si queremos que esto cambie, no tenemos que reinventar la pólvora, solo implantar modelos que funcionan en otras comunidades españolas», como el ICREA de Cataluña o el Ikerbasque en Euskadi, que financian el fichaje de investigadores de prestigio fuera de nuestras fronteras.
Claudio Torregrosa Ingeniero nuclear y de seguridad en Ifmif Dones
Claudio Torregrosa, nacido en 1989 en Alicante pero con familia de Granada, estudió Ingeniería Industrial en Valencia, se especializó en Ingeniería Nuclear en Estocolmo y terminó el doctorado en el Consejo Europeo de Investigación Nuclear (CERN) de Ginebra (Suiza), el centro de investigación de referencia mundial que opera el 'abuelo' de los aceleradores de partículas del mundo. Allí se quedó a trabajar cinco años más. «El CERNes un sitio único y las condiciones son estupendas, pero pasa el tiempo y a uno le tira la tierra. Hace unos años empezaron a surgir rumores y en cuanto salieron las primeras plazas me presenté: poder trabajar en lo mío en Granada era un sueño impensable», recuerda el ingeniero, quien destaca que la gran mayoría de los aceleradores de partículas están en lugares remotos. En 2021 se integró en el equipo inicial de Ifmif Dones y ahora es el responsable de Ingeniería de Seguridad. «El sueldo es tres o cuatro veces menor del que ganaba, pero el dinero no lo es todo», señala Claudio, que valora, aparte de la cercanía de su familia, «la belleza y la calidad de vida» de la ciudad. Y también el hecho de que el acelerador de Escúzar sea un proyecto a largo plazo, cuya construcción llevará como mínimo diez años. «Espero jubilarme aquí. Me he comprado una casa en el Albaicín, como todos los guiris –bromea–. Hasta ahora llegaba en cinco minutos a la oficina de Gran Vía, pero el mes que viene nos mudamos al lugar donde se construirá el acelerador. Me costará un poco más llegar, pero ya hay ganas».
Cristina Donaire Ingeniera informática en Cívica
Cristina Donaire (Granada, 1983) se marchó a Madrid en 2007, poco después de terminar Ingeniería Informática en la UGR, primero en una consultora y luego como mánager de tecnología en el banco de inversiones Inversis. Después de 17 años en Madrid, quería volver a su ciudad, de donde también es su marido. Con dos hijos de 5 y 3 años, era «el momento justo: cambiarles de ambiente no les va a afectar tanto». Hace unos meses se incorporó como project manager a Cívica, compañía granadina especializada en el desarrollo de soluciones de negocio basadas en tecnología que ha multiplicado su facturación por diez en apenas 5 años. Por ahora sigue en Madrid, teletrabajando, mientras organiza el regreso, que espera culminar en octubre. «Este es un año de transición para buscar casa, colegio.... Moverte con la familia no es tan rápido». «En realidad, estando en Madrid podríamos haber elegido teletrabajar para cualquier empresa, pero me gustaba la idea de volver a una empresa de Granada y contribuir a que mi ciudad crezca», explica Cristina, que asegura que no ha tenido que hacer renuncias económicas. «Los sueldos pueden ser un poquito más bajos que en las grandes ciudades, pero son competitivos, especialmente para profesionales con cierta experiencia», señala. Además, la vida es más barata. «Relativamente, porque ahora que estamos buscando una casa para comprar... –se ríe Cristina–. Sí, es cierto que el tipo de casa que queremos costaría tres veces más en Madrid». Además del apoyo familiar y los amigos, otro de los factores más influyentes ha sido la gente. «Me siento muy cómoda trabajando entre granadinos, por la cultura, la forma de hablar... Somos distintos, hay más cercanía», explica la ingeniera de Cívica, firma seleccionada por segundo año en el ranking Best Workplaces.
