El socialista Francisco Cuenca, al frente de la lista más votada, parte con ventaja en la carrera contra el popular Francisco Fuentes y en la que también han metido, a su pesar, a José Antonio Huertas
El socialista Paco Cuenca, al frente de la lista más votada, el popular Francisco Fuentes como candidato con el que el Partido Popular intentará recabar in extremis los catorce votos del centro derecha o José Antonio Huertas, el edil de Ciudadanos que se ha mantenido ... fiel a Luis Salvador y al que la dirección nacional de su partido ha metido, a su pesar, como tercera opción. Uno de estos concejales, de perfiles muy diferentes perfiles, será a partir del miércoles el nuevo alcalde de Granada.
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Francisco Fuentes (PP)
Alcaldable popular por accidente
Hasta que en los primeros días de 2017 fue designado subdelegado del Gobierno en Granada, Francisco Fuentes Jódar (Jaén, 1965) era un total desconocido para los ciudadanos de a pie y hasta para el entonces presidente provincial de su partido, Sebastián Pérez. Cuando el PP buscaba perfil idóneo para la Subdelegación, fueron otros miembros de la ejecutiva provincial los que pusieron sobre la mesa el nombre de este funcionario de carrera, licenciado en Derecho por la UGR que opositó al Cuerpo Superior de Letrados de la Seguridad Social y desde 2012 ejercía como director provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Su valía profesional, su labor al frente de la Subdelegación y ante todo su lealtad personal hicieron que Sebastián Pérez pasase de prácticamente no ponerle cara a convertirle en su hombre de confianza y a promorcionarlo orgánicamente dentro del partido, como vicepresidente ejecutivo.
A raíz del cambio de gobierno nacional, tras la moción de censura a Rajoy, Fuentes sale de la Subdelegación y, aunque su nombre se barajó en las quinielas a la hora de elaborar las listas del Congreso, el Senado o el Parlamento andaluz, finalmente no llegó a entrar en ninguna. Tampoco en la lista inicial del PP a las municipales de 2019, a la que se incorporó in extremis tras la dimisión por sorpresa del número seis original, Trinitario Betoret. De la candidatura de la 'Gran Granada', al bipartito; en el que Fuentes ha manejado las áreas con más personal y presupuesto como séptimo teniente de alcalde y concejal delegado de Recursos Humanos, Organización y Servicios Generales, Servicios Jurídicos y Régimen Interior, además de secretario de la junta de gobierno local. La reestructuración del bipartito, tras la salida de Sebastián Pérez, reforzó su posición.
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En todo momento ha permanecido leal a su exjefe de filas, pero a la vez, en mitad del tsunami interno que abrió la dimisión de Sebastián Pérez, ha sabido sortear enfrentamientos con sus compañeros. Esto le convierte en el único alcaldable con carné del PP que lograría el voto de Pérez y que a la vez puede encabezar la maniobra desesperada con la que el PP aspira a sumar a sus seis votos, los tres de los concejales no adscritos y los tres de VOX. O lo que es lo mismo, obligar a Luis Salvador a elegir entre PP o PSOE por acción u omisión.
La carambola que llevaría a Francisco Fuentes a la alcaldía incluye un último requisito más: la renuncia de los cinco concejales que le precedían en la lista. Tras la salida de Pérez, por ley, el candidato del PP debería ser el número dos Luis González y, si rehusa, la lista iría corriendo a Eva Martín, César Díaz y Pepa Rubia, que tendrían que hacer lo propio en favor del sexto concejal. Complicado lo tiene, pero el precedente de alcalde por carambola en Granada no deja de ser halagüeño. En 1979, el socialista Antonio Jara se convertía en regidor tras la dimisión de varios compañeros y se mantuvo en el cargo 12 años de forma ininterrumpida.
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José Antonio Huertas (Ciudadanos)
Un alcalde en funciones que quiere pasar desapercibido
Cinco días pasará José Antonio Huertas (Cs) como alcalde en funciones. No es la primera vez que ejerce de regidor interino: como teniente de alcalde ha pasado dos semanas, en los últimos veranos, gobernando la ciudad. Desde la renuncia de Luis Salvador el viernes hasta el pleno de mañana, su intención se mantendrá intacta: asegura que quiere «pasar desapercibido» y resolver solo los asuntos más relevantes o de urgencia.
Ayer atendió a IDEALen su despacho, ajeno a que, en ese momento, Ciudadanos preparaba a nivel nacional el anuncio de su elección como candidato a la alcaldía por parte de la formación. Una invitación que no le fue comunicada –así lo aseguró a este periódico por la mañana– y que no aceptará:«Entré con dignidad y el pie derecho y así saldré».
