El domingo pasado llevaba mucho tiempo sin llorar y se me escaparon dos lágrimas como dos membrillos al comprobar que nuestras mujeres consiguieron el campeonato mundial de fútbol. Por primera vez en la historia, la selección nacional femenina se traía la copa del mundo a ... casa y no pude contenerme. El hecho fue que no tuve más remedio que pensar en femenino, acordándome de que otra mujer, ocho años antes, también me emocionó cuando llegó a lo más alto de la Universidad de Granada.

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Saben los que me conocen que creo que los granadinos nacemos donde queremos. Ella vino aquí cuando todavía no hablaba. Aquí se educó, se formó y ha realizado toda su vida personal y profesional. Por eso Pilar Aranda es una de las nuestras que también ha hecho historia, alcanzando las más altas cotas de la universidad granatensis en un mundo que aún se resiste a la máxima representación femenina.

La conocí durante mi responsabilidad como director de Canal Sur, acudiendo cada tarde a la tertulia política de la cadena andaluza, aportando esa clarividencia, ese feminismo y esa capacidad de dar sensatez ante los hechos cotidianos que a todos nos afectan con una naturalidad fuera de lo común. Por eso no me extrañó que, tras alcanzar la máxima responsabilidad académica universitaria, el estamento monolítico desde siglos se abriera por fin a la sociedad que lo alberga y caminara con los granadinos en cada proyecto ilusionante que se planteaba.

UNA DE LOS NUESTROS

Pilar Aranda, durante su mandato, ha abierto la Universidad de Granada a los ciudadanos como nadie antes lo había hecho. Se implicó con cada proyecto, aportando la investigación universitaria a la sociedad, poniendo en valor que lo que sucede en las aulas y laboratorios tiene que repercutir en la sociedad que los alberga sin esperar nada a cambio sino el progreso y la creación de riqueza que den sentido a lo que se sucede en la institución que fundara Carlos V y que, durante muchos años, demasiados, ha vivido de espaldas a Granada, proyectándose al exterior. No en vano, nuestra universidad es una de las más reconocidas y valoradas a nivel mundial. Sin embargo, el trabajo de su excelencia a veces nos ha venido reconocido sin que los granadinos tuviéramos noticia de lo que intramuros se cocía. La nuestra encabeza todos los rankings de las más valoradas de España y Europa. Para constatarlo, solo hay que observar las peticiones de estudiantes extranjeros que quieren seguir sus estudios en nuestra ciudad. No hay que olvidar al ser Granada una provincia ayuna de industria, la UGR es la mayor empresa por el volumen de funcionarios y estudiantes, con lo que eso reporta a la ciudad.

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Tuvo que llegar Pilar Urbano al rectorado para que los granadinos tomásemos conciencia de que eso se hiciese sentir en nuestra sociedad y viésemos una universidad abierta a la provincia y a todos sus proyectos.

ANIVERSARIO

Se preparan grandes fastos para la conmemoración del quinientos aniversario de la fundación de nuestra universidad, algo que todo el mundo atribuye a Carlos V olvidando que mucho antes Granada ya fue ciudad universitaria. Yusuf I inauguró en 1349 la Madraza de Granada, la primera universidad que tuvo la ciudad, donde se realizaban estudios superiores equivalentes a las universidades medievales de Bolonia u Oxford.

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Durante su discurso de despedida, Aranda recordó la dureza de la crisis que marcó su llegada al rectorado y los efectos de la pandemia. «En todos esos momentos de dificultad, me he sentido reconfortada por ser consciente de ser parte de una historia, de un esfuerzo colectivo cuyos protagonistas y destinatarios son las personas que conforman la comunidad universitaria», dijo.

EL FUTURO DE SU LEGADO

«Este curso debe ser el momento propicio» para apostar por las infraestructuras, alegó la rectora, que también recordó a la consejera Carazo, hoy alcaldesa de Granada, que, queda pendiente la remodelación de la piscina de Fuentenueva –un proyecto que se dijo que iba a acometerse la pasada legislatura y que todavía está a la espera que que se redefina el acuerdo de compensación por las obras del Metro en los Paseíllos– y el «importante esfuerzo financiero» que supone el cuidado del patrimonio universitario. Recordó Aranda que el desarrollo de Arqus (la alianza entre ocho universidades europeas que lidera UGR) ha contado con 14,4 millones de euros puestos sobre la mesa por la Comisión Europea en julio. Eso sí, aportó que este modelo de universidad europea «va a exigir cambios normativos y flexibilidad por parte del sistema universitario español y andaluz». «Con toda firmeza, desde la Universidad de Granada reivindicamos que se corrija una situación de insuficiencia financiera crónica que desde hace muchos años llevamos sufriendo», dijo Aranda, que recordó que este mensaje no es nuevo. Desde hace años lo reitera a los distintos gobiernos que se han sucedido en la Junta.

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Aranda desgajó los tres grandes proyectos que se prevén tengan un gran impacto en la provincia. Habló del UGR Dones, asociado al IFMIF Dones; del UGR AI, vinculado a la inteligencia artificial y que tiene como uno de sus objetivos traer a Granada la agencia nacional de regulación de esta tecnología; y de UGR Sostenibilidad, que contará con un centro de innovación en la Azucarera de San Isidro. La rectora manifestó que se colabora con la Diputación, el Madoc, el Patronato de la Alhambra o el Parque de Ciencias de la Salud, entre otras instituciones, además del Ayuntamiento.

Pilar Aranda se ha ido de la Universidad dejando deberes a la institución y a toda la sociedad granadina. Por favor, no la defraudemos.

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