Juan Cantero Ingeniero responsable de Construcción en Ifmif Dones
Juan Cantero (Granada, 1980)se graduó en la Escuela de Caminos de Granada en 2006 y casi enseguida se incorporó a la constructora Sacyr con proyectos en Granada, Málaga, Sevilla y Rota, donde trabajó en la rama militar de Airbus. Entonces explotó la burbuja inmobiliaria, la inversión en infraestructuras se ralentizó y decidió aprovechar la expansión internacional de su empresa para formarse en grandes proyectos de infraestructura. Entre 2013 y 2018 estuvo en Qatar haciendo carreteras y líneas de metro y tren, se incorporó a FCCy conoció a la libanesa que hoy es su esposa. Para conciliar mejor la vida personal, aceptó un puesto de dirección en Polonia y, cuando llegó la covid, otro en Gales (Reino Unido) para construir una autovía de gran envergadura. Allí se enteró de la existencia del acelerador de partículas de Escúzar y vio la oportunidad de volver por fin a casa y sin renunciar a su trayectoria profesional, para formar parte de un proyecto grande, complejo, ambicioso y de larga duración. «A principios de 2024 se alinearon los astros, presenté mi candidatura y me eligieron. No podía decir que no», reconoce el actual responsable de Construcción e Infraestructura en Ifmif-Dones.Juan admite que, incluso teniendo en cuenta que el coste de la vida en Granada es más bajo que en las grandes ciudades de Europa, sigue habiendo cierto «ajuste salarial» que, a su juicio, queda compensado por otros factores, como la calidad de vida, el buen tiempo, el apoyo de la familia y los amigos o la facilidad para acceder a los servicios y el ocio . «Estoy encantado –resume–. Que mis hijos, que tienen 3 y 4 años, conozcan mi tierra es importante para mí».
José María Galdón. Director general de Lidera Energía
José María Galdón (41 años) ya trabajaba en la empresa familiar de construcción antes de terminar Ingeniería de Caminos en la UGR, pero se graduó en plena crisis del ladrillo. Decidió primero emprender, pero un año después le surgió una oportunidad en Avanzalia, un grupo empresarial de energías renovables, primero en el desarrollo de una gran planta solar en Panamá y más tarde en su comercializadora en Madrid, donde terminó siendo director general. A finales de 2020 aceptó el reto de dirigir Lidera Energía, la comercializadora de la granadina Greening Group, compañía líder en generación de energía solar. «Como granadino es un orgullo estar en esta empresa con vocación de trabajar para todo el mundo pero desde Granada, que apuesta por la internacionalización y que genera empleo local. En Granada hay grandísimos profesonales y una Universidad de gran nivel que nos ayuda en la atracción de talentos».
También influyeron factores personales: «Mi mujer y yo queríamos que nuestros hijos tuvieran la misma calidad de vida que tuvimos nosotros de pequeños». Las desventajas están ahí: las malas comunicaciones nacionales e internacionales. «Tenemos que vivir con ello». Y a la hora de atraer talento, no siempre es fácil captar profesionales con experiencia en un sector en el que apenas hay empresas locales. Por eso fomentan el teletrabajo.
Galdón se alegra del boom tecnológico que está experimentando la provincia y confía en que no sea puntual. «En Granada ahora hay grandes empresas consolidadas y hay oportunidades profesionales que nosotros no disfrutamos. Muchos de los que tuvimos que salir podemos volver y aportar nuestro granito de arena», subraya.
Celia Carvajal Ingeniera responsable de Sistemas de Control en Ifmif Dones
Celia Carvajal (Granada, 1989) se marchó a la Universidad Politécnica de Madrid para estudiar Ingeniería Industrial y se especializó en Energía Eléctrica en la KTH de Estocolmo, donde se quedó a trabajar con ABB en el proyecto NordLink. En 2017 se incorporó al sector aeroespacial con GTD para el desarrollo del proyecto Ariane 6, primero en Barcelona y más tarde en el Centro Espacial Europeo en la Guayana Francesa. En marzo de este año aceptó el reto de regresar a España como responsable de Sistemas de Control de Ifmif Dones.
«Este proyecto representa una oportunidad única e inspiradora. Estoy convencida de que será la instalación científica más relevante en España y una de las más importantes dentro del Programa Europeo de Fusión, con un impacto significativo a nivel mundial. La posibilidad de contribuir a una instalación de tal magnitud y a la investigación en energía de fusión, esencial para el futuro de la energía limpia, es extremadamente motivadora –afirma Celia–. La oportunidad de trabajar en mi ciudad natal, Granada, en un entorno internacional y dinámico, colaborando con equipos de diversos países y afrontando retos sin precedentes, es muy emocionante para mí».
Además del enorme reto tecnológico que representa el acelerador, Celia destaca el «entorno cultural y natural único» de Granada, «la belleza de sus paisajes, gracias a su proximidad a Sierra Nevada», la calidad de vida de una ciudad con un ambiente «tranquilo y acogedor» y la riqueza académica y científica que aporta la Universidad.
