Malagueños y granadinos reivindicamos su persona porque, nació en Álora (Málaga) en la calle Escribanos, el 22 de octubre de 1883 y se trasladó a Granada con su familia cuando contaba siete años de edad, donde vivió hasta su muerte acaecida el 10 de marzo ... de 1953. Sus padres tuvieron veintidós hijos y, él fue uno de los últimos en llegar a familia tan numerosa y religiosa, algo que pronto daría sus frutos en su formación y vocación hacia el arte religioso, donde llegó a brillar como escultor, imaginero y orfebre. Todo comenzó al observar sus cualidades como alumno aventajado, de la Escuela de Bellas Artes y Artes Industriales de Granada donde fueron sus primeros profesores Manuel Gómez-Moreno González en pintura, y Francisco Morales González y Francisco Mariño Peñalver, en escultura. Destacó en modelado y vaciado y con veintidós años fue nombrado profesor meritorio de los talleres de escultura de dicho centro docente.

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Antes, en 1898, con quince años, concurre a la exposición de Bellas Artes que patrocina el ayuntamiento y obtiene medalla de oro por un altorrelieve titulado «El Dios Pan». A partir de entonces le llueven los premios y menciones honoríficas. De familia humilde, atendía a las necesidades de su casa con su trabajo, participando en dichos concursos. Tanto es así que en 1904 se libra del servicio militar gracias a la idea del escritor, Francisco de Paula Valladar de subastar una de sus obras con la que pagar la «cuota» de recluta y poder así continuar colaborando con la economía familiar.

Profesional acreditado

En 1907 realiza la primera talla de gran envergadura: la imagen de San Agustín para la iglesia que la orden tiene en la calle de Elvira; representado como obispo, con el báculo en la mano izquierda y el corazón inflamado de fe, amor y caridad, en la derecha, le sirven de pedestal sus libros y tres bustos de herejes que se revuelven airados y confundidos. La cabeza del santo tiene mucho carácter y enérgica y vigorosa expresión. Tras su paso por los talleres catalanes de Ríus, vuelve a Granada, En su taller de Santo Domingo le surgen los encargos y realiza el mausoleo de los padres Agustinos en el cementerio de Granada, y la restauración del monumento a Colón. Realizó importantes trabajos para la ciudad en el campo de la escultura funeraria y conmemorativa (no hay más que visitar el cementerio de Granada y ver sus obras realizadas en piedra y bronce): En 1917, comenzaría el gran relieve-lápida conmemorativa con motivo de la celebración del III Centenario del doctor eximio Padre Suárez, fundador de la primera universidad granadina, en mármol de Carrara, cuyo boceto fue examinado en sus talleres por el arzobispo monseñor Meseguer, que se encuentra en la plaza de las Pasiegas, en el edificio de la curia. Este trabajo le valió la fotografía autógrafa del papa Benedicto XV y su bendición para él y su familia.

El taller más grande que ha tenido Granada

En 1919 su taller cuenta con más de cien obreros. En 1921 realiza un busto del duque de San Pedro de Galatino en mármol, que, al ser conocido en Madrid, el propio rey Alfonso XIII le encargaría también su retrato con destino al Palacio Real de Madrid, que realizaría en mármol y jaspe, el primero de las canteras que el duque de San Pedro de Galatino poseía en Sierra Nevada. Quedó el monarca tan satisfecho del resultado que envió al artista una fotografía autógrafa y le concedió una audiencia especial. Poco antes de 1924 decide montar un taller de orfebrería religiosa con el apoyo de los padres Agustinos; su primer trabajo es de gran importancia: se trata de construir un altar mayor, un sagrario y un tabernáculo con destino a la Catedral de Granada, por encargo de los duques de San Pedro de Galatino, con los que les unía una gran amistad. El altar se realiza en piedra serpentina y se remata con un tabernáculo de plata repujada, de estilo plateresco, inspirado en la puerta del perdón de Diego de Siloé.

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Maestro de maestros

Sería imposible añadir aquí, la lista interminable de todos los artistas que pasaron por su taller, impregnándose de su magisterio extraordinario, pero no me resisto a nombrar algunos como, José Gabriel Martín Simón,- autor del Cautivo de Málaga entre otras grandes obras - Antonio Martínez Olalla, Antonio Cano Correa, Carmen Jiménez Serrano, Antonio Moreno Grados, Benito Barbero Medina, Manuel López Vázquez, Aurelio López Azaústre o Pepe Castro Llamas, entre otros muchos.

Una de sus obras, muy afamada, fue la copia exacta de la Virgen de las Angustias para la colonia de granadinos que vivían en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) realizada en 1947, para la que el ayuntamiento granadino acordó regalar un sagrario de plata repujada, creado también por Navas Parejo para acompañar el lugar del culto de la imagen. En 1949 talla una Inmaculada a tamaño natural, para la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Granada, en madera policromada, copia de la que recibe culto en Alhendín, de Pedro de Mena.

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Con su muerte desapareció uno de los artistas emblemáticos de Granada y, el taller más importante de todo el siglo XX en esta ciudad. Pero si hubiera que destacar algo importante de toda su trayectoria brillantísima, es sin duda su capacidad para entusiasmar y formar a grandes artistas que pasaron por su inigualable magisterio, y que después, han dado testimonio de gratitud hacia su persona, por todo lo que les aportó en su formación, no solo artística, sino también, humana. Alguno me confesó que, después de trabajar en el taller de Navas-Parejo, salió de allí siendo mejor persona. Y eso creo que es lo mejor que se puede decir de un gran maestro.

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