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Pilar garcía-trevijano valenzuela
Granada
Viernes, 8 de febrero 2019, 17:13
Los trabajos para devolver a la ciudad el paseo perdido de Romayla sufrieron esta madrugada un ligero imprevisto. Las grietas, producto del tiempo, en el entorno de la Alhambra provocaron el desplome de una parte del muro del barranco de Fuentepeña, junto a la ... cuesta del Rey Chico.
La tapia de piedra, erigida en 1915, fue obra del maestro arquitecto del palacio nazarí Modesto Cendoya y presentaba un estado de avanzado deterioro.La calidad de los materiales con los que fue construido era «bastante pobre», formado principalmente por tierra apisonada (arena y cal) y ladrillo, unificado con el procedimiento de mampostería. Su conservación en unos terrenos húmedos había planteado verdaderos quebraderos de cabeza a todos los responsables del patrimonio andalusí.
Reynaldo Fernández, director del Patronato de la Alhambra y Generalife, manifestó a IDEAL que la zona afectada iba a ser objeto de intervención por el estado en el que se encontraba el muro próximo al puente del Cadí en las próximas semanas. Durante la jornada de ayer los técnicos de la Alhambra y el Ayuntamiento de Granada adelantaron los trabajos de restauración del muro, dentro del ambicioso plan de recuperar el corredor verde paralelo al paseo de los tristes.
Los encargados de la reparación demolerán la parte en mal estado y emplearán los mismos materiales para ponerlo de nuevo en pie. «El muro ha dado muchos problemas desde siempre. En los últimos meses habíamos recuperado algunos restos arqueológicos en la parcela y se iba a proceder a su restauración», concluyó Fernández.
Al factor tiempo hay que sumarle otro obstáculo: la ladera en la que reposa la fortaleza roja sufre una paulatina erosión que hace que el terreno ceda poco a poco, circunstancias «bajo control» del Patronato, a través de un programa coordinado con expertos geólogos de la UGR y que toma las medidas oportunas, sin dañar la imagen del entorno, considerado Bien de Interés Cultural (BIC). La semana que viene se hará un nuevo escáner para determinar si se ha producido alguna variación en el tajo de San Pedro y se comenzará a instalar las estaciones fijas. «Hacemos un seguimiento exhaustivo para evitar desprendimientos, pero no hay ningún peligro inminente. No pondremos una malla en la ladera hasta que sea estrictamente necesario», explicó Catuxa Novo, Jefa del Servicio de Jardines.
Ya en 1855, la zona se enfrentó a su primera gran reparación porque se venía abajo. Fue el arquitecto José Contreras quién modificó el trazado de la cuesta del Rey Chico y convirtió un camino tortuoso que conducía al cementerio en un sendero más apacible. Por su parte, Modesto Cendoya reconstruyó el muro ahora afectado en 1950. La misma tapia se enfrentó a una reparación en 1980.
La explanada por donde se está volviendo a reconstruir el paseo de Romayla se entubó en 1950 para impedir que el agua sobrante de la Alhambra que caía por el barranco de Fuentepeña se filtrara en la tierra dañando el área. En 1960 el Patronato adquiere los solares del entorno del Reúma y en 1990, Miguel Ángel Martín Céspedes vuelve a trabajar en el mantenimiento del lugar. Una historia del cuidado patrimonial que concluye en 2017 con el inicio de las actuaciones para devolver a los granadinos el histórico paseo Romayla, a manos de los arquitectos Rogelio Martín y Carlos Sánchez, con una inversión de 1,8 millones de euros.
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