Isaac Triguero Investigador en Inteligencia Artificial en la Universidad de Granada
Isaac Triguero (Granada, 1986) se licenció en Ingeniería Informática en Granada, se doctoró en Ciencias de la Computación y, ante la falta de oportunidades en España, aceptó una beca postdoctoral en la Universidad de Gante (Bélgica). Nada más terminar consiguió una plaza de profesor ayudante doctor en la Universidad de Nottingham, donde en 2020 logró una plaza del equivalente británico a profesor titular. Pero siempre mantuvo su conexión con el grupo de investigación de Francisco Herrera en la UGRy hace unos meses consiguió una ayuda María Zambrano de atracción de talento dotada por el Ministerio de Universidades con 4.000 euros brutos mensuales que, además, le garantiza la estabilidad como titular o catedrático a partir de 2025. En un principio solo quería probar, y pidió la excedencia en Nottingham, pero ya está convencido de su decisión, que le permite disfrutar de independencia científica, mantener el contacto con sus doctorandos y formar parte de uno de los equipos de investigación más punteros del mundo en inteligencia artificial, que en el último año ha atraído más de 3,5 millones de euros en financiación. «Cuando anuncié que me iba a Granada, mis compañeros ya me dijeron 'no vas a volver', porque en este campo Granada está mucho más avanzada y, además, las universidades británicas están en una grave crisis», recuerda. Su única pega es la «terrible burocracia española». Aparte de los factores personales, como el estar cerca de su familia, Isaac Triguero destaca que en la ciudad de la Alhambra se está creando un ecosistema científico y tecnológico muy potente: «El mundo nos mira».
Antonio Moreno Ingeniero de Caminos en Ifmif Dones
Antonio Moreno (Churriana de la Vega, 1988) empezó la carrera de Ingeniería de Caminos en la Universidad de Granada y la terminó con el programa Erasmus en la de Sheffield (Reino Unido). Al graduarse en 2013 se vio en la encrucijada. «En Granada me ofrecían seis meses de prácticas y luego, con suerte, hacerme autónomo. Aún duraba la resaca de la crisis de la construcción. En Sheffield me ofrecieron un trabajo de verdad y las condiciones eran otro mundo», explica. En Fullflow participó en proyectos de drenaje de grandes cubiertas en Río de Janeiro, Dubai o Marruecos y en Amey, donde estuvo seis años, en puentes y líneas ferroviarias. Cuando estalló la pandemia, volvió a Granada para lo que pensaba que eran dos semanas, a teletrabajar, pero ya había puesto sus ojos en el proyecto del acelerador de partículas de Escúzar y cuando salieron las primeras plazas, se presentó y salió elegido. Desde marzo de 2021 forma parte del equipo de Ifmif Dones España, primero en un «rol transversal» y ahora en el área internacional de la oficina de gestión del proyecto y como secretario del 'steering committee', explica Antonio, que recuerda que los ingenieros que se quedaron en Granada no han tenido la oportunidad de reunir la experiencia y la responsabilidad que él logró en Reino Unido. «Es verdad que los salarios no son los mismos, pero, además de volver cerca de mi familia, estar en un proyecto de esta envergadura, único en el mundo, es como que te toque la lotería. Es el proyecto científico y tecnológico mas importante de España», asegura Antonio.
Pedro Pablo Medina Investigador sobre cáncer en Genyo y catedrático de la UGR
Pedro Pablo Medina (Granada, 1978) estudió Ciencias Biológicas en la Universidad de Granada y, al terminar, decidió salir de su «zona de confort» en la ciudad y marcharse primero a Madrid a hacer la tesis en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas y más tarde su etapa postdoctoral en la Universidad de Yale con Frank Slack, un laboratorio con tres premios Nobel y líder mundial en la investigación de la implicación de los microARNen cáncer. Medina estaba y está convencido de, que en la carrera académica, las experiencias formativas lejos de casa «te enriquecen y te ayudan a crecer profesionalmente», pero también reconoce que, cuando se marchó porque en Granada no veía opciones de investigar sobre el cáncer, se prometió que algún día volvería. «Soy granadino hasta la médula», admite.Diez años después, lo hizo, a pesar de que recibió dos ofertas para crear su propio laboratorio en el centro MDAnderson de Houston y en el Karolinska de Suecia. En la balanza pesaron sobre todo los motivos personales –acababa de tener un hijo y su mujer, enfermera, no se adaptaba al sistema sanitario estadounidense–, pero vio una oportunidad de regresar a Granada a investigar en su campo, consciente de que lo haría con menos recursos. Por un lado, le otorgaron contratos de investigación, la UGR estaba apostando por dar continuidad a los contratados y, sobre todo, acababa de crearse en el PTS Genyo, el Centro de Investigaciones Genómicas Oncológicas Pfizer-Junta de Andalucía, en el que actualmente dirige su propio equipo de excelencia, tarea que compagina con su cátedra de Bioquímica y Biología Molecular en la UGR. «La ciencia en Granada ha mejorado mucho en las últimas dos décadas», asegura.
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