![El investigador Gerardo Alguacil instala un sismómetro portátil para medir los movimientos de tierra que se producen en Granada.](https://s2.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/202102/04/media/cortadas/sismometro%20pepe%20(5)-ke2-U130417728353hBB-984x608@Ideal.jpg)
![El investigador Gerardo Alguacil instala un sismómetro portátil para medir los movimientos de tierra que se producen en Granada.](https://s2.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/202102/04/media/cortadas/sismometro%20pepe%20(5)-ke2-U130417728353hBB-984x608@Ideal.jpg)
Los que toman el 'pulso' a los terremotos
Enjambre sísmico ·
Las instituciones que controlan los seísmos disponen de 31 sismógrafos y acelerógrafos en Granada para monitorizar al instante en qué punto de la provincia tiembla la tierraSecciones
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Enjambre sísmico ·
Las instituciones que controlan los seísmos disponen de 31 sismógrafos y acelerógrafos en Granada para monitorizar al instante en qué punto de la provincia tiembla la tierraEs probable que usted se haya tumbado alguna vez en una camilla para hacerse un electrocardiograma. Le pegan ventosas por toda la piel y los médicos monitorizan si su corazón funciona correctamente o si presenta alguna anomalía.Pues bien, la medición de los terremotos viene a ser más o menos lo mismo. Las ventosas son unos aparatos que se llaman sismógrafos y acelerógrafos; la piel, la corteza terrestre; y las anomalías, los movimientos producidos por el desplazamiento de bloques de rocas y sedimentos provocados, a su vez, por una o varias fallas 'inquietas' –lo correcto por estos pagos granadinos es hablar más bien de 'sistemas de fallas'–. Granada es un paciente al que le están haciendo un electro. Bueno, realmente la toma de datos no es algo puntual, sino que se realiza de una forma constante: durante los 86.400 segundos que tiene un día y durante los 365 días que tiene un año. Y esto del segundo como unidad de medida no es baladí.
La sala de control del Instituto Geográfico Nacional (IGN), en Madrid, recibe cada segundo trescientas muestras procedentes de cada sismógrafo que tiene instalado por toda la geografía española y seiscientas de cada acelerógrafo. Hagan cuentas. Si en la provincia de Granada hay cinco de los primeros y once de los segundos dependientes del IGN –a los que habría que sumar otros quince conectados a la red tutelada por Instituto Andaluz de Geofísica (IAG)–, ya se pueden hacer una idea del inmenso caudal de información continua que llega hasta el IAG y hasta el IGN, que es la institución encargada en España de que la población sepa con bastante precisión qué sucede debajo de sus pies.
En Granada, sin ir más lejos, este 'enjambre sísmico' que está afectando a toda la Vega, y singularmente a los municipios de Santa Fe, Atarfe y Chauchina, ha llevado a 3.500 vecinos a formalizar partes de siniestro en el Consorcio de Compensación de Seguros por destrozos en viviendas. A todo ello habría que sumar los daños en espacios públicos y patrimonio histórico como la iglesia de Santa Fe y el Arco de Sevilla, la fachada de la Catedral de Granada e incluso la propia Alhambra.
¿Dónde se ubican estos sismógrafos?Lo explica Gerardo Alguacil, investigador del IAG. «Al tratarse de estaciones extraordinariamente sensibles, capaces de detectar movimientos de hasta la millonésima parte de un milímetro, se colocan en sitios apartados de cualquier actividad humana y de acceso bastante recóndito», dice Gerardo Alguacil, quien agrega que estos emplazamientos deben de tener unas condiciones ambientales constantes de humedad y temperatura.
Y es que hablamos de sensores que pueden detectar con nitidez el paso de cualquier animal, por ejemplo, aunque por las propias características de las ondas ya se puede discriminar a simple vista si se trata de un 'movimiento cultural', es decir, relacionado con la acción del hombre, o un 'movimiento natural', donde se catalogan los temblores que tanta alarma están causando en Granada. Aunque en la localización de un terremoto no interviene tan sólo el 'chivato' más cercano, sino todos los de la zona. Es más, en función de la magnitud, se puede captar incluso desde el otro lado del mundo.
Pero antes de continuar ¿qué es un sismógrafo? ¿Y un acelerógrafo? Beatriz Gaite, técnica en Sismología del IGN, comenta que «un terremoto es la ruptura del terreno en superficie o profundidad, de tal forma que se genera un movimiento de suelo que viaja en forma de ondas sísmicas en todas las direcciones». «Los sismógrafos –dice– se plantan sobre la roca y, mediante un sistema de imanes y campos magnéticos, miden la velocidad a la que se mueve el suelo cuando se produce una sacudida». Y lo hace al mismo tiempo de arriba a bajo, de norte a sur y de este a oeste.
