Los usuarios de la Unidad de Cuidados Intermedios del Hospital San Rafael pueden hacer uso de los espacios comunes, como la terraza. Ramón L. Pérez

Sanidad

Una unidad pionera en Granada para evitar ingresos «innecesarios»

El Hospital San Rafael de Granada es el único de Andalucía con un servicio de cuidados intermedios, puente entre la atención primaria y la hospitalaria

Sábado, 25 de mayo 2024, 23:41

El sol entra por la ventana mientras Carmen camina por la habitación. La mujer se agarra con firmeza a su andador. Va descalza; es un placer que siempre ha disfrutado. A sus 74 años, dice seguir siendo «muy callejera». Los largos paseos por cada rincón ... de Granada, por desgracia, parecen haber pasado a un segundo plano, al menos, por ahora. Hace unos meses, a consecuencia de una caída, se fracturó la cadera y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Aunque la operación salió bien, después la zona afectada se le infectó.

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Toda su familia es del norte, de Galicia, para ser exactos, pero Carmen lleva más de media vida pateando y disfrutando la ciudad nazarí. Aquí ha criado, precisamente, a sus cuatro hijos. Sin embargo, cuando se le presentó este problema de salud, prefirió «no molestar» a ninguno. Aunque su estado «no era tan grave como para ingresar en un hospital», resultaba evidente que necesitaba ayuda y atención médica. «Ellos ya son mayores, tienen sus vidas, sus trabajos, sus familias… Yo no puedo ser una carga más para ellos, así que les dije que no se preocuparan, que iba a estar bien atendida», recuerda.

La responsable de la Unidad de Cuidados Intermedios, Almudena Navarro, visita a Carmen y el resto de pacientes. Ramón L. Pérez

Días después de aquella caída, a través de una conocida, supo de la existencia de la Unidad de Cuidados Intermedios y Atención Sociofamiliar del Hospital San Rafael, la primera y, por ahora, única de este tipo operativa en Granada y el resto de Andalucía. El centro, dependiente de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, puso en marcha el servicio a finales de 2023 para hacer frente a los problemas de cronicidad, cada vez más frecuentes entre la población. A Carmen le bastaron dos días para tomar la decisión.

Compañía

«Todos aquí te tratan de una manera muy especial; no parece que sea su trabajo»

Carmen

Paciente

«Más que un hospital, esto parece un hotel», pensó cuando ingresó. Una tranquilidad «absoluta» se apoderó de ella cuando se acomodó en la habitación. Por lo general, Carmen duerme poco, pero aquellos primeros días ni siquiera durmió. Aún estaba incómoda por la intervención, así que se pasaba las madrugadas leyendo. Una noche, dos sanitarios que estaban de guardia entraron a preguntarle si estaba bien. «Al parecer, vieron luz por debajo de la puerta y se preocuparon. Pasaron y se quedaron conmigo un buen rato, dándome conversación. Todos aquí te tratan de una manera muy especial; no parece que sea su trabajo», comparte la mujer, agradecida.

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Como en casa

Desde que Carmen ingresara en la Unidad de cuidados Intermedios y Atención Sociofamiliar del Hospital San Rafael han pasado ya dos meses. El antibiótico se ha convertido en el gran protagonista de su estancia en este centro. «Primero, había que limpiar la infección para, después, poder implantar la prótesis de cadera», apunta la responsable de este servicio, Almudena Navarro. Cada mañana, se pasea puerta por puerta para saber cómo se encuentran sus pacientes. Esta nueva área, que todavía se encuentra en su fase de arranque, ocupa una planta entera del hospital. En total, cuenta con nueve habitaciones, que incluyen compartidas e individuales.

Tratamiento

«El primer paso es analizar sus necesidades y, junto con la familia, establecemos un plan de cuidados»

Almudena Navarro

Responsable de la Unidad de Cuidados Intermedios del Hospital San Rafael

Actualmente, se atiende a un máximo de diez personas y, de media, permanecen 45 días ingresadas. Según la doctora, se trata de una unidad «muy dinámica» porque los pacientes llegan con un objetivo «muy concreto». «El primer paso es analizar sus necesidades y, junto con la familia, establecemos un plan de cuidados. Cuando se completa, se le da el alta», explica. Si todo va según lo previsto, a Carmen, ese momento le llegará pronto y teme padecer el síndrome del hospital. «Aquí me siento como en casa. Cuando me toque irme, no voy a querer», bromea.

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Son muchos los factores que contribuyen a que el ingreso sea «agradable». Los pacientes no llevan bata; tienen libertad para vestirse como quieran, siempre adaptados al entorno. Pueden salir durante el día, recibir visitas en horario ininterrumpido desde las 07:00 hasta las 23:00 horas e incluso estar acompañados por la noche. Además, tienen a su disposición todas las dependencias comunes del centro, como la capilla o el patio; la atención de la trabajadora social, el logopeda o el fisioterapeuta, y diversas actividades, como conciertos y sesiones de baile.

La responsable de la unidad y el director Médico recorren la planta destinada a los Cuidados Intermedios. Ramón L. Pérez

«Escapa del sello hospitalario, pero no es una residencia. Trabajamos para recuperar al paciente en todas sus facultades y devolverlo a la casa con las mayores garantías», advierte el director médico, Juan Carlos Carrillo. Se trata, por tanto, de un puente entre la atención primaria y el hospital de alta tecnología para «evitar reingresos e ingresos innecesarios». Se completa, además, con otras dos nuevas unidades, la de Geriatría y la de Atención y Hospitalización Domiciliaria. «Cada vez hay más personas más mayores, pero los recursos siguen siendo pocos», subraya Carrillo. En conjunto, «sientan las bases de un modelo de atención centrado en la cronicidad».

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