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Su primera cita ayer fue con el secretario general del Ayuntamiento, Ildefonso Cobo, y el personal de Protocolo. Mañana hay un pleno de investidura especial, no solo por la situación política sino por la pandemia. Se celebrará en el patio del Ayuntamiento, lo que conlleva algunos cambios que él mismo, tras lo hablado con el resto de portavoces, supervisó ayer.
No tenía previsto firmar ningún expediente relevante: los asuntos prioritarios quedaron resueltos antes de la renuncia de Luis Salvador. A través de secretaría se tramitó una instrucción a todas las áreas municipales advirtiendo de que solo se debían elevar a alcaldía escritos urgentes, como subvenciones a punto de caducar, en estos días previos al pleno.
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Se mantuvo en contacto directo con los jefes de Policía Local, José Manuel Avilés, y Bomberos,Gustavo Molino. También tuvo que coordinar los homenajes al periodista Tico Medina, una vez que se conoció su fallecimiento, a media mañana.
Huertas es licenciado en Ciencias Químicas y cuenta con un master y dos cursos superiores. Participó en varios cargos en colegios y asociaciones de químicos. En los últimos dos años ha ejercido como concejal de Hacienda yDeportes, entre otras competencias, además de presidir la junta municipal del distrito Genil. Y durante cinco días, es alcalde de Granada.
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Francisco Cuenca (PSOE)
En busca de la segunda oportunidad para «rescatar» Granada
En esta partida de póquer en la que se ha convertido la alcaldía de Granada, la mano a priori ganadora la lleva el socialista Francisco Cuenca (Granada, 1969), en tanto que le basta con los diez votos de su grupo para convertirse automáticamente en regidor de la ciudad, mientras que, si quieren impedirlo, sus adversarios necesitan reunir catorce votos a la desesperada.
La mayoría ganada en las urnas en 2019 –la primera para el PSOE de la capital desde 1987– es el gran aval que enarbola el socialista para exigir que le dejen reeditar la segunda parte de su particular película a la que titularía algo así como: 'Misión rescatar Granada segunda parte'. La primera, fue la de 2016.
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Por contra, el proceso que se sigue en un juzgado de instrucción de Sevilla por una contratación, supuestamente irregular, durante su etapa como delegado de Economía de la Junta sigue siendo la gran espada de Damocles que PP y Ciudadanos vuelven a agitar con fuerza para justificar los movimientos con los que están tratando de «evitar entregar la ciudad a un imputado».
La petición de la fiscalía para que se archive esa imputación no ha logrado frenar lo que el socialista vive como una «persecución personal» desde 2010. Hace apenas unos días, Cuenca volvía a lamentar que sus adversarios políticos traten de utilizar «cualquier cosa para intentar derrocar a quien está en la vida pública para ayudar».
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Desde los 23
Y, a pesar de que a sus casi 52 años hay quien le sigue viendo joven para ser alcalde, son ya muchos años los que lleva en la vida pública este chanero, diplomado en Educación Física y funcionario de la Junta en excedencia. Más de media vida. Al PSOE se afilió con 23 años y con apenas treinta se convirtió en secretario de Organización en la capital, uno de los puestos que curten en los partidos.
Fue coordinador de la Delegación de la Junta de Andalucía de la mano su entonces mentora Teresa Jiménez y también delegado de Obras Públicas e Innovación en Granada. Pero donde se fajó la carrera de Cuenca y donde alcanzó su madurez como político –no sin encajar golpes– ha sido en la Plaza del Carmen, a donde llegó en 2011 como portavoz del PSOE tras unos malos resultados electorales. Mejorarlos en 2016 no le sirvió para gobernar y sin embargo la convulsión que provocó la dimisión del popular José Torres Hurtado, a raíz de la Operación Nazarí, le brindó ese mismo año la oportunidad que esperaba. El apoyo de 16 de los 27 miembros de la corporación municipal le llevó a la alcaldía sin necesidad de una moción de censura.
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Por delante tenía la papeleta de gobernar Granada en minoría absoluta, con ocho de los 27 concejales frente a los once del PP, obligado a negociar y limitado por las deudas y la falta de prepuestos. Y sin embargo su propuesta de devolver la tranquilidad al Ayuntamiento o de intentar convertir Granada en la ciudad de la cultura tuvieron premio en las urnas. Una mayoría que ahora es su mejor carta.
Cuenca tiene además otro as en la manga: los presupuestos que negoció con el bipartito y a los que dio su apoyo hace un año le allanarán ahora el camino si gobierna en minoría. La «altura de miras» que él tuvo para apoyarlos es la que pide ahora para que le dejen volver «a rescatar Granada».
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