El acelerógrafo, que calcula la variable de la aceleración, funciona de forma parecida, pero es menos sensible. Sólo reacciona ante una 'embestida' contundente como las que se están produciendo estos días. Son de enorme utilidad dentro de las poblaciones para ver cómo se comporta el terreno en función de su composición geológica. Este parámetro, el de la aceleración, es muy interesante para la construcción de edificios sismo resistentes. En Granada, estos acelerógrafos urbanos del IGN están en Albolote, Pinos Puente, Atarfe, Santa Cruz del Comercio y Ventas de Huelma.
María Galán, la técnica del IGN que controla toda la instrumentación a pie de campo en Granada y Málaga, estuvo este miércoles en Albolote. Revisó un acelerógrafo situado en el centro del pueblo –el lugar exacto no se puede desvelar–, en un sótano, e instaló uno nuevo en el Chaparral. Que sea en Albolote no es casual. En 1956 se produjo un terremoto destructivo con varias víctimas mortales y cuantiosos destrozos. «Ponemos el foco en puntos con alto peligro sísmico y cercanos a una posible zona epicentral», comenta María. «Éste –dice señalando el acelerógrafo– reposa en un pilar de hormigón que descansa sobre una roca madre para que reciba el impacto de la onda».
Una vez que se ha producido el terremoto y los sismómetros y acelerógrafos han registrado todos los datos, éstos pasan a un digitalizador que tiene una antena GPS para registrar con exactitud el tiempo y la ubicación. Toda la información se transmite a través de un router hasta la 'sala veinticuatro horas' del IGN. Si no fallan las comunicaciones, tan sólo hacen falta unos segundos para que se dispare el programa de localización. Si coinciden en el tiempo y en el espacio varias detecciones de amplitud grande, estamos ante un terremoto.
La actividad sísmica está afectando básicamente a Santa Fe, Atarfe y Chauchina, pero los vecinos de otras localidades de la Vega, como Albolote, viven con el alma en vilo. En la memoria, aquel terremoto destructivo de 1956 y aquel 'enjambre sísmico' de 1979.«La gente aún no lo ha olvidado», comenta Salustiano Ureña, alcalde de Albolote. «La población está muy sensibilizada».
«Desde el Ayuntamiento –dice el primer edil– estamos a disposición del IGN para colaborar en todo lo que precisen, como en la colocación del nuevo acelerógrafo en el Chaparral». «Además, revisamos al extremo el cumplimiento de todas las normas de sismo resistencia en los proyectos de edificación que se acometen en el municipio», asegura el regidor alboloteño.
Posteriormente, también en un lapso bastante corto, los analistas terminan de depurar posibles inexactitudes. Éste es el motivo por el que los tuits que sube el IGN nada más producirse un seísmo llevan siempre la advertencia de que se trata de un 'cálculo provisional'. En pocos segundos dispondremos en nuestros móviles de todos los detalles del evento:fecha, hora, latitud, longitud, profundidad y magnitud, entre otros.
Otro de los aspectos que conviene aclarar es el indicador de la hora. Todos los organismos nacionales que se dedican a estudiar, analizar y prevenir la acción sismológica, en España el IGN, utilizan la hora UTC, el tiempo universal coordinado, de tal manera que la referencia horaria sea la misma en todo el mundo con independencia de los husos horarios. Esto permite que coincida el instante en que se producen los terremotos con independencia del lugar donde se detecten. Lo normal, en todo caso, es que el IGN incluya también la hora local cuando pulsa '+ info'. Este tema ha suscitado alguna polémica en redes sociales en las últimas dos semanas porque, según algunos internautas, daba pie a confusión.
Más allá del IGN, Granada, la zona con mayor peligrosidad sísmica de España por estar en esa franja sensible donde se libera la energía resultante del choque de las placas continentales africana y europea, también cuenta con la sede del IAG, en el campus universitario de la Cartuja. El IAG, que emana originariamente del histórico Observatorio de Cartuja (1902), dispone de una decena de sismógrafos, cuatro acelerógrafos en los edificios de las facultades de Arquitectura, Bellas Artes, Traducción y Enfermería, y una estación compartida en los Guájares. El IAG aglutina grupos de investigación, recursos y medios instrumentales que permiten el avance del conocimiento, el desarrollo y la innovación en campos tan importantes en Granada como la Geofísica, la Sismología, la Física del Interior de la Tierra y la Geodinámica, aunque también trabaja en la prevención de los daños ligados al fenómeno sísmico y la vigilancia.
Además, mantiene la Red Sísmica de Andalucía, fundamental en estos momentos, que proporciona información al Servicio de Protección Civil de la Junta de Andalucía. El IAG colinda con las dependencias del 112 Andalucía. En estos días está desarrollando una importante labor de divulgación.
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Inés Gallastegui | Granada
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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