Sasha y Alina, de picnic en el parque Tico Medina, una actividad que disfrutaban en Ucrania. Ariel C. Rojas

El verano en mi país

Desde Ucrania con amor

Odesa, la Perla del Mar Negro; las playas de Crimea; las montañas de los Cárpatos; o las noches en Kiev forman parte de los recuerdos de dos ucranianas que invitan a conocer su país cuando termine la guerra

Martes, 16 de julio 2024, 23:24

Sasha y Alina son de Kiev, Ucrania. Viven, trabajan y residen en Granada desde hace seis y trece años respectivamente. Sasha trabaja en un centro de estética. Alina se dedica al diseño y la moda. Esta mañana de julio se han desayunado con la enésima ... noticia de la guerra en su país. Rusia ha bombardeado dos hospitales de su propia ciudad. Hay muertos. Ya nada en Ucrania es ni la sombra de lo que era. Tampoco el verano. Pero Alina y Sasha vienen desde Ucrania con amor, para robarle a Rusia el título de la película de James Bond, explicarnos la belleza de las montañas y playas de su país y para invitarnos a conocerlo cuando termine la guerra.

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El verano en Ucrania para Sasha tiene hoy recuerdos muy divertidos. «Pasaba mucho tiempo en los Cárpatos, en la frontera de Ucrania con Hungría, con todos sus lagos y los ríos, que te permiten descansar y disfrutar. Hay muchas montañas. Pasaba mucho tiempo allí». Era el verano en la naturaleza, más contemplativo y deportivo. Según fue creciendo, también probó las noches de verano en Kiev, la capital;y Odesa, la Perla del Mar Negro. «Eran veranos en la playa, con conciertos en los parques, cine al aire libre y también discotecas. Pasaba mucho tiempo en las terrazas nocturnas y en los restaurantes. Eran días de Aperol Spritz, mi bebida favorita del verano». Pero hay algo que es lo que mejor recuerda, y se parte de risa al compartirlo. «Con 25 años, mi último verano antes de venir a España, fue de discotecas hasta las siete de la mañana. Era la reina del karaoke. Cantaba canciones ucranianas. 'Khutoryanka', era mi favorita. Y todo el bar cantaba conmigo».

Las playas de Crimea

Alina iba mucho de picnic. «Tenemos esa costumbre en mi familia, porque cerca de casa en Kiev hay cinco lagos y hay playas donde preparábamos barbacoas, nos bañábamos y tomábamos el sol». También visitaban los Cárpatos. «Mi cuñado es de ahí. Fuimos a muchos restaurantes típicos y recuerdo que los platos eran muy muy grandes y muy muy baratos comparados con la capital. Allí flipábamos, comíamos mucho». Los platos tienen nombres imposibles, pero tienen pinta de ser riquísimos. «Es una especie de goulash con col fermentada. Hacen asimismo muchos platos con páprika dulce. Se llama 'segedinsky'». Y si falta algo, Sasha recuerda otra de las diversiones del verano: «Siempre salimos a las montañas para buscar setas».

Sasha y Alina coinciden en que la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia les ha quitado el lugar de veraneo favorito de todos los ucranianos. «Son las mejores playas y la población es tártara, cocinan de maravilla. Preparan el 'bulgur' mejor que nadie».

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Sasha, por ejemplo, estuvo varias veces en los campamentos de verano desde los tres años a los dieciséis. «Todo está lleno de montañas y árboles enebros, para respirar es muy bueno y hace muy buen tiempo». Para Alina, Crimea son recuerdos de las aventuras infantiles. «Los pueblos son una maravilla. Las casas están llenas de animales. Los rayos del sol me despertaban».

Recuerda con cariño salir en pandilla y robar sandías y melones. «Era divertido. Era tener una aventura. Mientras uno robaba otro estaba de guardia vigilando. Y luego te las comías. Partías la sandía, te comías la fruta y con la cáscara te la ponías de gorro para camuflarte. Era divertidísimo. Y te pringabas. El objetivo era la adrenalina de la aventura».

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–¿Sabes lo que te decimos? Que cuando acabe la guerra tienes que venir a Ucrania. Te va a encantar.

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